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La depresión es una condición que puede llegar a afectar a todos.

Por eso, hace apenas unos días se dio a conocer que la Universidad del Sur de California (USC, por sus siglas en ingles) y AltaMed Health Services, el más grande centro de salud federal comunitario independiente, mejor conocidos como centros PACE, realizaran la investigación “Programa Esperanza”, que pretende mejorar las condiciones de depresión entre la comunidad hispana de bajos ingresos y mayor de 55 años.

“Es el primer estudio de este tipo (entre hispanos mayores de 55 años), que se realiza a nivel nacional”, dijo la doctora Maria P. Arana, de USC, investigadora principal del estudio. “Estamos muy, contentos por ello”.

Patient-Centered Outcomes Research Institute (PCORI, por sus siglas en inglés), una organización de investigación sin ánimo de lucro, otorgó $1.5 millones a AltaMed y a USC para la realización del estudio.

El dinero y la investigación también son resultado de la nueva Ley de Salud Asequible (Obamacare), aprobada por el presidente Barack Obama en el 2010 y que entró en vigor en 2014.

Programa Esperanza fue basado en un programa piloto que se realizó con anterioridad y que arrojó resultados muy alentadores y satisfactorios para la comunidad.

“Nació después de un proyecto piloto que se llamaba Mano Amiga, tuvimos la suerte de que reclutamos más de 100 personas de la tercera edad y obtuvimos grandes resultados”, dijo Arana. “En base de este piloto armamos Proyecto Esperanza, en donde se van a reclutar a por lo menos 250 personas hispano hablantes de 55 años”.

En qué consiste

Programa Esperanza es un programa de intervención de ocho semanas en el que se trata de solucionar problemas cotidianos a través de terapia individual; esto es que las personas comienzan a poner en acción un plan para resolver sus problemas. Es un estudio al azar entre 250 personas que se van a dividir en dos grupos, uno de ellos va a recibir intervención y el otro no.

Los pacientes atenderán ocho sesiones y tendrán seguimiento a los 3, 6 y 12 meses para monitorear su condición.

“La depresión en las personas de la tercera edad puede darse en el simple hecho de que las personas suelen perder interés en las cosas de la vida diaria, o en cosas que anteriormente les daban gozo y alegría. Pueden sentirse tristes, agobiados y muchas veces comienzan a sentirse preocupados porque comienzan a olvidar cosas o a tener problemas de concentración”, dijo Arana.

El estudio entre las 250 personas se dividirá en dos grupos uno que recibirá atención y otro que no, de tal forma que se puedan mostrar resultados. Doce trabajadoras sociales estarán involucradas y los pacientes serán elegidos al azar en los centros PACE que son administradas por AltaMed, en el condado de Los Ángeles y en el condado de Orange.

“Estamos muy emocionados, la depresión es algo con lo que batallamos mucho, es un proyecto innovador”, dijo el doctor Michael Hochman, director médico de servicios de inovación de Servicios Médicos de AltaMed y también investigador en el estudio.

AltaMed ha proporcionado cuidado a las comunidades de bajos ingresos en el sur de California por más de 40 años y tiene unas 46 localidades en ambos condados.

Los latinos y la depresión

Arana explicó que cuando se habla de condiciones psiquiátricas en la comunidad latina siempre hay un estigma, de que las personas sólo deben ver a un profesional cuando ha tenido un problema más grande.

“Y lo que pasa con los latinos es que no han tenido mucha experiencia con el sistema profesional, tienden a sentirse un poco más cohibidos. Además de que lamentablemente no tenemos muchas personas profesionales que hablen en español, esto es muy importante para poder transmitir cómo se siente en su propio idioma”, dijo la experta.

Explicó que también hay muchos estigmas en cuanto a los medicamentos para las enfermedades mentales, aunque apuntó que no es sólo entre la comunidad latina sino entre los pacientes en general.