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Para miles de jóvenes inmigrantes el programa de Acción Diferida ha sido una gran ayuda.
Para miles de jóvenes inmigrantes el programa de Acción Diferida ha sido una gran ayuda.
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Algunos consideran que ha sido un “paño caliente”, o una aspirina para medio resolver un grave problema; otros una salida para aplacar los ánimos de los luchadores sociales; pero para casi 350 mil jóvenes, el llamado Programa de Acción Diferida (DACA, por sus siglas en inglés) ha significado un verdadero salvavidas para evitar su deportación, continuar con sus estudios y tener la posibilidad de encontrar un trabajo que les permita seguir adelante con su vida, a la espera de una reforma migratoria integral.

El Programa de Acción Diferida, puesto en marcha en junio del 2012 por el presidente Barack Obama, ha tratado de responder a la presión de la comunidad hispana, a fin de encontrar un paliativo para tratar de resolver las deportaciones de miles de personas, incluidos estudiantes, “es una sabia inversión que creará una fuerza moral más allá de la fuerza legal”, consideró en alguna ocasión el diario The New York Times: “No se puede detener esta fuerza. Es una fuerza de las personas que han crecido en este país y que quieren ser parte de su futuro”, resaltó el diario en uno de sus editoriales.

Una persona que ha trabajado con tesón, empeño y dedicación en apoyo a estos jóvenes “soñadores” para que se conozcan, tanto dentro del país, como más allá de sus fronteras, las historias de incertidumbre, miedo, pero también de ilusiones y aspiraciones, ha sido la periodista mexicana Eileen Truax, quien a través de un trabajo serio, profesional y de gran sentido humano ha tratado de reflejar esta situación a través de su libro “Dreamers: La lucha de una generación por su sueño americano”.

En días pasados sostuvimos una amplia conversación con Eileen, la cual compartimos con nuestros radioescuchas a través del programa radial “Foro Legal”, que se transmite todos los jueves en 690 AM, y que deseo extender a través de nuestra participación en este espacio que me ofrece Excélsior.

Durante la entrevista, la pregunta obligada fue ¿por qué hacer un libro sobre los llamados “soñadores”, esos jóvenes que llegaron a este país a través de circunstancias muy especiales, pues sin querer o saber, se vieron arrastrados por sus padres en busca de una vida distinta a la que tenían en sus países de origen y que sin duda, estaba llena de sacrificios y carente de oportunidades?

“Son chicos involuntariamente indocumentados, que carecen de un número de seguro social o una evidencia de residencia que haga legal su estancia en el país que consideran propio; que están privados de acceder a los apoyos para estudiar, para obtener un trabajo digno, para viajar libremente, o para conducir un auto; que viven bajo la sombra de la deportación a un país del que salieron siendo niños, que no recuerdan y cuyo idioma a veces no dominan. A esas personas es que he dedicado mi libro”.

La idea nació, nos comenta, de su trabajo diario cuando fue reportera en el periódico La Opinión, donde su cobertura informativa la llevó a conocer de cerca decenas de historias de inmigrantes, unas de éxito y superación, otras francamente dolorosas. “Y entre ellas, tuve la suerte de conocer a la generación más joven de estos inmigrantes, niños y adolescentes que vinieron a Estados Unidos traídos por sus padres, tras tomar una decisión en la cual ellos no participaron”.

En muchas ocasiones los números no dicen mucho, son fríos: alrededor de 11 millones de indocumentados, más de 350 mil jóvenes estudiantes sin documentos y sin opciones para continuar con su preparación, más de 50 millones de hispanos en Estados Unidos; pero atrás de cada número hay una persona, una historia, hay una vida que en la mayoría de los casos se desconoce: jardineros, campesinos, cocineros, choferes, empleados de oficina, limpia casas. albañiles, pintores y niñeras.

“Durante estos años”, nos comparte Eileen, “y en parte gracias a mi contacto con los miembros de esta generación, me he dado cuenta de que la única manera de entender el tema migratorio es a través de la gente que se ve afectada por las políticas vinculadas al problema, o por la falta de ellas. Decenas de organizaciones gubernamentales y no lucrativas hacen análisis estadísticos, perfiles socio-demográficos y cálculos políticos sobre los inmigrantes indocumentados, pero la vida no se vive así. Es preciso asomarse a la diaria realidad de uno de estos individuos para entender su pequeño drama cotidiano y también sus logros, la conquista de sus mínimos logros a pesar de tenerlo todo en contra”.

“La identidad, el estigma del indocumentado, es algo inherente a la persona, algo que se lleva encima cada día, cada hora, a todas horas. Para quienes viven esta situación, la marca indeleble del ser indocumentado como la elección entre el menor de dos males, pesa a cada paso que se da. Y para quienes la viven a pesar de no haber sido su elección, la vida bajo ese peso podría volverse insostenible. Por eso, creo que la única manera de lograr en el mediano plazo una política migratoria justa, es permitirnos voltear a ver a los inmigrantes a través de sus propios ojos”.

“Cuando decidí escribir ‘Dreamers, la lucha de una generación por su sueño americano’”, hace hincapié Eileen Truax, “pensaba en aquellos jóvenes que viven bajo un estigma no elegido, pero que en lugar de abandonar sus ideales, han decidido luchar arduamente por lograr sus objetivos; me enfrenté a la posibilidad de escribir sobre las decenas de reportes con cifras y estadísticas, resaltando la conveniencia económica de la legalización de millones de indocumentados. Pero eso sería preservar la naturaleza política del asunto, que en el caso de los dreamers me parece lo más lejano a la cotidiana realidad. Decidí entonces que este libro estaría formado por las voces y el espíritu de estos jóvenes que, ante la falta de voluntad política para resolver su situación desde la legislación, decidieron tomar en sus manos la lucha por su sueño americano”.

Sin duda, el Programa de Acción Diferida ha sido un paso importante en la búsqueda de una solución al grave problema que enfrentan más de 11 millones de personas carentes de documentos, pero sin duda es insuficiente, existe una razonada esperanza que legisladores de ambos partidos políticos puedan ponerse de acuerdo para avanzar en serio en aprobar una urgente reforma migratoria.

Si desean hacer algún comentario al respecto, nos pueden contactar en apradillo@cimadesigns.com

Agustín E. Pradillo ha sido Consejero de Prensa en embajadas y consulados de México. Es periodista y especialista en temas de asuntos de hispanos