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COMUNIDAD: Regresa a casa un hombre de México después de andar perdido por 12 años

  • Claudio Cuajicalco Leonardo, de 50 años, es entrevistado en el...

    Claudio Cuajicalco Leonardo, de 50 años, es entrevistado en el Consulado de México en Santa Ana. Él estaba sin hogar, enfermo y no podía recordar detalles claves de su vida. El gobierno mexicano le ayudó a reunirse con su familia en México. Su familia no sabía de su paradero desde hacía 12 años, y temían que estuviera muerto.

  • Luz Venegas y su hijo, Eduardo, residentes de Anaheim, ayudaron...

    Luz Venegas y su hijo, Eduardo, residentes de Anaheim, ayudaron a que Claudio Cuajicalco Leonardo, de 50 años, encontrara asistencia en un albergue del Salvation Army. El gobierno mexicano luego le ayudó al hombre a reunirse con su familia en México.

  • Pantaleón Cuajicalco Leonardo (izq.), viajó más de cinco horas junto...

    Pantaleón Cuajicalco Leonardo (izq.), viajó más de cinco horas junto a sus padres, ambos ya más de 80 años de edad, al aeropuerto de la Ciudad de México. La familia ya tenía 12 años sin mirar a Claudio Cuajicalco Leonardo (der.) y temían que había muerto.

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Su hermano lo buscó. Su madre oró por él. Todos lloraron por él.

Desde hace 12 años, nadie sabía lo que había pasado con Claudio Cuajicalco Leonardo. Lo último que supieron era que vivía en Stanton, recogía verduras para ganarse la vida, pasó un tiempo en Los Ángeles, y a veces trabajaba en construcción.

Pero dejo de llamar a México; era como si hubiera desaparecido. La mayor parte de su familia pensó que había fallecido.

Pero, llegó una llamada inesperada el pasado fin de semana. Encontraron a Cuajicalco Leonardo, de 50 años. No tenía vivienda, no recordaba mucho y no se encontraba muy bien – posiblemente víctima de un derrame cerebral. Pero estaba vivo.

Gracias a un buen samaritano, el Salvation Army y el Consulado de México en Santa Ana, la familia se reencontró el miércoles en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

“Estoy muy feliz de tener a mi hermano menor aquí. Nos criaron aquí. Me siento…”, Pantaleón Cuajicalco Leonardo, de 55 años, rompió en llanto mientras hablaba por teléfono desde Chilapa de Álvarez, una pequeña ciudad en el estado de Guerrero. “Ahora me siento bien”.

El hombre al que vieron por última vez partir hacia los EE. UU. con la esperanza de un mejor futuro se veía totalmente distinto. Camina con la ayuda de un andador y habla pausadamente. No recuerda muchas cosas, como dónde estuvo todo este tiempo o por qué tiene cicatrices en la cabeza y la espalda.

Pero, recuerda el nombre de la preparatoria a la que asistió y el lugar donde solía trabajar como lustrador de zapatos para ganarse el dinero, contó su hermano.

Cómo fue que Cuajicalco Leonardo se convirtió en un desamparado tal vez nunca se sepa. Pero, cómo fue que logró reencontrarse con su familia es “una historia maravillosa de cómo la vida de esta persona se cruzó con la vida de todos nosotros”, dijo Martín Barrera Martínez, gerente de the Salvation Army Hospitality House, un albergue de emergencia para hombres en Santa Ana.

La residente de Anaheim, Luz Vanegas, vio al desamparado sentado en una banca de la parada de autobús afuera del restaurante de emparedados donde ella trabaja.

“Él estaba totalmente perdido. Y yo también, porque no sabía cómo ayudarlo hasta que encontré al Salvation Army”, dijo Vanegas, quien lo llevó al albergue.

El personal en el Salvation Army pensó que el hombre había sufrido de un derrame cerebral por su dificultad para hablar y caminar, dijo Barrera-Martínez. Supusieron que podría ser un ciudadano mexicano, y contactaron al Consulado de México en Santa Ana, y ahí es donde intervino Loreta Ruiz. Ella está a cargo del departamento de protección y asuntos legales del consulado. Ruiz se presentó al día siguiente para entrevistar al hombre.

“Él dijo que era de México y que se quería ir a casa”, dijo Ruiz. “Pero no podía darnos más información… No recordaba la cadena de eventos. No recordaba dónde había vivido o cómo llegó hasta allí. Me pregunté: ¿cómo le voy a ayudar a este señor?”

Pero sabía su nombre y el nombre de su pueblo. Una llamada a una entidad del gobierno llevó a un empleado de oficina a llamar a un amigo en Chilapa, quien encontró a la familia. Después, Ruíz les llamó.

“En la primera llamada, me contestó una sobrina, y no creía lo que le decía”, explicó Ruíz.

El gobierno mexicano le consiguió un pasaporte, un par de pantalones nuevos y zapatos, un boleto de avión; y lo acompañó en el vuelo a la Ciudad de México. El ayudar con personas desaparecidas y la repatriación de personas vulnerables son algunos de los servicios que ofrece la oficina de Ruíz.

El hermano y los padres octogenarios de Cuajicalco Leonardo lo esperaban en el aeropuerto para darle la bienvenida después de viajar por más de cinco hora en autobús y taxi.

“Este es un caso muy gratificante”, dijo Ruíz.

Barrera-Martínez del Salvation Army dijo: “Las personas que pudieron ignorarlo, no lo hicieron. Vieron a Claudio como un ser humano, y no como otro desamparado”.

“Estaba perdido, y sólo necesitaba ayuda para que lo encontraran”.