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En un futuro no muy lejano, los trabajadores agricolas serán reemplazados por robots.
En un futuro no muy lejano, los trabajadores agricolas serán reemplazados por robots.
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Denver.- En dos años, los robots realizarán la cosecha de manzanas que ahora realizan trabajadores hispanos en Idaho, donde los robots tendrían hasta 12 brazos y trabajarían las 24 horas, lo que les permitiría alcanzar cifras de recogida imposibles para los humanos, según especialista.

“Existen varias ventajas de usar robots para cosechar manzanas u otras frutas, incluyendo limones, granadinas, mangos, duraznos (melocotones) y peras. Y la principal ventaja es que los robots son diez veces más rápidos que los más habilidosos seres humanos”, indicó a Efe Gad Kober, cofundador y vicepresidente de desarrollo empresarial de FFRobotics.

La empresa, con sede en Israel, creó un cosechador robótico de frutas, que imita el movimiento de las manos humanas al recolectar frutas y varios de esos robots ya se usan de manera limitada (prototipos) en algunos estados, especialmente en Idaho y en Washington, donde hay una enorme falta de mano en los grandes manzanales.

Los robots, según indicó Kober, pueden tener hasta 12 brazos y cosechan 10.000 manzanas por hora, labor imposible para un ser humano que le llevaría entre 6 a 8 horas.

También, los robots al contrario de los humanos ni mantienen la manzana (o la fruta que sea) en las manos ni las dejan caer dentro de las canastas, sino que al depositarlas directamente en la cinta transportadora, se reduce el tiempo y se mantiene la calidad de frutas que no caen ni se golpean.

Además, estas máquinas ofrecen otra ventaja y es el costo reducido. Como los robots pueden cosechar frutas más rápidamente y con mejor precisión y más calidad (menos daños), el costo por tonelada de la fruta cosechada por robots es un 25 % inferior al de la cosechada por humanos, según Kober.

Por el uso de inteligencia artificial, los robots pueden elegir las mejores frutas según ubicación, tamaño y color, aumentando así la productividad del cultivo y logrando que la fruta de mejor calidad llegue al mercado de manera mucho más rápida que a través de los medios tradicionales.

No obstante, existe un límite a lo que los robots pueden hacer, ya que del 5 al 15 % de la fruta queda sin cosechar. Y esa tarea, la de cosechar fruta, descartada por los robots, sería la única aún disponible para los trabajadores humanos, especialmente inmigrantes, quienes sólo serían necesarios para un 10 % del trabajo que realizaban anteriormente.

“De 75 a 80 % de los 3 millones de trabajadores agrícolas en Estados Unidos nacieron en el extranjero”, comentó Kristi Boswell, directora de relaciones con el Congreso de la Federación Estadounidense de Burós de Granjas (AFBF).

“Pero incluso esa mano de obra es insuficiente para cubrir las necesidades agrícolas actuales y muchos estadounidenses no quieren realizar ese tipo de trabajo. Desde hace mucho tiempo que venimos enfrentando esta situación y es frustrante”, subrayó.

Por eso, ante las dificultades políticas y burocráticas para contratar a trabajadores extranjeros y ante los cambios demográficos que alejan a los jóvenes estadounidenses del campo, una opción (no mencionada por Boswell) es la de emplear robots.

Eso es exactamente lo que está sucediendo, según el reciente reporte (diciembre 2016) “Robots agrícolas”, publicado por la empresa Tractica, con sede en Boulder, Colorado.

El reporte de Tractica indica que a nivel global la industria de los robots agrícolas crecerá durante los próximos años y superará en 2024 los 74 mil millones de dólares anuales, con casi 600.000 robots en operaciones en aquel momento. En la actualidad, solo operan unos 32.000 robots agrícolas.

En su reporte, Tractica señala que la demanda de robots agrícolas se debe a varios factores, incluyendo la necesidad de aumentar la producción de alimentos al mismo tiempo que se reducen los costos, la menor disponibilidad de mano de obra agrícola, la creciente automatización de todas las industrias, y las nuevas complejidades de la agricultura (como el cambio climático).

De hecho, ya existen unas 150 empresas en Estados Unidos dedicadas exclusivamente a la producción de robots para integrarlos en el ámbito agrícola, sostiene el reporte. Y eso es algo positivo, según Kober, de FFRobotics.

“Con cada vez menos disponibilidad de trabajadores y con cada vez costos más altos para contratarlos, la agricultura en general y la cosecha de frutas en particular son problemas cada vez más grandes en todo el mundo, no solamente en Estados Unidos o en Europa, sino incluso sorprendentemente en China y en la India”, declaró Kober.

La opción, añadió, consiste entonces en que los robots realicen esos trabajos, no para desplazar a humanos sino para reemplazar a humanos que ya trabajan en el campo.

“Por eso, nuestros robots están diseñados con los programas más avanzados de reconocimiento de imágenes y con algoritmos desarrollados por reconocidos expertos en agricultura de las principales universidades y de grandes corporaciones tecnológicas”, explicó.

Según un estudio publicado por el Dr. Nikolaus Correll, roboticista de la Universidad de Colorado en Boulder, aunque la llegada de los robots inteligentes podría afectar a millones de trabajadores agrícolas en todo el mundo, la transición podría tener un efecto positivo.

El estudio “El robot en el jardín” (2014) indica que con la tecnología existente en el siglo XX se quintuplicó la producción agrícola en la segunda mitad del siglo y, como consecuencia, el trabajo de un solo granjero, que en 1950 alimentaba a sólo 15 personas, ahora alimenta a 140.

Por eso, si las proyecciones de Kober son correctas en cuanto a la tecnología del siglo XXI (los robots agrícolas son 10 veces más eficientes que los humanos), entonces en poco tiempo (quizá a partir de 2019) un sólo granjero podría alimentar a 1400 personas o incluso más.

“Esa es nuestra visión desde hace muchos años y ya es una realidad”, concluyó.