Mamá, papá, no están solos. Literalmente. Este año, el 19 por ciento de hombres jóvenes adultos entre las edades de 25 a 34 años, y el diez por ciento de mujeres entre esas mismas edades están viviendo con sus padres, según reportó la Oficina del Censo.
Esto ha significado un aumento del 14 por ciento en hombres y del ocho por ciento en mujeres en el 2008.
“El aumento en las personas entre 25 y 34 años que están viviendo con sus padres comenzó un poco antes de la recesión, y ha continuado hasta después de ésta”, dijo la autora del informe, Rose Kreider, una demógrafa dentro del Fertility and Familiy Statistics Branch.
Por más que los hijos amen a sus padres, el mudarse de regreso a casa tiene que ver más que nada con los trabajos y con la dificultad que este grupo de adultos está teniendo para encontrarlos, o por lo menos para encontrar uno que les dé los suficiente para pagar el alquiler de una vivienda.
La tasa de desempleo para los hombres entre 25 y 34 años era de diez por ciento durante el mes de octubre. Había 1.9 millones en ese grupo. Entre las mujeres 1.4 millones estaban desempleadas con una tasa de 9.3 por ciento. En total el desempleo se midió en un nueve por ciento.
Los adultos más jóvenes también se están mudando a la casa de mamá y papá. El Censo dice que el 59 por ciento de los hombres entre 18 y 24 años están viviendo en casa, un aumento del 53 por ciento que se reportó en el 2005. Sin embargo, esos números incluyen a estudiantes de universidad que residen en las universidades, pero que aún cuentan como si vivieran en su casa.
Esta noticia confirma lo que se ha dicho de que 5.9 millones de jóvenes entre las edades de 25 a 34 años estaban de regreso en las casas de sus padres, un aumento de los 4.7 millones de jóvenes que se reportaron en el 2007.
No son sólo los jóvenes los que se están mudando. Más padres de familia se están mudando a las casas de sus hijos, mientras que hermanos y hermanas adultos se han unido bajo un mismo techo.
