Después de la escuela y los fines de semana las amigas de Jazmín Muñoz, que tenía 18 años y se quitó la vida meses después de graduarse de la preparatoria, se reúnen en el lugar donde murió, debajo de un puente por la calle Euclid y la autopista 5, para prenderle veladoras y recordarla en silencio.
Hablan con Jazmín como si aún estuviera viva. Recuerdan los buenos momentos. Y, por supuesto, lloran por ella, la joven que conocían como Jazzy, una líder.
Inevitablemente, ven hacia el puente y piensan: ¿Por qué escogió Jazmín acabar con su vida un lunes de septiembre, en el mismo lugar donde otra amiga había brincado para morir 15 meses antes.
¿Por qué era tan fácil llegar hasta el otro lado del puente? ¿No se debería de construir una cerca alrededor para prevenir o, por lo menos, desanimar a alguien a brincarse 40 pies?
¿Pueden ayudar a salvar una vida y prevenir que el puente se llegue a conocer como el “puente de los suicidios”?
Seis de sus amigas, todas en su último año en el Centro de Aprendizaje Independiente de la Preparatoria Anaheim, un programa enfocado en ayudar a estudiantes a obtener los suficientes créditos para poder graduarse, convirtieron su tristeza en acción.
Y estas estudiantes pronto iniciaron un cambio.
Pidieron una junta con la concejal Lorri Galloway.
Galloway, impresionada, dijo que ayudaría. Antes de ello, sin embargo, pidió que las jóvenes de entre 16 y 17 años asistieran a una junta del Consejo Municipal, para dirigirse al Consejo y al público y que escuchen su historia.
El martes de la semana pasada por la noche, las seis amigas de Muñoz, Ashley Rodríguez, Lizbeth Galicia, Vanessa Lua, Ashley Bereceda, Lizeth Estrada y Lesslie Obregon aceptaron su propuesta.
Pidieron que se construyera una cerca de pies de altura para disuadir a cualquier persona de poder brincarse la pared.
“No podemos resolver la situación, porque perdimos a nuestra amiga”, dijo Lua, de 17 años. “Pero el saber que tal vez podemos hacer algo para salvar otra vida, se siente realmente bien intentar hacer algo por Jazmín”.
La hermana de Muñoz, Blanca Mendivil, de 28 años, dijo que su familia aprecia a las amigas de su hermana, que aparte de buscar un cambio recaudaron 1,000 dólares para pagar los gastos funerarios.
“Cuando le dije a mi mamá acerca de lo que estaban haciendo, estaba realmente sorprendida”, dijo Mendivil.
A algunos miembros del Consejo se les llenaron los ojos de lágrimas, mientras escuchaban hablar a cada joven y a los familiares de Muñoz.
Los administradores escolares les pidieron a las jóvenes no anticipar resultados inmediatos. El proceso gubernamental va despacio.
Usualmente.
Los funcionarios de la ciudad inmediatamente prometieron que construirán una cerca más alta. Medirá seis pies de altura y 350 pies de ancho. El costo será de aproximadamente 48,000 dólares y se espera que esté terminada para enero.
El alcalde Tom Tait aplaudió los esfuerzos de las jóvenes, diciendo que este gesto le recordó un dicho popular: “Es mejor prender una veladora que maldecir la oscuridad”.
Las jóvenes entienden que éste es sólo un puente, y que aquellas personas que estén desesperadas pueden encontrar otros puentes.
Por eso están enfocándose en ayudar a otra gente, especialmente a latinas que estén enfrentándose a retos.
Las jóvenes planean crear un consejo juvenil con la League of United latin American Citizens, para tocar algunos de los temas que enfrentan las jóvenes latinas, incluyendo la violencia doméstica, el embarazo en adolescentes y la falta de empleo.
Joe Casas, un consejero del programa de aprendizaje independiente, dijo acerca de las jóvenes: “cada una de ellas es una héroe”.
