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    Los jugadores de México celebran su medalla de oro en el torneo olímpico de fútbol tras ganar la final a Brasil, en el Estadio de Wembley en Londres.

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    Aficionados mexicanos festejan en Ciudad de México, el triunfo de la selección de México ante su similar de Brasil, durante la final de fútbol masculino de los Juegos Olímpicos Londres

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    Oribe Peralta de México (9) controla el balón ante Brasil en la final del fútbol masculino en el 2012 Juegos Olímpicos de Verano en Londres.

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    Neymar de Brasil se encuentra en el terreno de juego después de perder a México,

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    Jugadores de México celebran ganar la medalla de oro contra Brasil en el 2012 Juegos Olímpicos de Verano,

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    El delantero mexicano Oribe Peralta tras conseguir el segundo gol de su equipo ante Brasil, durante la final de fútbol masculino de los Juegos Olímpicos de Londres.

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LONDRES — La selección mexicana ha subido a lo más alto del podio olímpico, sábado, 11 de agosto, la primera vez que lo ha hecho, en uno de los mejores, sino el mejor, escenario para ello: Wembley, la referencia absoluta del fútbol mundial durante décadas y aún campo admirado y venerado por los amantes del fútbol de todo el planeta.

Los mexicanos, que adoran un deporte que nació aquí, en Inglaterra, están más que jubilosos y casi ni hubiesen elegido otro templo del fútbol mundial, el impresionante Estadio Azteca, como sitio para vivir un momento así.

Un oro olímpico es un oro olímpico y, siendo de fútbol, las Islas Británicas unas anfitrionas difícilmente mejorables. Y refuerzo de un oro que pasará a la historia. A la historia de México, por el hito de lograrlo y por ser el primero; a la historia de Brasil, por suponer el enésimo intento fallido; y a la del fútbol mundial, que ha presenciado una gran final en un escenario memorable.

Así se comprende la inmensa alegría de los jugadores mexicanos en un podio en diagonal que ocupaba medio campo de Wembley y ante la mirada de los presidentes del COI y de la FIFA, Jacques Rogge y Joseph Blatter, respectivamente, entre otras relevantes personalidades.

Y su baile encima de la tarima dedicado al público, con los brasileños al lado, desolados por perder una nueva oportunidad.

Historia conocida y repetida hasta la saciedad: alegría del campeón y tristeza del derrotado. Así es el deporte y en su máxima expresión los Juegos Olímpicos. Que en el apartado del fútbol siempre tendrán ya un hueco en su corazón para el ‘tri’, el equipo tricolor, la selección mexicana.

DOS GOLES

El equipo tricolor decidió el choque con dos goles de Oribe Peralta, el gran héroe de la final. El primero a los 28 segundos de juego, al explotar una buena presión de los de Luis Fernando Tena y definir con contundencia ante Gabriel.

El delantero centro mexicano logró el segundo tanto a centro del otro gran protagonista del encuentro, Marcó Fabián, líder y guía de su equipo ante la ausencia de Giovani dos Santos. El fino media punta puso el balón en la cabeza de su ariete en una jugada a balón parado y puso el oro rumbo a México, donde el ‘tri’ seguro recibirá una bienvenida apoteósica.

Hulk logró el 1-2 para su equipo ya en el tiempo añadido y sin apenas tiempo para empatar. Aunque a última hora un cabezazo de Oscar pudo llevar el choque a la prórroga.

México, por tanto, ha dejado a Brasil sin un oro que lleva persiguiendo durante décadas y cuya no consecución dejará marcada para el futuro a la espléndida generación que trajo a Gran Bretaña. Los Neymar, Oscar, Leandro Damiao y compañía, todos ellos llamados a una larga y fructifica carrera.

No menos le espera a una México con dos centrales de muy alto nivel, Mier y Reyes, un volante de gran despliegue e inteligencia, Enríquez, dos jugadores muy creativos, Giovani dos Santos y Marco Fabián; un extremo ultra rápido, Aquino, y un goleador de postín, Peralta.

De entrada, Mano Menezes repitió el equipo con tres volantes por delante de la defensa que ganó en semifinales a Corea del Sur y Luis Fernando Tena eligió a Héctor Herrera para suplir la baja de Giovani dos Santos. Ello supuso el traslado de Marco Fabián a la media punta para dirigir al equipo.

El partido reventó ya a los 28 segundos. En una jugada desafortunada de Rafael, que provocó una pérdida de balón de balón en un intento de combinación con Sandro que aprovechó Peralta para abrir el marcador con un disparo desde la frontal, por bajo y junto al palo de Gabriel. Que no llegó al ajustado disparo del ariete del Santos Laguna.

Fabián presionó a Rafael buscando el error de Rafael, Aquino robo el pase y Peralta puso el choque para México como no imaginaba ni en sus mejores sueños.

Con el marcador en contra, Brasil intentó llevar la iniciativa, pero para atacar le faltaba un hombre y el choque parecía quedar más en manos del ‘tri’ y los contraataques que montaba.

