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Juan Carlos Osorio podría estar jugandose la vida en el banquillo de la selección de Mexico en la Copa Confederaciones a pesar de sus buenos números.
Juan Carlos Osorio podría estar jugandose la vida en el banquillo de la selección de Mexico en la Copa Confederaciones a pesar de sus buenos números.
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La terquedad de sus rotaciones convierte al técnico de la selección mexicana en el rival más peligroso del cuadro azteca en la Copa Confederaciones.

Cuando las personas no aprenden de tus errores, se convierten en autores de su propia tragedia.

Cuando las personas no aprenden de sus errores, se convierten en protagonistas del ridículo.

Cuando las personas no aprenden de sus errores, se convierten en un ser carente de humildad para reconocer que deben de cambiar.

Juan Carlos Osorio va en camino, una vez más, a escribir su propia tragedia y ha hacer el ridículo por negarse a cambiar.

El técnico de la selección mexicana está transitando por el mismo camino que lo llevó a sufrir la vergonzosa, histórica y dolorosa goleada de 7-0 que Chile le endilgó en la Copa América Centenario.

Dentro del Hexagonal Final de la Concacaf que otorga tres boletos directos al Mundial de Rusia 2018, México va muy bien al sumar 14 puntos y ser líder absoluto del pelotón.

El problema no son los resultados que el Tri ha obtenido bajo el mando de Osorio, el problema es que con el colombiano en la dirección técnica, la selección mexicana no ha encontrado una identidad de juego.

Osorio sigue cometiendo los mismos errores que derivaron en la goleada chilena.

No le da continuidad a una alineación base y mueve a jugadores de sus posiciones naturales para colocarlos en zonas de la cancha donde no son productivos.

A los cambios posicionales que realiza de manera compulsiva, Osorio los llama de manera elegante ‘rotaciones”, pero la verdad es que no existe explicación alguna para justificar los inventos que ensaya en cada uno de los partidos.

Osorio ha tomado a la selección mexicana como un laboratorio experimental en el que trata de demostrarle al mundo entero que él es el estratega más astuto en la faz de la Tierra.

Además de las famosas rotaciones, el colombiano tiende a plantear los partidos de acuerdo a las características del rival en turno.

Estudiar al enemigo es importante, pero de ninguna manera debe ser esa la base para encarar cada uno de los encuentros.

Priorizar como juega el rival sin preocuparse por darle un estilo definido a la selección le ha impedido a Osorio encontrar encontrar un buen funcionamiento.

Los integrantes del seleccionado mexicano no saben a que jugar porque en cada partido reciben indicaciones diferentes, porque en cada partido ocupan posiciones diferentes, porque en cada partido están sujetos a los caprichos tácticos de su entrenador.

Osorio se está equivocando y en la Copa Confederaciones de Rusia, su terquedad lo puede llevar a pagar un precio muy caro.

Parece que al técnico colombiano de nada le sirvió la lección que Chile le dio el año pasado.

Otro resultado desastroso como el de la Copa América Centenario debería de ser el capítulo final de Osorio en México.

El que la selección mexicana ya tenga su boleto al Mundial casi asegurado no debe ser motivo para permitir que Osorio siga utilizando al los jugadores del Tri como ratas de laboratorio.

El 18 de junio, México abrirá la Copa Confederaciones en contra de la Portugal de Cristiano Ronaldo para después enfrentar a Nueva Zelanda y a Rusia.

Por la obsesión enfermiza de Osorio en sus rotaciones, no cabe más que esperar otra tragedia protagonizada por un hombre que se niega a aprender de sus errores.

El Tri en la fase de grupos de la Copa Confederaciones

Domingo 18 de junio

México vs Portugal

Dónde: Kazan Arena

Miércoles 21 de junio

México vs. Nueva Zelanda

Dónde: Fisht Stadium

Sábado 24 de junio

México vs Rusia

Dónde: Kazan Arena