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 La ciudad de Palm Springs busca convertirse en santuario para inmigrantes. Sería la segunda segunda en el Valle de Coachella y en el Condado de Riverside, ya que Coachella ha sido la primera en hacerlo.
La ciudad de Palm Springs busca convertirse en santuario para inmigrantes. Sería la segunda segunda en el Valle de Coachella y en el Condado de Riverside, ya que Coachella ha sido la primera en hacerlo.
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Recientemente Palm Springs ha contemplado formar parte del movimiento de las “ciudades santuario”, lo que quiere decir territorios en los que las autoridades locales no destinan recursos económicos ni humanos para apoyar a las autoridades migratorias.

Los concejales de dicha ciudad han pedido que el Departamento de Polícía anuncie las normas que debe cumplir cuando trata a inmigrantes indocumentados y coopera con agencias federales.

Luego decidirán si están de acuerdo y si deberán de votar para hacerse ciudad santuario.

Si Palm Springs se convierte en una ciudad santuario será la segunda en el Valle de Coachella y en el Condado de Riverside, ya que Coachella ha sido la primera en hacerlo.

“Es importante que Palm Springs declare cuál es su postura”, dijo el Concejal Geoff Kors, al diario local, The Desert Sun. “No vamos a funcionar bajo el miedo y a escondidas durante los próximos cuatro años”.

Aunque varía en cada caso, en una ciudad santuario las fuerzas del orden, como mínimo, no pueden preguntar a nadie por su estatus migratorio si no tienen “una duda razonable” de que esa persona haya cometido un delito o haya sido expulsada del país y haya regresado.

Según el Center for Immigration Studies, los Condados de Los Ángeles, Orange, Riverside, y San Bernardino, ya han sido designados como santuario.

La mayoria de las grandes ciudades del país son santuarios, incluyendo la capital, Washington DC y algunas de las mayores urbes de varios estados republicanos, como Salt Lake City, en Utah, y Dallas, Houston y Austin, en Texas.

Hasta Phoenix, en Arizona, es una ciudad santuario, pese a que su alguacil (condado de Maricopa) fue, hasta estas últimas elecciones, Joe Arpaio, aliado del president Donald Trump.

Trump ha dicho que estaba a favor de que se volviera a dar la autoridad al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y pedir a las agencias locales de orden público que colaborasen para que detuvieran cualquier inmigrante que no fuera ciudadano.

Llegó a declarar que las ciudades santuario se verán desprovistas de fondos federales.