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    El jefe del Departamento de Policía de Fontana, Rod Jones (der.) durante una conferencia de prensa el 5 de marzo 2014. Jones se jubila del departamento tras 35 años de servicio.

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    Rod Jones, de 56 años de edad y residene de Highland, habló con La Prensa sobre su prolífera carrera y sobre cómo se ha transformado Fontana en los últimos 20 años. En esta fotografía Jones habla sobre los peligros de fuegos artificiales, en junio 2015.

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    El jefe del Departamento de Policía de la ciudad de Fontana, Rodney “Rod” G. Jones, termina su jefatua hoy, 5 de febrero.

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    El jefe del Departamento de Policía de la ciudad de Fontana, Rodney “Rod” G. Jones en 1988, a la edad de 29 años.

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    El jefe del Departamento de Policía de la ciudad de Fontana, Rodney “Rod” G. Jones se jubiló el 5 de febrero 2016.

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    El jefe del Departamento de Policía de la ciudad de Fontana, Rodney “Rod” G. Jones se jubiló el 5 de febrero 2016.

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El jefe del Departamento de Policía de la ciudad de Fontana, Rodney “Rod” G. Jones, terminó su jefatua el 5 de febrero.

Su jubilación llegó precisamente el mismo día que cumplió 35 años con el departamento. El anuncio sobre su jubilación lo hizo el el jueves, 21 de enero.

Jones, de 56 años de edad y residene de Highland, habló con La Prensa sobre su prolífera carrera, primero como policía, luego como sargento, teniente y capitán hasta llegar a jefe del departamento policiaco de una ciudad que se ha transformado en los últimos 20 años.

El apasionado al golf, carpintería, y cocina, habló cándidamente sobre sus logros, remordimientos, el fatídico 2 de diciembre y su futuro como posible abogado. Además, Jones – quien tiene dos hijos y una gran pasión por la aviación – respondió a preguntas de temas actuales tales como la brutalidad policía, retenes, tasas de criminalidad, control de armamento, y militarización de los departamentos de policía a nivel nacional.

PREGUNTA: ¿Cómo fueron sus años de joven?

RESPUESTA: Cuando salí de la preparatoria no tenía la madurez para completar el colegio e hice un año y luego deserté. Luego decidí convertirme en policía pero batallé un poco. No fue hasta mediados de los 30 años cuando comencé a ir a la escuela de leyes. Fue entonces cuando tomé la educación en serio. Fueron los cuatro años más difíciles de mi vida. Había que trabajar y estudiar al mismo tiempo, fue muy difícil pero todo eso me ayudó en mi carrera con el departamento.

P: ¿Trabajó como abogado?

R: Sí. Hice defensa de lesiones personales para un bufete en Ontario y planeación estatal por mí mismo. Una vez que me convertí en jefe de policía dejé el trabajo como abogado. Aún no sé si lo pondré en uso durante mi retiro.

P: ¿Cómo ha cambiado la ciudad desde que usted comenzó con el departamento?

R: La ciudad ha cambiado drásticamente desde que comencé en 1981. La compañía acerera Kaiser estaba en sus últimas fases para cerrar y la ciudad comenzaba a expandirse. Luego vino la recesión en 1990 y 1991 que casi llevó a la ciudad a la bancarrota. Tuvimos muchos despidos. Cuando comencé como jefe de policía en diciembre de 2007 la ciudad tenía 185,000 residentes y 202 policías juramentados, ahora la ciudad tiene 205,000 residentes y 195 policías juramentados. Fue en la dirección opuesta. Eso hizo que modificáramos la manera como funcionamos.

P: ¿Ha visto un gran cambio en la tasa de criminalidad desde que fue nombrado jefe de policía?

R: El índice de criminalidad estuvo en declive por casi 20 años. No fue hasta hace algunos años que comenzó a elevarse con el realineamiento de prisiones y la proposición 47, lo cual revirtió una tendencia de dos décadas.

P: ¿Y cómo está ahora?

R: El índice de criminalidad ha aumentado en dos dígitos, pero no es solamente en Fontana, es en todos lados. No es un problema local, es un problema estatal. Estoy seguro que el aumento local es un reflejo a nivel estatal.

