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 El tema de la construcción del muro en la frontera entre Estados Unidos y México y las posibles deportaciones de millones de indocumentados mexicanos crearán roces diplomáticos entre ambos países.
El tema de la construcción del muro en la frontera entre Estados Unidos y México y las posibles deportaciones de millones de indocumentados mexicanos crearán roces diplomáticos entre ambos países.
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Desde México a la Argentina la llegada del ahora presidente de Estados Unidos ha causado polémica, controversia e incertidumbre.

Donald Trump ha mantenido un discurso agrio e insultante ante ciertas políticas en la América Latina: crítico con México, frontal ante Cuba y polémico con Venezuela y Colombia.

Según una nota del New York Times en Español, expertos consultados por esa publicación coinciden al menos en un punto: es probable que nada cambie profundamente para la región en esta nueva etapa, pero el tono y la perspectiva de la relación entre América Latina y Estados Unidos no estarán marcados por las oportunidades, sino por las amenazas y la improvisación.

Sin embargo, quizás uno de los países que más la resentirá de forma inmediata será México, tanto por las relaciones comerciales como por la política migratoria que seguramente implementará el mandatario estadounidense.

En días previos a su toma de posesión, Trump alertó a grandes compañías fabricantes de automóviles que serían penados económicamente si continuaban su estrategia de crear trabajos en el país vecino. Desde entonces, Ford y General Motors, entre otros, han abandonado planes de abrir nuevas plantas, anunciando adicionalmente recortes en su personal.

Además el tema de la construcción del muro en la frontera entre Estados Unidos y México y las posibles deportaciones de millones de indocumentados mexicanos crearán roces diplomáticos, sin duda alguna.

Todo esto ha provocado una caída histórica del peso mexicano en su valor hacia el dólar. Esto ha afectado no solamente las transacciones comerciales sino la canasta básica de los mexicanos, en donde los incrementos han registrado aumentos de hasta un 40 por ciento.

Aún no es claro el impacto que tendrá a lo largo del año, esto debido a las frías relaciones que se tienen en la actualidad.

El gobierno de Enrique Peña Nieto cambió su personal en su Embajada en Washington, principalmente para contar con funcionarios con experiencia en la política estadounidense.

Guera con México

Enrique Krauze, uno de los intelectuales mexicanos más reconocido afirma que “esto puede terminar en una guerra con México, en todos los sentidos, salvo el militar. Tenemos que tomar consciencia plena de la magnitud del problema. Nos enfrentamos a un cambio de paradigma. El que había se ha roto y hay que buscar uno nuevo. Esa es una tarea en la que debe participar toda la sociedad, desde los medios hasta las organizaciones civiles y la oposición. No podemos depender sólo de la diplomacia y del Gobierno federal. Una de las muchas cosas que se deben hacer es crear un lobby mexicano que llegue al pueblo y a las instituciones estadounidenses, sobre todo, en los ‘swing states’”.

Un experto citado por el The New York Times expuso que no espera cambios drásticos, ya que Washington ha actuado con desdén hacia América Latina y agrega que esta región “no tiene terroristas suicidas ni bombas atómicas, no tiene conflictos armados entre países, sus problemas no se irradian al resto del mundo como China, Europa, Irán. No logra calificar con sus problemas en la lista de los top ten”, y solo figura con asuntos de inmigración y drogas.

Otro de los temas claves es lo que hará Trump respecto a Cuba. ¿Mantendrá la política de apertura impulsada por el expresidente Barack Obama y la finalización de la Ley de Ajuste Cubano o la cambiará?

Muchos esperan que la mantenga, aunque se esperan ligeros cambios, esto por un posible guiño a la comunidad cubanoamericana radicada en Miami.

Haga lo que haga, su llegada fortalecerá por lo pronto al régimen cubano, el cual utilizará a Trump para resurgir su discurso de la supuesta agresión a la “Revolución Cubana”.

Países como Argentina puede beneficiarse con la llegada de Trump. El presidente estadounidense mantiene fuertes intereses comerciales en ese país e incluso, después de conocerse su triunfo se dio a conocer una conversación con el presidente argentino, Mauricio Macri, en la que le pidió que intercediera para que se aprobara la construcción de uno de sus bienes inmobiliarios en Buenos Aires.

Trump ha mencionado que el gobierno de Macri está en el camino correcto y se espera un acercamiento entre ambos países.

Venezuela es otra de las naciones que pudieran estar al punto de generar más tensión. Trump pedirá su apertura democrática y Nicolás Maduro podría encontrar un soporte para su régimen.

Trump no ha expresado lo que pasará con el TPS otorgado a centroamericanos, pero no sería una sorpresa que lo tratará de eliminar o restringir.