A Efrén Miranda no le importa nada. Su dolor es intenso. Se le ve en el rostro. Son las 12 de la noche del 12 de diciembre, y por primera vez en su vida pisa una iglesia.
“Vengo a pedirle a la virgen un poco de consuelo, estoy muriendo en vida”, dice Miranda, quien junto a otras 2,500 personas acudieron a la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en San Bernardino, para brindale las mañanitas a la Patrona de México.
Hincado frente al altar, Miranda intenta rezar, pero este hombre residente de San Bernardino, no sabe hacerlo.
Desamparado, se abraza asimismo y llora desde lo más profundo de su dolor.
“Mi mujer murió hace un mes y desde entonces, siento un dolor aquí”, dice mientras se aprieta el pecho.
Pero no todo es sufrimiento.
Hay también esperanza y alegría. El Mariachi Aguscalientes desborda la emoción. Las guitarras, el violín, las trompetas. El ritmo acompañado de miles de voces, corean: “Estas son las mañanitas, que cantaba el Rey David…”
En esta fiesta colectiva, las lágrimas de Manuel Villavicencio, de Uruapan, Michoacán, corren entre sus ojos.
“Me acordé de mi madre que está allá en el pueblo y que hace como 15 años que no veo”, dijo este residente de Moreno Valley. “Eso vengo a pedirle a la Virgen, que me de la oportunidad de verla este año”, dice emocionado.
La iglesia está llena hasta el tope. Al frente, los invitados a esta fiesta popular, dejan decenas, cientos de ramos de rosas que se acumulan en el altar y empiezan a despedir su aterciopelado aroma.
En el altar, flanqueada por coronas y las banderas de México y Estados Unidos, está la imagen de la virgen, que este año está celebrando 481 años de su aparición a San Juan Diego.
Un desfile de imágenes, veladoras y mucha fé, transitó hacia el altar hasta por lo menos las 2 a.m.
Gloria Chávez, originaria de Guadalajara, Jalisco, de 41 años residente de San Bernardino desde hace 24, le pidió a la Virgen por salud y por conversion de fe.
“Creo en los milagros de la Virgen de Guadalupe, me ha ayudado tanto, por eso ahora pido por sanidad de diabetes”, dijo mientras de rodillas oraba y cantaba con devoción.
El párroco Jorge Luis Rodríguez de 31 años, originario del Estado de México tiene dos años oficiando en San Bernardino y dijo “es una alegría este día, es un día para evangelizar, la comunidad se acerca a la Virgen por sobre todas las cosas”.
“Viva la Virgen de Guadalupe, Viva la morenita, vivan las familias”, dijo el padre Rodríguez mientras repartía bendiciones a niños, a familias, a imágenes.
A la 1 a.m. los feligreces terminaron de cantar. Algunos se quedaron a Misa otros tenían que ir a descansar para poder ir a trabajar. Pero al final todos iban con una sonrisa.