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El académico e investigador del CIDE, Mauricio Merino, reconoció la labor de Gilberto Rincón Gallardo para promover la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación del 2003.
El académico e investigador del CIDE, Mauricio Merino, reconoció la labor de Gilberto Rincón Gallardo para promover la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación del 2003.
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México ha avanzado, pero falta unidad de propósito en el Estado


México Pese a que México ha avanzado en la creación de conciencia para evitar la discriminación, aún faltan políticas públicas universales en los tres niveles de gobierno para acabar con esa práctica, advirtió Mauricio Merino.

En entrevista con Notimex, el académico e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) reconoció la labor de Gilberto Rincón Gallardo para promover la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, promulgada el 11 de junio de 2003.

Al cumplirse este lunes nueve años de esa promulgación, señaló que mucho se ha avanzado en la creación de conciencia individual a través del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), que con sus limitados recursos “hace maravillas”.

Sin embargo, es necesario establecer una política pública general para los tres niveles de gobierno, que garantice a todos la certeza de que grupos como las mujeres, los jóvenes, los ancianos o los indígenas no van a ser discriminados.

En ese sentido, aseguró que se antoja difícil aprovechar el momento político electoral para crear conciencia sobre la necesidad de ese nuevo paso hacia una sociedad más igualitaria y justa.

La discriminación proviene del interés de algunos por conservar sus privilegios, por ello es difícil pensar que cualquier grupo que gobierne o los congresos federal o locales promoverán una política pública de Estado para combatir la discriminación.

Se trata de una construcción ciudadana y social que debe de empujar a las autoridades a asumir ese compromiso, pues actualmente los esfuerzos están muy dispersos, por lo que son ineficaces.

Mauricio Merino recordó que grupos como las mujeres, los enfermos de sida, los ancianos, los indígenas, los jóvenes o las personas con distinta orientación sexual suelen ser blanco de la discriminación.

Sin embargo, “defender a los discriminados es defenderse a sí mismos, porque todos llegaremos a viejos”, advirtió.

Aún quienes hoy son hombres jóvenes blancos, instruidos y con alto poder adquisitivo, llegarán a viejos y también pueden sufrir la discriminación, lo que hace ver la importancia del compromiso personal.

No obstante, la sola conciencia individual de los ciudadanos es insuficiente, mientras no exista una política pública clara que obligue a los tres niveles de gobierno a seguir reglas específicas contra las prácticas discriminatorias.

Uno de los lineamientos que se podría seguir para elaborar dicha política, es la sugerida por el jurista italiano Luigi Ferrajoli, quien propone que las políticas contra la discriminación se diseñen “para los más débiles”.

Es decir, eliminar los privilegios de algunos (etimológicamente la palabra significa “privarse de la ley”, o “pasar por encima de la ley”, recordó) y al mismo tiempo empoderar a grupos discriminados para tener una sociedad más justa e igualitaria.

Aunque el momento político electoral no es significativo en ese terreno, se mostró optimista por el camino recorrido por la sociedad mexicana que ya cuenta con una ley bastante buena e instituciones que trabajan en la materia.

Aún así, hace falta estructurar una política pública única que garantice su cumplimiento y logre revertir la realidad que todavía vivimos en esa materia.