Skip to content
AuthorAuthor
PUBLISHED: | UPDATED:

DONETSK, Ucrania.- El continuo avance del ejército ucraniano tiene la mira puesta en la mayor ciudad controlada por los rebeldes en el este del país, al tiempo que funcionarios occidentales advirtieron el miércoles que Rusia ha emplazado una fuerte presencia militar en la frontera, lo que pudiera ser presagio de una incursión para proteger a los separatistas.

El presidente Vladimir Putin ha resistido las fuertes presiones de los nacionalistas rusos para que envíe al ejército a apoyar a los rebeldes en Ucrania. Y aunque Estados Unidos y la OTAN probablemente no respondan militarmente, no cabe duda que Occidente pudiera imponer fuertes sanciones que pondrían de rodillas a la ya abrumada economía rusa, lo que restaría poder rápidamente a Putin.

En Rusia ya hay señales de las consecuencias de las sanciones impuestas anteriormente este año y el presidente Barack Obama dijo el miércoles que esas sanciones están ahogando a la economía del Kremlin.

Pero Putin mostró el miércoles que Moscú tiene intenciones de resistir al pedir a las entidades de gobierno que establezcan una lista de importaciones agrícolas de países que pueden imponer sanciones y que pudieran prohibirse durante un año.

La agencia estatal de noticias RIA Novosti atribuyó a un funcionario ruso del servicio de supervisión de plantas y animales que todos los productos del campo norteamericanos caerían en la prohibición.

“Cuando se observa la concentración de efectivos rusos y su alto nivel, los equipos con que cuentan en la frontera, es una realidad. Es una amenaza”, dijo el secretario de Defensa norteamericano Chuck Hagel el miércoles. Funcionarios de Estados Unidos y la OTAN dicen que Rusia tiene unos 20,000 soldados concentrados en la frontera con Ucrania.

Separatistas pro rusos en el este de Ucrania combaten al gobierno de Kiev desde abril. Ucrania y países occidentales han acusado a Moscú de respaldar la insurgencia con armas y soldados, alegación que el gobierno ruso ha rechazado repetidamente.

Occidente también ha acusado a Rusia de probablemente haber entregado a los rebeldes baterías antiaéreas que se usaron para derribar un avión de pasajeros malasio sobre territorio insurgente el 17 de julio, con un saldo de 298 muertos. El primer ministro de Holanda, cuyos nacionales eran más de la mitad de las víctimas, dijo el miércoles que la búsqueda de los restos sigue detenida por los combates en la zona.

Por su parte, el primer ministro polaco Donald Tusk dijo que creía que “la amenaza de una intervención directa (de Rusia) es mucho mayor que hace unos días”.

Un funcionario estadounidense dijo a The Associated Press que información de inteligencia muestra que las fuerzas rusas siguen atacando con artillería al ejército ucraniano desde territorio ruso y que han enviado armas pesadas —cañones, vehículos blindados y baterías antiaéreas— desde una instalación de entrenamiento de rebeldes en el suroeste de Rusia. El funcionario habló a condición de no ser identificado porque no está autorizado a discutir asuntos de inteligencia.