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MADRID.- El presidente de la región de Cataluña estaba montado el lunes sobre una ola de entusiasmo independentista, un día después de que una consulta extraoficial mostrara un fuerte —aunque no abrumador— apoyo para independizarse del resto de España.

Artur Mas recibió una jubilosa ovación por parte de los empleados del gobierno al regresar el lunes a la sede de su partido para analizar los resultados del referendo informal, luego de que el Tribunal Constitucional suspendió los planes para la realización de una votación oficial después que el gobierno central impugnara la consulta cuestionando su constitucionalidad.

“Cataluña quiere decidir su propio futuro”, dijo el portavoz del gobierno regional Francesc Homs.

Disgustados por la negativa de Madrid para darle a la rica región mayor autonomía y poderes fiscales, los políticos catalanes buscaban el referendo desde hace meses.

Las acciones secesionistas catalanas tomaron impulso con la reciente votación por la independencia realizada en Escocia, donde la mayoría votó por el “No”, para seguir siendo parte del Reino Unido.

Las autoridades catalanas informaron que 2,2 millones de personas votaron y que 80% de ellos se expresaron a favor de independizarse. Aunque no se han dado cifras oficiales, parece que la participación en la jornada del domingo fue mucho menor que en elecciones recientes.

En otras partes había escepticismo por la consulta.

“Es totalmente antidemocrática”, dijo Carmen Santos, quien trabaja como afanadora en una iglesia en Madrid. “No le preguntaron a todos los españoles”.

El presidente del gobierno Mariano Rajoy dijo que la votación “no fue ni un referendo ni una consulta” porque carece de peso legal.

En Londres, el primer ministro británico David Cameron dijo: “queremos que España se mantenga unida”. Agregó que los referendos “deben realizarse dentro de los marcos legales y constitucionales”.

Las autoridades escocesas y británicas se pusieron de acuerdo sobre el marco legal y las reglas para realizar el referendo independentista de septiembre en Escocia y ambas partes aceptaron respetar el resultado.