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Kevin Vann es el nuevo obispo de Orange.
Kevin Vann es el nuevo obispo de Orange.
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Esa puede ser la mejor manera de describir al líder más reciente de la Diócesis de Orange, el obispo Kevin W. Vann, que se instaló en el Bren Center de la Universidad de California en Irvine el lunes de esta semana.

Durante la ceremonia que incluyó a aproximadamente 150 obispos, 200 sacerdotes, un cardenal y un representante del Papa quien habló sobre el “mandato apostólico” del Papa Benedicto XVI, Vann habló calurosamente durante su primer sermón.

También ofreció un mensaje espiritual.

“Hoy estamos reunidos aquí como el cuerpo de Cristo, como la familia de Dios”, les dijo a los 4,000 feligreses que llenaron el centro. “Para traer el mensaje de Dios al mundo”.

Si esta fue la primera huella del obispo en el condado de Orange, fue una de inclusión, una bienvenida inmensa para todos los católicos, sin importar su cultura.

Danzantes indígenas y vietnameses abrieron la ceremonia. Vann le dio la bienvenida a la multitud en cuatro lenguas: inglés, español, vietnamés y coreano, mientras que otras porciones del sermón fueron traducidas al chino, tagalo, polaco y tongano. Hubo un momento en que Vann alzó la voz y dijo tres veces en español:

“¡Viva Cristo Rey!”.

“¡Viva!”, respondió la multitud, una y otra vez.

Vann se considera “un pastor y un guía, un amigo y un líder”. El lunes, lo mostró.

“Adora a las personas de todas las culturas”, dijo el reverendo Raphael Nguyen, uno de aproximadamente 40 sacerdotes que asistió. “Y las personas lo quieren mucho”.

Como el cuarto obispo de Orange, Vann, de 61 años, hereda una diócesis de 1.3 millones de católicos, haciéndola la décima diócesis más grande en todo el país, la segunda más grande del estado y algunos dicen, la que más está creciendo en América.

Aquellos fieles esperan que Vann pueda revivir la fe en el condado de Orange.

“¿Siente la emoción?”, preguntó Ann Creman, de Huntington Beach, durante la ceremonia. “Ese es el Espíritu Santo trabajando”.

Al concluir la ceremonia, Vann salió a saludar a sus nuevos feligreses.

“Dios nos juntó a todos para cumplir con su trabajo”, dijo. “Ahora iremos para adelante, juntos, para hacerlo”.