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 El martes 26 de agosto se observó un lleno total en el Concejo de Riverside, cuando se discutió una resolución humanitaria para inmigrantes.
El martes 26 de agosto se observó un lleno total en el Concejo de Riverside, cuando se discutió una resolución humanitaria para inmigrantes.
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El martes 26 de agosto, se discutió en el concejo de la ciudad de Riverside una Resolución Humanitaria, que planteaba tratar con respeto e igualdad a los inmigrantes que llegaran a esta localidad, la cual no fue aprobada.

Al iniciar este debate el alcalde William “Rusty” Bailey mencionó que la ciudad ya se había declarado como una comunidad inclusiva en septiembre del 2001.

La resolución fue introducida por el concejal del distrito electoral 2, Andy Melendrez, quien expresó que “en mi opinión la comunidad ha visto lo que en realidad piensan los concejales y el alcalde de los latinos”.

Melendrez, el único concejal de descendencia latina en el concejo de Riverside, explicó que luego que el concejal Mike Gardner y él aprobaron este tema en la comisión de asuntos gubernamentales, el alcalde decidió quitar este tema de la agenda para discutirlo en público.

“El alcalde dio su opinión y expresó que no había nada que nosotros podamos hacer como ciudad, que esto no nos afecta…lo dijo incluso antes de escuchar cualquier argumento del público o de los concejales”, señaló.

A último minuto, Bailey envió un correo electrónico a UNIDOS, declarando que “yo estoy a favor de un trato justo y humano de todas las personas, y lo mismo ocurre con la ciudad de Riverside, es por eso que hemos tenido una declaración de inclusión desde 2001. Sin embargo, la resolución que fue presentada ante el concejo aborda cuestiones federales de inmigración, y nuestro concejo se enfoca en asuntos locales que están bajo nuestra jurisdicción”.

Gilberto Esquivel, presidente de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) en Riverside, dijo que “la gran mayoría de las personas, quizás un 90 por ciento, de los que hablamos a favor de esta resolución éramos residentes de Riverside, el resto eran residentes de Murrieta que oyeron lo que íbamos a hacer, se organizaron y vinieron”.

Esquivel también comentó que se unieron varias minorías a favor de esta resolución. “Lo bonito fue que se vino una buena representación étnica a favor de esta resolución”.

Esquivel explicó que lo que buscaban era no repetir los incidentes que acontecieron en Murrieta a comienzos de julio, cuando personas protestaron por el traslado de niños y madres centroamericanas a esa localidad.

“La resolución no era un remedio inmediato, sino que buscaba sentar un precedente para que no se repita lo de Murrieta. Que yo lo veo difícil, porque gracias a Dios tenemos un jefe de policía, Sergio Díaz que es un inmigrante que llegó de niño sin sus padres a este país”, dijo Esquivel.

Ofelia Valdez-Yeager, presidenta de Latino Network de Riverside, expresó que le dio mucha tristeza que no estuvieron todos los concejales: Jim Perry se retiró temprano de esta sesión y Paul Davis estaba fuera de la ciudad.

“Desde el primer momento, el alcalde emitió comentarios negativos sobre esta resolución, y esa no es su función”, resaltó Valdez-Yeager.

Explicó que lo que se estaba solicitando era que se aprobara una resolución humanitaria que les permitiera a esos inmigrantes estar fuera de las cárceles, mientras se les analiza su proceso migratorio.

“Categorizaron a todos los inmigrantes como miembros de pandillas, que traen enfermedades. Se debió escuchar a los residentes de Riverside. Nosotros somos los que votamos por ellos”, dijo Valdez-Yeager.

Otra de las personas que estuvieron presentes en esa discusión del concejo municipal fue Woodie Rucker-Hughes, presidenta de la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP) de Riverside.

“Resulta doloroso observar este tipo de conductas en el 2014, personas cuyos espíritus revelan este tipo de tratamiento, especialmente cuando estamos hablando de niños”, dijo.

Emilio García, director ejecutivo del Centro de Servicios Comunitarios de San Bernardino, hizo uso del derecho de palabra en esta sesión.

“Lo ocurrido nos mostró la retórica que siguen usando los grupos antiinmigrantes basada en odios, fueron muy racistas”, dijo.

Por su parte, Benjamín Wood, organizador del Centro de Jornaleros de Pomona, quien también es miembro de esta coalición, informó urgía aprobar esta resolución para transmitir el mensaje de no repetir lo que aconteció en Murrieta.

Wood comentó que regresó hace pocos días de El Salvador, donde colaboró con personal médico y quiso compartir sus experiencias.

“Todas las personas con las que hablé habían sido afectadas por la violencia de una u otra forma. Todos los jóvenes quieren salir del país a Estados Unidos, Canadá incluso hasta China, porque cualquier país les podría ofrecer un mejor futuro”, señaló.

Para Wood el concejal Melendrez defendió bien los motivos de su propuesta, “mientras que el resto de los concejales querían esquivar el tema a través de mecanismos burocráticos, tenían más ganas de defender sus intereses políticos. Es una tragedia”, expresó.

El presidente de LULAC, Gilberto Esquivel mencionó que de todas maneras van a seguir ayudando y tratando de conseguir fondos para asistir a las familias que llegan a esta área.

Coincidió con la presidenta de Latino Network al expresar que “lo único que se puede hacer es que la comunidad se organice, salga a votar y elija gente en el concilio que tenga una verdadera conciencia”.

Mientras que el concejal Melendrez sentenció: “Murió la resolución, pero activó la comunidad latina y a las otras minorías”.