Skip to content
Ernesto de Lucas Hopinks es ahora el director del Instituto de Mexicanos en el Exterior, después de haber sido removido de la posición de director de Pro Mexico.
Ernesto de Lucas Hopinks es ahora el director del Instituto de Mexicanos en el Exterior, después de haber sido removido de la posición de director de Pro Mexico.
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

¿Realmente el llamado Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME) representa a la comunidad mexicana? A poco más de diez años de su creación, ha sufrido una serie de cambios estructurales que ponen en duda realmente su funcionamiento, pero sobre todo, su capacidad para generar políticas públicas que permitan integrar y darle fuerza a la diáspora mexicana que radica en Estados Unidos.

Heredero del llamado Programa de Comunidades, el IME ha tenido hasta la fecha a tres presidentes: Cándido Morales, un inmigrante oaxaqueño, quien para muchos se vio rebasado por los directores generales; Arnulfo Valdivia, quien estuvo apenas diez meses y que, por razones poco claras, fue removido del cargo y nombrado embajador de México en Colombia; y ahora se ha designado a Ernesto de Lucas Hopinks, un joven político salido de las filas priistas, quien tuvo un fugaz paso de menos de cuatro meses por Pro México y fue removido de esa posición por supuestos actos de corrupción.

Creado por decreto presidencial en abril del 2003, el IME tiene como objetivo principal “promover y diseñar estrategias, integrar programas y recoger propuestas y recomendaciones de las comunidades, sus miembros, sus organizaciones y órganos consultivos, con el fin de elevar el nivel de vida de las comunidades mexicanas en el extranjero”.

Conformado por tres componentes: la Comisión Nacional para las Comunidades Mexicanas en el Exterior o CNCME, que es un órgano del gabinete presidencial que discute asuntos migratorios y de la diáspora; el IME propiamente dicho y el Consejo Consultivo del mismo, o CCIME, busca ante todo desarrollar políticas públicas que permitan a los mexicanos que radican en el exterior (fundamentalmente en Estados Unidos) contar con programas que fortalezcan a la comunidad y su presencia y poder de cabildeo tanto en este país, como en México, con resultados que algunos ponen en duda.

En este punto coincidió el entonces presidente del IME, Arnulfo Valdivia, quien en una vista realizada a Santa Ana en febrero pasado me dijo: “Debemos reconocer el valioso trabajo que han realizado los consejeros del IME, pero sin duda existe una fuerte convicción de que la estructura en el que está hoy sustentada su conformación no es la más adecuada, debemos cambiarla para que realmente logre llevar a cabo las funciones para lo cual fue creado”.

Efectivamente, la selección o elección de los miembros del CCIME ha sido fuertemente criticada desde su creación, ante la carencia de reglas claras y precisas que permitan la conformación de un grupo colegiado que se convierta en un verdadero grupo de asesores, que ayuden al gobierno federal mexicano a crear políticas encaminadas a fortalecer a la comunidad mexicana en Estados Unidos.

En muchas ocasiones la designación o elección de los consejeros se hace por “dedazo”, por amistad, o simplemente inventando “procesos democráticos” sin sustento, sin ningún tipo de supervisión por alguna autoridad que den certeza y confianza a dicha elección.

Pero lo más preocupante ha sido la designación del actual presidente del IME, quien sin experiencia en el campo diplomático, ni mucho menos conocimiento de la realidad que enfrenta la comunidad mexicana extendida a lo largo de los casi 52 estados que conforman la Unión Americana, pesa sobre él una serie de acusaciones de corrupción que hasta la fecha no han sido aclaradas y que motivan a expresar serias dudas sobre su futura actuación.

En un artículo publicado en el periódico El Economista de México, el 25 de abril del 2013, titulado “La caída de El Pato”, como se le conoce al nuevo presidente del IME y escrito por Alberto Aguirre, se hace una recapitulación de su fugaz carrera política, pero sobre todo de su desastrosa actuación al frente de Pro México y en él se señala: “por una serie de acusaciones Ernesto de Lucas Hopkins tuvo que capitular (como director general de Pro México), y en menos de 48 horas, su equipo de trabajo quedó descabezado, en medio de rumores sobre la presentación de una denuncia en su contra en la PGR, como presuntos responsables de asociación delictuosa y la malversación de 77 millones de pesos. En esa dependencia federal no confirmaron tal información”.

Y agrega el periodista:… “Los niveles calamitosos que alcanzaba el desempeño de De Lucas Hopkins en una gira de trabajo (realizados a la ciudad de Davos, Ginebra) rebasaron los desórdenes de su oficina, que son el capítulo más oscuro de su breve paso por Pro México”.

Un ex consejero comercial me comentó que hasta la fecha no ha existido ninguna aclaración sobre la situación que guarda el caso de Ernesto de Lucas, luego de su abrupta renuncia de la dirección general de Pro México.

“Con esta designación, me comenta Guadalupe Gómez, ex presidente de la Federación de Zacatecanos del sur de California y ex consejero del IME de la primera generación, el mensaje de la administración del presidente Peña Nieto es muy clara: se carece una clara y correcta política hacia los migrantes mexicanos.

Durante muchos años, me expresa, “los migrantes nos hemos convertido en una parte fundamental para el sostenimiento del país; con más de 23 mil millones de dólares enviados anualmente; el aporte realizado a través de diversos programas como el 3 por 1 y la derrama económica que se deja cada año que los paisanos visitan sus respectivos lugares de origen, entre otras muchas aportaciones, nos parece una falta de respeto que nunca se nos tome en cuenta para este tipo de decisiones”.

Me reitera Guadalupe Gómez: “El mensaje es que no hay interés sobre el tema migrante con este gobierno; no se ha logrado avanzar en la agenda migrante; hay temas pendientes como es la credencialización para lograr el pleno derecho político de los mexicanos que viven en el exterior y puedan votar; es fundamental rescatar el aporte migrante, si no nos invitan a la mesa para tomar decisiones, es posible que el capital político y monetario aportado por todos los mexicanos se diluya, sin beneficios para nuestra nación”.

Si desean hacer algún comentario al respecto, nos pueden contactar en apradillo@cimadesigns.com

Agustín E. Pradillo ha sido Consejero de Prensa en embajadas y consulados de México. Es periodista y especialista en temas de asuntos de hispanos.