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En la foto: Ana Kulassia sirve de intérprete entre la doctora Melanie Dewar y Aureliano Franco. Tener acceso a un intérprete para que lo ayude con casos médicos es un derecho.
En la foto: Ana Kulassia sirve de intérprete entre la doctora Melanie Dewar y Aureliano Franco. Tener acceso a un intérprete para que lo ayude con casos médicos es un derecho.
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Tal vez una de las cosas más complicadas que debe manejar el ser humano es la toma de decisiones. Cada decisión que tomemos afectará nuestra vida de una u otra forma y a veces, la presión es tal que no sabemos qué camino seguir.

Y cuando se trata de nuestra salud o de la salud de nuestros seres queridos, la cosa se puede complicar. Por eso es importante que estemos informados cuando llegue la hora de decidir.

Una buena atención médica requiere una comunicación efectiva entre el personal médico y el paciente. Pero hay muchas razones por las que ésta muchas veces no se da de la mejor forma, una de ellas es, por su puesto, el hecho de no manejar el idioma.

El no hablar el mismo idioma que habla el personal médico puede afectar seriamente la condición del paciente, incidir negativamente en su mejora o incluso, deteriorar su salud.

Por eso es muy importante que conozcamos nuestros derechos y nuestras posibilidades. En la gran mayoría de los casos existe la posibilidad de contar con la ayuda de un intérprete. Dicho intérprete debe ser una persona especializada, que conozca la terminología médica y que no tenga vínculos afectivos con el paciente o su familia.

Muchas veces las familias hispanas acuden para estos oficios a miembros de la familia bilingües o a los más pequeños. Eso puede ser un error, si consideramos que es posible que – aún sin intención – la persona por ignorancia o por emoción oculte información importante para el tratamiento del paciente.

Un vacío en la comunicación puede resultar en el uso equivocado de prescripciones o recetas médicas, o en la incapacidad del paciente para seguir las instrucciones del doctor, aumentando la probabilidad de que surjan situaciones adversas relacionadas con su salud.

Por eso, la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Salud está buscando la forma de informar a las personas que hablan español sobre su derecho a recibir servicios de apoyo de lenguaje.

Y es que hoy en día según cifras proporcionadas por dicha oficina, más de 25 millones de personas en los Estados Unidos tienen un manejo del idioma inglés limitado – la mayoría de ellos hablan español – y 58 millones de personas hablan un idioma distinto al inglés en casa (un incremento de ocho millones desde el 2000), representando al 19.7% de la población.

En la mayoría de los casos los proveedores de salud y servicios humanos que reciben fondos federales deben ofrecer algún tipo de asistencia del lenguaje gratuita, como la presencia de un intérprete o materiales traducidos. Los doctores y otros proveedores de atención médica deben ofrecer asistencia del lenguaje gratuita, pero los pacientes deben pedirla si ellos no la ofrecen.

Es importante que lo sepa: usted tiene derecho a presentar una queja formal si cree que sus derechos han sido violados. Cualquiera puede tramitar la queja en su nombre – un activista, un familiar, un amigo -.

Para saber más visite http://www.hhs.gov/ocr/ y teclee español en la casilla de búsqueda, encontrará toda la información necesaria en su idioma. Recuerde, una decisión equivocada, puede tener consecuencias dramáticas y afectar seriamente su salud o la de sus seres queridos. Infórmese.