Deportación, migración y racismo… ¿qué familia hispana en Estados Unidos no está familiarizada con estos términos?
Por eso, Univisión le apostó a estos temas tan actuales en la telenovela mexicana “Vino el amor”, que recién comenzó a transmitirse con la participación de los actores Irina Baeva y Juan Vidal.
En entrevista exclusiva con NEXT, IIrina explica que éste “es un punto muy grande a nuestro favor porque estamos tratando de abordar temas desde el punto de vista sentimental y muy actuales en este momento de lo que vive la gente hispana en Estados Unidos, con esas rupturas familiares que sufren precisamente por la cuestión migratoria”.
Según cuenta la actriz de origen ruso de 24 años, su personaje, Luciana Muñoz, es deportada a los diez años junto con su papá. “Ella vive solamente con su papá y no puede ver a su mamá y a su hermano, que se quedan a vivir en California”, entonces los televidentes hispanos podrán verse identificados.
Por su parte, Juan da vida a un oficial de migración llamado Bryan. “Bryan no es malo, ¡es malísimo!”, exclama y atribuye a Donald Trump el que existan personas como Bryan Gutiérrez. “Esa es la realidad”, afirma.
El actor dominicano de 39 años revela que él ha vivido una gran parte de su vida en Estados Unidos, en diferentes ciudades cosmopolitas y en lugares no tan grandes.
Le ha tocado vivir las distintas caras que tienen y ver cierto rechazo hacia los latinos y hacia los emigrantes a pesar de que de cierta manera ellos vienen de emigrantes o son emigrantes.
Recientemente le tocó vivir la experiencia de discriminación que vivió su compañera de telenovela, Cynthia Klitbo.
“A ella la trataron muy mal porque iba con visa de turista y era mexicana. A nosotros nos tocó vivir en carne propia esos maltratos, ese despotismo, esa manera tan arcaica de ser”.
El actor confiesa que estudió mucho sobre el tema. Conoció a agentes e investigó con oficiales de migración de diferentes lugares porque se dice que cambian mucho dependiendo de la zona.
“Conocí agentes de Miami y California porque dependiendo de la zona, cambian un poco los prototipos. Investigué de qué tanto les lavaron el cerebro a esos oficiales para que estén en contra de su propia gente, ¡imagínate!”.
En lo que respecta a Luciana, Irina dice que se trata de un personaje muy interesante porque es una protagonista bastante atípica.
“Es una chava que no se deja, que lucha por sus derechos y exige respeto. Ella es bastante impertinente por momentos y también dice las cosas como son”.
La novela se graba en un viñedo que se llama Viansa, muy cerca de San Francisco, al norte de California, en el Condado de Sonoma.
“Los viñedos le dan un toque muy bonito también a la historia. Es espectacular la locación y lo van a poder disfrutar mucho en pantalla”.