P: ¿Qué se puede hacer para revertir la tendencia?

R: Hay muchas cosas que podemos hacer y que hemos estado haciendo, como por ejemplo, implementar el programa de ayuda para personas que recién fueron dejadas en libertad. Las estadísticas son una herramienta que nos dice cómo emplear los recursos. Por ejemplo, si en un área aumenta el robo de vehículos nuestros analistas disponen más recursos a esa área. Nos ayuda a ser vigilantes y monitorear el problema. Pero en realidad no es algo que una sola ciudad deba hacer, es un problema estatal.

P: ¿Fontana continúa siendo una de las ciudades más seguras en el país o ha perdido dicho nombramiento?

R: Creo que seguimos siendo de las más seguras. En el condado de San Bernardino hay 10 departamentos de policía municipales. De los 10 nosotros tenemos la proporción más baja de personal por cada 1,000 habitantes, creo que somos los más bajos. Tenemos 195 oficiales del orden juramentados y una población de 205,000 residentes los que nos da .9 por ciento cuando el promedio está por encima de 1.0 por ciento. Aun así tenemos el índice más bajo de crímenes nivel I por cada 1,000 residentes que en todos esos departamentos.

P: ¿Cómo los afectó la recesión del 2008 y cómo sobresalieron?

R: Durante la crisis hipotecaria tuvimos mucho impacto económico. En 2010 experimentamos una restructuración en el departamento. Tuvimos que cesar varios programas, incluyendo la unidad de vehículos robados, la unidad de patrullaje en bicicleta y cesar a oficiales escolares.

P: ¿Se arrepiente de esas decisiones?

R: (Después de una pausa) No tuve otra opción. Fue difícil sacar a los oficiales de las escuelas. En este medio hay que estar seguro que hay suficientes botas en el suelo para la seguridad de todos.

P: ¿Cuál ha sido su mayor logro como jefe de policía?

R: Han ocurrido muchas cosas en estos últimos siete años. No son mis logros, son de todos nosotros. Tuvimos la expansión de departamento de policía con un costo de 12 millones de dólares. Ahora la estación de policía está apta para servir por los próximos 20 años y eso es tomando en cuenta el incremento en número de oficiales. Ya no teníamos espacio, e incluso había roedores en el edificio. Estoy muy orgulloso también de los programas que ayudan a las personas a adaptarse a la sociedad tras el encarcelamiento, del programa que rescata a jóvenes de las garras del crimen (FLIP), y de la colaboración con otras agencias regionales.

P: ¿Dónde estaba usted el 2 de diciembre y cómo reaccionó ante [el ataque terrorista en el Centro Regional Inland de San Bernardino]?

R: Ese día tenía que comenzar un viaje de trabajo de tres días pero tuve que cancelarlo tras sufrir dolor en los riñones a causa de unas piedras. Estaba en casa y una vez que el dolor se calmó un poco me vine a la oficina. Todo estaba corriendo como debía. En mis 35 años de carrera nunca me había sentido tan orgulloso de mi profesión como me sentí al ver la respuesta y colaboración de todas las agencias. Ese día nunca será olvidado.

P: ¿Cómo califica la relación entre el departamento de policía y la comunidad hispana?

R: Creo que la relación es muy buena pero creo que siempre hay lugar para mejorar. Tenemos una relación abierta y gracias a los programas la relación es fantástica pero siempre se puede mejorar. En el momento en que pienses que todo está bien y que no necesita mejorar, en ese momento se viene todo abajo.

P: ¿Cuántos programas implemento diseñados para la comunidad hispana?

R: No implementamos programas por raza, implementamos programas que beneficiarán a toda la comunidad. Uno de los programas más exitosos es FLIP, el cual incluso ha obtenido reconocimientos importantes. Otro es el programa de exploradores y el programa de cadetes, el cual ayuda con el proceso de contratación. Pero ningún programa se implementa específicamente para un sector de la población.

P: ¿Está la comunidad hispana proporcionalmente bien representada?

R: Es muy seguro que la proporción entre oficiales y residentes hispanos sea baja pero estén seguros que el departamento tiene oficiales de calidad que vienen de la comunidad.

