Hace 16 meses, María Esthela Torres les dio noticias trágicas a sus amigos: Su hijo de ocho meses, Joel, había muerto a causa de altos niveles de potasio.
Esos amigos dijeron el lunes 8 de junio, que prepararon cajas de recolección y las distribuyeron en negocios con la esperanza que las personas contribuirían dinero para pagar por los gastos funerarios. Una de las cajas, según Torres les dijo a sus amigos, género 1,000 dólares.
Torres les dijo a sus amigos que había utilizado el dinero para cremar el cuerpo de Joel antes de esparcir las cenizas del niño en el océano.
Esos amigos quedaron sorprendidos el fin de semana cuando el Departamento del Alguacil del Condado de Riverside anunció una serie diferente de hechos.
Empleados en el complejo de unidades de almacenamiento ExtraSpace Storage sobre el Boulevard Valley en Bloomington limpiaban una unidad que Torres no había pagado el jueves 4 de junio cuando descubrieron el cuerpo del niño, según informó la portavoz del alguacil, Jodi Miller, el lunes.
El Departamento del Alguacil dijo que había estado muerto por más de un año, y el sábado, arrestaron a María Torres, de 31 años, bajo sospecha de asesinato.
El Departamento del Alguacil solamente ha dicho que el hijo de ocho meses de Torres fue hallado en la unidad de almacenamiento; el niño fue identificado como Joel por la familia Espinosa.
“Es sorprendente”, dijo Ángel Espinoza, de 18 años y cuya familia había albergado a Torres y sus tres hijos en su vivienda en la Avenida Williams en Bloomington hace poco más de una semana cuando Torres se quedó sin dinero. “No creí que ella hubiera mentido”.
La familia Espinosa trataba de entender el lunes cómo Torres, a quien ellos consideran una buena madre, podía haber sido acusada de matar a un niño feliz y saludable. Ellos dicen que Torres mantenía a sus hijos – una niña de 10 años, un niño de ocho años y otro de siete meses, además de Joel – bien vestidos y alimentados.
Torres nunca mencionó preocupación alguna sobre el cuidado de Joel, según Ángel Espinoza. Él no estaba seguro si Torres trabajaba. Su padre, José, dijo que el papá de Joel vive en Honduras. Ellos no sabían si la pareja estaba casada o porque uno de ellos estaba en los Estados Unidos y el otro no.
Ella dio a luz a Joel en los Estados Unidos, según la familia Espinosa.
Torres y sus hijos vivían en el vecindario, y las familias se hicieron amigos. La familia Espinosa cuidaba a los niños de vez en cuando, incluyendo a Joel.
“Él era un bebé muy saludable. No era un problema”, según Ángel Espinoza.
“Todo mundo lo quería. Siempre estaba sonriendo”, comentó Melissa Espinoza, de 11 años.
Aunque el departamento del alguacil ha calificado a la muerte de Joel como un homicidio, una persona puede morir por altos niveles de potasio, de acuerdo a sitios médicos por Internet. La hipercalcemia puede suceder si los riñones de una persona no funcionan apropiadamente.
Demasiado potasio en la sangre puede llevar a cambios peligrosos y posiblemente mortales en el ritmo cardíaco.
Tras la muerte de Joel, Melissa Espinoza dijo que ayudó a ensamblar y distribuir cajas de recaudación de fondos.
María Torres dijo que iría por la madre de Espinoza para que la acompañara mientras se encargaba de los restos mortales de Joel. Torres nunca llegó, según Melissa Espinoza.
Torres se presentó en corte el lunes para una audiencia sobre una moción para revocar su libertad condicional. Ella no se presentó a corte en el 2011 después de ser citada por conducir sin una licencia.
Ella fue eventualmente sentenciada a tres meses de probatoria y 20 días en el Centro de Rehabilitación Glen Helen en Devore, pero no se entregó, según muestra el historial de la corte superior.
La audiencia del lunes fue pospuesta para el miércoles cuando podría ser procesada por el cargo de asesinato.
