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La comunidad inmigrante indocumentada Latina está involucrada en la política y economía estadounidense en todos los niveles y aspectos, y por ende debe tener voz al momento de decidir el futuro político de sus comunidades.

Así lo informaron líderes del área de Pomona el miércoles, 5 de agosto durante el foro titulado “Impuestos sin representación”, celebrado en el centro comunitario Washington de Pomona.

Según el profesor emérito y activista regional José Calderón, la realidad es que existe un crecimiento en el poderío político entre la comunidad Latina, la cual cada año contribuye con miles de millones de dólares a la economía nacional.

De acuerdo al estudio denominado Aportes Fiscales Estatales y Locales de Inmigrantes Indocumentados, elaborado por el Instituto en Materia de Tributación y Política Económica, indicó que colectivamente este sector de la población ha pagado 11.84 mil millones de dólares en impuestos estatales y locales y que su legalización inyectaría 1.4 mil millones de dólares a la economía anualmente.

“En el 2014, el poder adquisitivo del Latino fue de 1.3 billones de dólares, un incremento del 495 por ciento desde 1990, y está proyectado alcanzar los 1.7 billones para el 2019, según el Selig Center for Economic Growth de la Universidad de Georgia”, indicó Calderón.

Según el profesor emérito, en la actualidad existen 54 millones de Latinos radicando en los Estados Unidos, de los cuales el 64 por ciento son de origen mexicano. De este número, 25.2 millones de personas son elegibles para votar – un grupo que ha crecido en un 3.9 por ciento desde 2010, añadió.

“Cada mes, 66,000 Latinos y Latinas cumplen los 18 años de edad, según el Pew Research Center Study. Estos jóvenes Latinos y Latinas no sólo representan una mina de oro de votos sino también podrían tener una influencia enorme en la jornada electoral que podría ser clave para impulsar la participación de los votantes hispanos de mayor edad. Se estima que 11.2 millones de nuestra gente votó en las elecciones de 2012 y su poder está creciendo”, indicó Calderón.

Desde 1994 cuando el entonces gobernador de California Pete Wilson apoyó la iniciativa 187, el movimiento “Hoy Marchamos, Mañana Votamos”, ha resultado en 500,000 nuevos ciudadanos y votantes y un crecimiento en la población documentada, añadió Calderón.

“Es significativo que los votantes Latinos han hecho la diferencia en elecciones cerradas y donde los temas de inmigración han estado en la cima de cuestiones importantes. ¿Y por qué no? No solamente muchos de nosotros venimos de hogares de padres inmigrantes sino también, según el Pew Research Center, por lo menos 17 millones de nuestro pueblo que son ciudadanos tienen al menos un inmigrante indocumentado en su familia”, añadió.

En efecto, según el Pew Research Center existen en la actualidad 41.7 millones de personas nacidas en el extranjero radicando en la nación, de los cuales el 28 por ciento son indocumentados.

Los recientes ataques en contra de este sector de la población por candidatos a la presidencia como Donald Trump, entre otros, tienen como objetivo asustarlos y mantenerlos pasivos a que no actúen ni se involucren políticamente, añadió Calderón.

En efecto, los comentarios racistas del magnate Trump han desatado furia entre la comunidad—misma que se ha convertido en ganas de participar políticamente. Según John Nolte, concejal de la ciudad de Pomona, la comunidad inmigrante indocumentada tiene todo el derecho de participar en las elecciones municipales para dibujar el rumbo político local.

Según Nolte, la ciudadanía y el derecho a votar no están necesariamente relacionadas y que en los años 1800 muchos estados permitían a los no ciudadanos participar en las elecciones locales. Fue después de la Segunda Guerra Mundial cuando el fervor contra los inmigrantes detuvo tal participación, añadió Nolte.

“Los residentes no ciudadanos pueden votar en las elecciones educativas de Chicago. La ciudad de Nueva York está por permitirlo. San Francisco casi aprobó una iniciativa similar. En Maryland, seis ciudades permiten a los no ciudadanos votar. No veo por qué Pomona no pueda permitirlo también”, dijo Nolte, añadiendo que residentes en Takoma Park, Maryland, pueden votar independientemente de su estado migratorio desde 1992.

Según Nolte, la iniciativa podría tener como obstáculo principal el costo y otras dificultades burocráticas, ya que las elecciones de Pomona son realizadas durante las elecciones estatales y federales. Aun así, vale la pena intentar, dijo Nolte.

Según Nolte, al menos el 27 por ciento de las personas en edad de votar no son ciudadanos en Pomona – lo que quiere decir que uno de cada tres adultos en esta ciudad no pueden legalmente participar ni elegir líderes locales.

“Este sector también paga impuestos como el resto de la población, pero sus intereses y necesidades no coinciden con la de los votantes. Los no ciudadanos tienden a experimentar mayor pobreza y a vivir en hogares con sobre cupo. No creo que excluirlos sea justo. En el plano de la ciudad, hay que decirles a todos dentro de nuestras fronteras: te conocemos, nos preocupamos por usted, nos gustan, estamos contentos de que estén aquí, usted es nuestro miembro de familia, nuestro amigo, nuestro vecino, podemos escucharlos, hagámoslo oficial”, aseveró Nolte.