Un tiro de Leandro Damiao fue todo lo que produjo Brasil tras una primera media hora que obligó a Menezes a desandar el camino andado. A quitar del campo a Alex Sandro para dar entrada Hulk y recuperar la fisonomía 4-2-3-1 del once ‘canarinho’ hasta cuartos de final.

Ese cambio derivó en un periodo de más ataque brasileño, aunque sin demasiado peligro a pesar de sus continuas llegadas.

Más peligrosos fueron los brasileños tras el descanso, con Neymar y Oscar entrando más en acción. Pero fue Fabián el que tuvo la primera gran ocasión de la segunda parte. Primero no definió ante Gabriel y después remató al larguero en difícil postura.

Pero el partido parecía destinado a México, que decantó definitivamente el encuentro en una conexión Fabián-Peralta a balón parado. Estalló de alegría el ‘tri’, que, no obstante, aún tuvo que sufrir para cantar definitivamente victoria.

Ya que, ya en el añadido, Hulk puso el 1-2 tras un balón largo de Marcelo que no supo despejar la defensa mexicana. Y aún Oscar pudo mandar el choque a la prórroga de hacer acertado a meter entre los tres palos un remate de cabeza a la altura del primero a centro de Hulk y estando completamente solo. No lo logró, México reventó de alegría y Brasil se condena a seguir penando en busca de su recompensa más deseada: el oro olímpico.

PERALTA CLAVE

Oribe Peralta se encargó que en México no se echara de menos a Javier Hernández en Londres.

El delantero del Santos Lugana desbordó presencia en la cancha e hizo cuatro goles, incluyendo dos en la final, para la inédita coronación dorada de México en el fútbol de los Juegos Olímpicos.

Como fue su tónica durante gran parte del torneo, Peralta no desaprovechó en la final ninguna oportunidad de anotar.

Y la primera llegó de entrada, exactamente a los 28 segundos. Tras una pelota que perdió infantilmente la zaga de Brasil, Peralta encaró al arco y venció al portero Gabriel. Fue un gol que le cayó como un tanque de agua helada a los brasileños.

A los 74, marcó el segundo de cabeza tras un tiro libre de Marco Fabián.

Los espectadores en el estadio Wembley despidieron con una fuerte ovación a Peralta cuando fue cambiado a seis minutos del final del encuentro.

Peralta no sólo metió los dos goles más importantes de su vida el sábado, sino que fue todo un pulmón y no vaciló en marcar la salida del rival.

El técnico Luis Fernando Tena apostó a Peralta desde mucho antes de los Juegos Olímpicos, y el delantero no le quedó mal.

Tena le confió gran parte de la responsabilidad en el ataque, después de que no pudo contar con el “Chicharito” Hernández en el torneo. El estelar delantero mexicano no recibió permiso de su club Manchester United para que disputase el certamen.

Después de un debut para el olvido en que no tuvo ninguna chance de gol en el empate sin goles ante Corea del Sur, Peralta comenzó a tejer su página brillante y decisiva en Londres en los siguientes compromisos.

Participó en la victoria de México sobre Gabón 2-0 en el siguiente partido, con una asistencia al primer tanto de Giovani Dos Santos. Luego recibió la falta en el área que generó el penal, que Dos Santos convirtió.

En el tercero y último choque de la ronda preliminar, marcó la primera diana del triunfo por 2-0 sobre Suiza que le aseguró a México el primer lugar de su llave y evitara así eventuales cruces con Gran Bretaña y Brasil.

Y en el encuentro de semis contra Japón, Peralta gritó uno de los tres goles con que México le ganó a Japón 3-1 y avanzó a la final.

Fue uno de los tres jugadores mayores de 23 años en los que apostó Tena para Londres. Los otros fueron el portero Jesús Corona y el volante de contención Carlos Salcido.

El “Cepillo” Peralta, como lo apodan popularmente, integró el equipo de Tena que ganó el año pasado el oro en el fútbol de los Juegos Panamericanos en Guadalajara y en el cual el ariete se consagró como máximo cañonero con seis tantos.

Asimismo, se destacó con su club Santos en la obtención del torneo mexicano Clausura de 2012.

Este ariete de 1,76 metros de altura también llama la atención porque no le gusta hablar de si mismo, ni siquiera cuando remece las redes.

Con su fenomenal actuación en Londres también aseguró probablemente su presencia en la selección absoluta que disputa las eliminatorias al Mundial Brasil 2014.

No se extrañen, entonces, ver a Peralta haciendo dupla con el “Chicharito” Hernández.

A LA SOMBRA DEL VENCEDOR

Neymar volvió a quedarse a medio camino, estancado en la enésima acometida de Brasil por derribar el maleficio olímpico y acceder a lo alto del podio con la medalla de oro al cuello.

Neymar, del que se espera más de lo que advierte, permanece en el mismo lugar que sus predecesores. En la orilla del éxito en los Juegos. A la sombra del vencedor. Tal y como pasó con históricos como Bebeto, como Romario o como Ronaldo. Leyendas que dieron el salto a Europa, la que suspira por él ahora. Triunfadores en casi todo pero incapaces de echar por tierra la negativa trayectoria en unos Juegos.

