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  • Flor Molina, oriunda de Puebla, México, tuvo la fortuna de...

    Flor Molina, oriunda de Puebla, México, tuvo la fortuna de escaparse de sus captores, quienes la mantenían como una literal esclava en un taller de costura. Hoy se ha convertido en una activista social en contra de la trata humana, dijo el lunes, 22 de septiembre durante el anuncio de una campaña contra la trata de personas.

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    Al observar estos carteles en autobuses o autopistas, la comunidad podrá denunciar cualquier sospecha o actividad de tráfico humano llamando, incluso de forma anónima, a la línea telefónica: (888) 373-7888 o enviando mensaje de texto a BeFree (233-733)

  • El supervisor del condado de Los Angeles, Mark Ridley-Thomas declaró,...

    El supervisor del condado de Los Angeles, Mark Ridley-Thomas declaró, el lunes 22 de septiembre que “nuestros niños no están en venta para la prostitución” y por ello, el condado aumentará los servicios de atención a las víctimas de tráfico humano.

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    Greg McGrath, presidente de Clear Channel Outdoor del Sur de California. “La lucha contra el tráfico humano es una tarea de enormes proporciones”. Aseguró que los esfuerzos por erradicar el problema se extenderán a los condados de San Bernardino y Riverside, aunque no precisó cuándo.

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LOS ÁNGELES – Flor Molina tenía 29 años de edad cuando su maestra de corte y confección le ofreció un trabajo en su natal Puebla, México, sin imaginar que al traerla a Estados Unidos, un hombre la convertiría en una literal esclava en un taller de costura.

La odisea de Flor duró 40 días, luego que pudo escapar de sus captores y, en la actualidad es una de las voces más fuertes en contra de la llamada “esclavitud moderna” y la trata de personas.

“Sufrí golpes, humillaciones, amenazas”, narró Molina a UNIDOS, durante el inicio de la campaña de concientización sobre el tráfico humano en Los Angeles, el lunes 22 de septiembre.

En combinación con las compañías Clear Channel y Polaris, autoridades locales y del condado instalarán 25 carteles digitales, 20 anuncios tradicionales y 20 posters de refugios transitorios en rutas principales de autobuses y autopistas para denunciar la trata humana.

Las víctimas o miembros de la comunidad, además, podrán denunciar cualquier sospecha o actividad de tráfico humano llamando – incluso de forma anónima – a la línea telefónica: (888) 373-7888 o enviando mensaje de texto a BeFree (233-733)

“Comenzamos en Los Angeles, pero estos esfuerzos se extenderán a los condados de San Bernardino, Riverside, Orange y San Diego”, informó Greg McGrath, presidente de Clear Channel Outdoor del Sur de California. “La lucha contra el tráfico humano es una tarea de enormes proporciones”.

Molina recordó que, a principios de 2002, pidió a quienes le mantenían en cautiverio que le permitieran ir a Misa.

Aprovechó ese pequeño instante de libertad y huyó, aun cuando un compañero de trabajo ya había denunciado los hechos a la policía.

“Me obligaban a trabajar de 18 a 19 horas diarias”, rememoró. “No me dejaban salir a ninguna parte; las puertas corredizas de fierro las aseguraban con candados”.

En aquel oscuro taller de costura de Los Angeles, Molina no tenía un lugar donde asearse personalmente. Para dormir, tenía que compartir una cama con otra mujer que había sido literalmente secuestrada por su “maestra”, una mujer de su mismo pueblo.

“Nadie te va a creer nada; eres indocumentada y aquí, hasta los perros tienen más derechos que tu”, le intimidaban sus captores. “Mataremos a tus hijos y a tu familia si intentas escapar”.

También fue amenazada que sería encarcelada si decía algo a alguien.

Pero la única preocupación de Molina eran sus hijos y su madre.

“Yo ya había escapado cuando llegó la policía a aquel lugar”, contó. “Luego, testifiqué contra la maestra en una corte.

El castigo para aquella mujer: seis meses de arresto domiciliario.

Cuando cumplió el castigo, la “maestra” viajó a Puebla. Quería saber dónde estaba la mujer que la había denunciado.

La “maestra” le dio $20 a la madre de Molina. Quería que le informara dónde vivía su “victima”.

“Buscaba venganza, pero mi madre no le dio nada de información”, indicó la mujer latina. “Supe después que ella abrió otro taller, en lugar diferente y con un nombre distinto”.

Las pancartas – en Inglés y Español – han sido distribuidas en carteles digitales y en espacios de autobuses donados por Clear Channel Outdoor, que, en conjunto con Polaris ha lanzado campañas similares en Filadelfia, Nueva York, San Francisco y Seattle.

“Las víctimas de tráfico humano necesitan saber que hay ayuda disponible para ellas cuando la necesiten y ser conectadas a servicios en todo el país, incluyendo Los Angeles”, declaró Bradley Miles, director ejecutivo de Polaris. “La concientización acerca de la esclavitud moderna es crítica para empoderar a las víctimas”.

El condado de Los Angeles está considerado como un “centro” para el tráfico humano, una industria criminal que genera ganancias de $150 mil millones anuales en todo el mundo y cuyas actividades ha forzado a aproximadamente a 21 millones de personas a vivir en una esclavitud moderna, incluyendo cientos de miles de mujeres, hombres y niños en Estados Unidos.

“Es horrible, repugnante que este crimen suceda en nuestras calles”, expresó Don Knabe, supervisor del condado de Los Angeles. “Debemos recordar que la manipulación a que son objeto las víctimas y hay que dejar de llamarlas prostitutas. No lo son, y por ello es necesario crear leyes más severas en contra de quienes venden a las niñas para ser explotadas sexualmente”.

Su homólogo, Mark Ridley-Thomas declaró que “nuestros niños no están en venta para la prostitución” y por ello, el condado aumentará los servicios de atención a las víctimas.

“No hay quien pueda pensar que un niño consienta tener sexo con un adulto”, dijo. “No deberíamos sentir que estos criminales nos pueden vencer”.

Kay Buck, quien ayudó a Flor Molina a superar el trauma causado por su cautiverio a través de la Coalición para Abolir la esclavitud y el Tráfico Humano (CAST) dijo que, desde que se abrió el centro de ayuda hace 15 años, en el 5042 del Boulevard Wilshire han podido ayudar a 400 sobrevivientes que han sido víctimas de tráfico humano.

“Saber que hay un lugar seguro a donde ir en la comunidad es un importante primer paso para un sobreviviente de tráfico humano”, expuso. “Los sobrevivientes pueden estar seguros que cuando piden ayuda, CAST estará ahí como un hogar seguro y podrán recibir ayuda con cualquier tipo de procedimientos legales, ayuda de entrenamiento laboral y oportunidades de trabajo”.

Para ayudar a una víctima o reportar un caso de tráfico humano:

• 1-888-373-7889 o enviar un mensaje de texto a BeFree (233733)

La línea telefónica es atendida por especialistas, quienes están disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana, durante todo el año.