De uno en uno y pausadamente, los nombres de los 57 policías caídos en el cumplimiento de su deber en la historia del Condado de San Bernardino, resonaron la mañana del jueves, 21 de mayo durante una emotiva ceremonia conmemorativa del Oficial Nacional de Paz celebrada en la ciudad de Fontana.
Acto seguido, colegas policías depositaron un par de guantes blancos junto a una réplica del monumento al oficial caído como símbolo de admiración y respeto infinito. Así, liberando una parvada de palomas blancas familiares de los caídos y miembros de la comunidad, rindieron tributo a sus “héroes”.
“Debemos reconocer la ardua y peligrosa labor que desempeñan los policías todos los días para proteger a los residentes. Aunque muchos critican la forma como lo hacen, lo cierto es que su labor es indispensable”, comentó la alcaldesa de Fontana Acquanetta Warren.
La ceremonia dio inicio con la acostumbrada presentación de las banderas de los Estados Unidos, el estado de California y de las Fuerzas Armadas, para dar paso a la entrega de rosas rojas a familiares de los oficiales caídos.
Presentes estuvieron dignatarios locales así como el fiscal del Condado de San Bernardino Mike Ramos y el jefe del Alguacil del condado de San Bernardino John McMahon. Además, 15 jefes de policía de la región estuvieron presentes, así como representantes de la Patrulla de Caminos de California.
Ramos indicó sentirse ofendido con los medios de comunicación y la sociedad que critica la forma como los departamentos de policía operan cuando en realidad deberían agradecer el servicio brindado. Por su parte, McMahon le reiteró a la comunidad que los oficiales nunca serán olvidados.
En la actualidad, la policía ha sido severamente criticada a nivel nacional por los supuestos actos de brutalidad policial captados en video. En varios estados, incluyendo Misuri, la ausencia de presentación de cargos a policías que asesinaron a personas de color resulto en disturbios, al grado de que el presidente Barack Obama ordenó al gobierno federal el cese de equipamiento con armas militares a departamentos de policía locales con el afán de disminuir los desmanes.
Como parte de la luctuosa ceremonia, un caballo negro cabalgó sin jinete en representación al oficial ausente. Dicha ceremonia data de tiempos ancestrales cuando un caballo era sacrificado en honor al guerrero abatido en la época de Genghis Khan, emperador del Imperio Mongol.
De repente, 21 disparos de salva irrumpieron el silencio para dar paso a la ejecución de “Taps”, pieza musical entonada en cierre de funerales de militares. Una vez finalizada la nostálgica melodía, miembros del alguacil de Condado de San Bernardino interpretaron la típica canción “Going Home” al ritmo de la gaita.