El acierto de su compañero Leandro Damiao, ariete del Internacional de Porto Alegre, nubló los números de Neymar, al que los focos persiguen noche y día. Damiao acabó el torneo con seis goles. Tres más que el aún jugador del Santos, que se debate entre dejar Brasil o dar el salto al Viejo Continente.

Wembley contempló una versión distinta de Neymar, al que los títulos se le resisten. En su primera final trascendente con la selección de Brasil, el atacante de 20 años se estrelló contra la derrota.

En la tercera final olímpica del fútbol brasileño, tras la de Los Ángeles 1984 y Seúl 1998, tampoco fue la vencida.

Neymar buscó en Wembley lo suyo y lo de los demás. Tuvo un inicio remiso. Desbordado por la trascendencia de la repercusión y el escenario. Por la apuesta. Pero entró en acción después, con la situación cuesta arriba.

El delantero aceleró su acción antes del descanso. Cuando se atrevió con el desborde, con el uno contra uno. Salió airoso de más de uno y eso le animó. Apretó en la segunda parte y pudo marcar. Asumió la responsabilidad que se presume de una estrella. Salió malparado de una acción con el meta Jose Corona y no se rindió. En ocasiones fue demasiado individual. Pretendió su brillo más que el del resto.

Y su luz decayó con el paso del tiempo. Con la necesidad de su equipo, ansioso por marcar y evitar una nueva derrota desapareció en el tramo final, abrumado por las urgencias. Fue cuando apareció Hulk para alentar con algo de vida a Brasil. Sin tiempo.

FESTEJAN EN MÉXICO

Las banderas mexicanas empezaron a ondear alrededor del monumento al Angel de la Independencia donde se reúnen los fanáticos del fútbol para festejar el triunfo de la selección mexicana sobre Brasil en los Juegos Olímpicos.

Desde temprano, en las calles de la Ciudad de México se escuchaba el sonido de las televisiones que transmitían el partido y los gritos de “Gooool” de los aficionados que festejaban la ventaja de México sobre Brasil que terminó con un marcador 2-1.

“México no lo ha dejado hacer su partido (a Brasil)”, dijo Arturo Castellanos, un estudiante de derecho de 24 años que veía el partido en un café del barrio de la Condesa, con un amigo. “Brasil se ha vuelto nuestro cliente, hace tres meses le ganamos en Dallas, pero nunca le hemos ganado en las Olimpiadas”.

Ulises Lomán, director de sistemas en una empresa, se reunió con familia y amigos en un restaurante para ver el partido que llamó “de ensueño”. “Luego se puso difícil, pero el primer gol de México fue inesperado (a los 28 segundos)”, dijo Lomán mientras veía el partido con un desayuno en su mesa.

Adentro de su puesto de periódicos en Avenida Insurgentes, una de las principales de la capital mexicana, José Sánchez Coronel, de 60 años, arreglaba la antena de su pequeña televisión blanco y negro, para no perderse ni un segundo del partido. “Que se logre, que se logre, tan si quiera será la única de oro que nos llevemos”.

El presidente mexicano Felipe Calderón celebró el oro en las redes sociales, que se llenaron de felicitaciones a la selección de fútbol del flamante campeón olímpico.

“Oro para México en fútbol, logró histórico para nuestro país. Estamos felices y orgullosos de nuestra selección”, apuntó el presidente mexicano, que antes celebró la llegada a dos millones de seguidores a su cuenta @felipecalderón.

Los equipos mexicanos aprovecharon las redes sociales para felicitar a la selección, a sus jugadores en particular y de paso destacar el nivel que tiene el fútbol en el país.

El Cruz Azul dijo: “Muchas felicidades a nuestra selección olímpica por la medalla de oro”, el Atlas destacó el trabajo del técnico Luis Fernando Tena y otros equipos como el San Luis, los Monarcas de Morelia, estuvieron en el mismo tono.

El presidente del grupo Televisa y dueño del equipo América,, Emilio Azcárraja Jean, tuiteó en su cuenta un sencillo “no, que no¡ y en uno a continuación “Muy bien por el fut de MX”.

El propietario de las Chivas de Guadalajara, Jorge Vergara, expresó un “gracias mil por este logro”.

Ficha técnica:

1 – Brasil: Gabriel; Rafael (Lucas, min.85), Thiago Silva, Juan, Marcelo; Rómulo, Sandro (Pato, min.71), Alex Sandro (Hulk, min.32); Oscar, Neymar; y Leandro Damiao.

2 – México: Corona; Israel Jiménez (Vidrio, min.80), Mier, Reyes, Chávez; Herrera, Salcido, Enríquez, Aquino (Ponce, min.57); Fabián y Peralta (Raúl Jiménez, min.86).

Goles: 1-0, min.1: Oribe Peralta. 2-0, min.75: Oribe Peralta. 1-2, Hulk: min.75.

Árbitro: Mark Clattenburg (GBR). Mostró tarjeta amarilla a los brasileños Marcelo, y a los mexicanos Reyes, Israel Jiménez y Vidrio.