El Santo Niño de Atocha estuvo por el sur de California la semana pasada y el condado de Orange fue una de sus paradas.
“Nunca había tenido la dicha de conocer al Santo Niño de Atocha”, dijo Primitivo Mesa, de 61 años y residente de Santa Ana. “Hasta ganas de llorar sentí”, continuó el originario de Durango después de una misa que se hizo en honor al santo en la Iglesia Católica Saint Callistus (San Calixto) de Garden Grove, el viernes de la semana pasada.
“Lo siente uno de muy adentro quererlo”, dijo Soledad López, de 65 años y residente de Orange. A pesar de ya haberlo visto antes en Fresnillo, Zacatecas, no dudo en verlo de nuevo.
La iglesia estuvo repleta de feligreses, muchos de los cuales se tuvieron que quedar parados durante toda la misa, todo por la oportunidad de estar un poco cerca del tan querido santo.
“Es una cosa muy pequeña pero muy milagrosa. Ojala Dios nos de licencia de que lo tenga (el condado de Orange) otra vez”, dijo López, que es originaria de Zacatecas.
Para Jesús Castro, también de Zacatecas, fue pura “suerte” que pudo ver al Santo Niño de Atocha, el viernes de la semana pasada, ya que estaba visitando a sus hijos en el condado de Orange.
“Es milagroso, nos ayuda con lo más necesario…”, dijo Castro, que al igual que López, ya lo había visto en su natal Zacatecas.
Al preguntarle por qué razón provoca tanto sentimiento entre los que lo adoran: “Porque es Santo, Dios de los Dioses, rey de los reyes”, contestó de manera firme.