P: ¿Cómo fue la relación con el Concejo Municipal?

R: Fantástica. La clave para toda relación es la comunicación. ¿Estamos diciendo que estamos de acuerdo en absolutamente todo? Claro que no. Pero comunicamos esas diferencias. El hecho de que no estemos de acuerdo en algunos temas no significa una mala relación.

P: ¿Quién decide quién es el nuevo jefe de policía?

R: El Administrador de la Ciudad (Ken Hunt). Yo no tengo voz ni voto. Me puede pedir que hable sobre las cualidades de los candidatos pero al final es él quien tiene la última palabra bajo apoyo del Concejo. Sea quien sea la transición será transparente.

P: ¿Quién fue su modelo a seguir?

R: Respeto mucho el trabajo del alguacil John McMahon. También aprendí mucho de Larry Clark y Frank Scialdone, con quienes trabajé muy de cerca.

P: ¿Alguna vez estuvo en una situación de vida o muerte?

R: Sí, dos veces. En 35 años de carrera me dispararon dos veces y usé mi arma una sola vez. Siempre está uno en peligro. Este es un trabajo muy peligroso y ha cambiado mucho, hoy es aún más peligroso, pero confía uno en su entrenamiento. Antes los criminales usaban armas pequeñas, hoy usan armas de grueso calibre, granadas, etc. Es frustrante para mí cuando critican que los departamentos de policía se están militarizando. Nosotros estamos respondiendo a las necesidades para proteger vidas de oficiales y residentes. Todo cambió después de la tragedia en Columbine. Si vamos a enviar a nuestros oficiales a este tipo de incidentes tenemos que tener las herramientas necesarias.

P: ¿Debería el gobierno crear nuevas leyes para el control de armas o simplemente implementar las leyes actuales con más rigor?

R: Todas las cosas que el gobierno federal quiere implementar en todo el país, California ya lo hace y con mano fuerte. No entraré en el debate del control de armamento pero te diré que California tiene leyes muy estrictas. Las armas usadas en la masacre de San Bernardino fueron compradas legalmente. No podemos erradicar todas las armas.

P: ¿Qué pueden hacer los departamentos de policía para minimizar la brutalidad policiaca?

R: En todos los departamentos se cometerán errores. Aquí tenemos 290 empleados en total y el factor común denominador es que todos son seres humanos, y cometerán errores. Las agencias del orden necesitan ser más transparentes. Cuando tienes un oficial que hizo algo incorrecto hay que ser transparente. Eso se gana el respeto y confianza de la comunidad. Si existe un problema, debemos ser más abiertos con la comunidad.

P: ¿Le molesta cuando un policía claramente abusa de su poder?

R: Seguro que sí. Por eso la importancia de las cámaras en el cuerpo de los oficiales. Si el oficial hizo un error debemos corregirlo.

P: ¿Los retenes generan ingresos económicos?

R: En la forma de multas y costos de grúa sí, pero si miras lo que cuesta ponerlos no, son una pérdida de dinero. La agencia de seguridad de tráfico costea los salarios extra pero no es un generador de ingresos. Los retenes no fueron diseñados para arrestar gente, actúan para concientizar a la población y para alertarla de que existen cero tolerancias. En un retén de alcoholímetro puedo arrestar a 5 o 10 persona pero si quiero arrestar a 30 entonces saturo las calles.

P: ¿Si son una pérdida de dinero, entonces para qué tenerlos?

R: Nosotros no estamos para hacer dinero, estamos para proteger a la comunidad. ¿Entonces por qué tener una unidad que patrulle en bicicletas? Nosotros no somos un negocio de ganancias, nosotros protegemos y servimos a la comunidad.

P: ¿Qué le aconseja al nuevo jefe de policía?

R: Que sea él mismo. Que escuche a la comunidad, que escuche a su equipo de trabajo. Que involucre a la comunidad.

P: ¿Por qué se va?

R: Creo que es el tiempo correcto. No tenía una fecha en específico, es más, puedo hacer esto hasta el día que muera. Tengo la confianza de que el Administrador seleccionará a un excelente jefe de policía. Estoy nervioso con lo que me traiga el futuro. Dedicaré más tiempo a mi familia y a mi persona.