El cortometraje de siete minutos inspirado en la infancia de Sanjay G. Patel en San Bernardino obtuvo una nominación al Oscar para el director.
La creación de Patel para Pixar, “El súper equipo de Sanjay” [Sanjay’s Super Team] que obtuvo atención nacional al competir contra “The Good Dinosaur”, está nominado en la categoría mejor cortometraje animado. La historia aborda la brecha entre la cultura y el patrimonio entre generaciones.
La película se sitúa en una habitación de color beige suave que Patel ha dicho se basa en el Motel Lido en 2180 Cajon Boulevard en San Bernardino, el cual todavía operan y son dueños sus padres.
La película inicia con el joven Patel viendo su caricatura favorita de superhéroes, “Super Team”, mientras que su padre intenta meditar en un pequeño santuario hindú en la misma habitación. A ambos le molesta la presencia del otro.
Su padre apaga el televisor y obliga a su hijo a unirse a él en la oración. Durante la ceremonia, la imaginación de Patel empieza a volar lejos y sueña despierto con una especie de versión antigua hindú de “The Avengers”, donde los dioses aparecen como superhéroes. Cuando Patel vuelve a poner los pies en la tierra, su padre le permite regresar a disfrutar de la caricatura “Super Team”.
Con un mayor entendimiento de la devoción religiosa de su padre y el inicio de un vínculo entre ellos, Patel dibuja a los dioses hindúes protegiendo a los héroes de los dibujos animados.
Patel, ahora de 44 años y residente de Oakland, comenzó en Pixar hace 20 años como animador en la película “A Bug’s Life”. Explicó que el director creativo de Pixar, John Lasseter lo instó a animar ese choque entre las dos generaciones y su resolución en la aceptación mutua y la tolerancia.
“John Lasseter me preguntó acerca de mi crianza y le conté un poco sobre mi padre y yo, y como todas las mañanas mi padre adoraba a sus dioses en un santuario y cómo yo adoraba a mis dioses, en la televisión, y todo ocurría en la misma habitación”, expresó Patel a The Associated Press.
Patel dijo que su padre también lo animó a continuar con el proyecto, que ya había ilustrado en libros personales y obras de arte. “Me dijo que mi deber era, al menos, intentarlo”, concluyó.
