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XALAPA, México.- El partido gobernante de México sufrió un fuerte revés en la elección de 12 nuevos mandatarios estatales, lo que para algunos refleja el desencanto de los electores con un grupo político salpicado por escándalos de corrupción.

También criticado por la inseguridad en varias zonas del país y una débil economía, el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) habría ganado apenas cinco de los 12 gobiernos en disputa, según los resultados electorales preliminares de unos comicios que le dejan un mal sabor en la boca de cara a las elecciones presidenciales de 2018.

El PRI perdería estados que históricamente había gobernado como Tamaulipas, en la frontera con Texas, y Veracruz, que con cerca de ocho millones de habitantes es el tercer estado más poblado del país.

El PRI llegó a los comicios del domingo gobernando nueve de los 12 estados en disputa.

El líder nacional de partido, Manlio Fabio Beltrones, dijo en Radio Fórmula que tendrán que “asumir el mensaje que nos ha dado el electorado al PRI y también a sus gobiernos, de que hay acciones y actitudes que hay que mejorar y cambiar para reconectarnos con la ciudadanía”.

El principal beneficiario sería el conservador Partido Acción Nacional (PAN), que se impuso en los estados fronterizos de Chihuahua y Tamaulipas y los centrales de Aguascalientes y Puebla. En inusuales alianzas con el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), ganó el norteño Durango, además de Quintana Roo y Veracruz, en el este del país.

“Estoy absolutamente convencido (de que) si hacemos bien las cosas, si cumplimos, si damos resultados en estos estados, el PAN va a recuperar en 2018 la presidencia de la república”, dijo también en Radio Fórmula el líder de Acción Nacional, Ricardo Anaya.

El número de estados que controle el oficialismo de cara a 2018 tendrá un impacto importante en la cantidad de recursos que tenga y el número de votos que pueda reunir para la contienda presidencial.

El PRI perdió la presidencia en el año 2000 por primera vez en 71 años a manos del PAN, pero la recuperó en 2012. El presidente Enrique Peña Nieto enfrenta bajos niveles de aprobación, una intensa ola de violencia producto del narcotráfico en varias partes del país y lo que algunos ven como la falta de compromiso para combatir la corrupción.

“Los mexicanos han estado enojados por escándalos de corrupción, están preocupados por la débil economía y mostraron su frustración en las urnas”, dijo Andrew Selee, vicepresidente ejecutivo del Centro Woodrow Wilson en Washington y experto en asuntos sobre México.

El PRI aparecía como ganador en los estados de Sinaloa, Hidalgo, Tlaxcala, Oaxaca y Zacatecas. Sin embargo, no se trató de victorias arrolladoras.

El PRD fue el principal perdedor al no ganar por sí solo ningún estado.

Autoridades y líderes políticos reportaron incidentes aislados de violencia durante las elecciones.