PALM SPRINGS – Una puerta de un vehículo lujoso de marca Mercedes-Benz se abre. Voces gritan y la ráfaga de flash de las cámaras iluminan la noche. Son señales conocidas a las que este año se le sumó el paso por los detectores de metal. Las estrellas de cine saludan a los fans y van caminando por la alfombra roja hacia la sala donde van a recoger los premios en el Palm Springs Convention Center.
Durante la noche de gala del Palm Springs International Film Festival (PSIFF) se reconoce a los cineastas de las películas más exitosas del año y da entrada a los prestigiosos premios de la industria del cine como los Globos de Oro y los Óscar. Es un certamen que provoca muchas emociones, atrae despliegues de opulencia y reafirma la relación estrecha entre Palm Springs y Hollywood.
En esta ocasión, uno de los artistas más codiciados era Johnny Depp, de 52 años, que lucía una melena despeinada, traje, zapatos de brillo y corbatín negros. Vino a recoger el Desert Palm Achievement Award por su actuación en la cinta “Black Mass”, donde hizo el papel de un criminal del sur de Boston que decide cooperar con el FBI para derrumbar a una familia mafiosa.
Depp, quien reportó un ingreso medio de $30 millones según la lista de Forbes, iba acompañado de su esposa de cabello rubio, Amber Heard, una actriz de 29 años, vestida en encaje negro. El actor dijo que ha actuado en unas 200 películas y bromeó que quizás era hora de jubilarse. No obstante, ha sido contratado para volver a tomar el rol del Capitán Jack Sparrow en la quinta película de los Piratas del Caribe, “Dead Men Tell No Tales”, que se estrenará en julio de 2017, según la base de datos de la industria de entretenimiento llamada IMDb.
Sonriendo y sin prisa, Depp sacó una lista del bolsillo con los nombres de las personas a quienes quería agradecer y anunció que no la podía leer. No obstante, pudo nombrar a su esposa. “Si para mi es difícil convivir con todos mis diferentes personajes, también lo será para ella”, reconoció.
También le agradeció al presidente del PSIFF, Harold Matzner, por haberle otorgado la figurina de premio, a la cual observaba con interés, notando su anatomía. “Tiene glúteos”, dijo Depp.
Más de 2,500 personas llegaron a la noche de gala el sábado pasado, dijo Matzner, y se pudieron recaudar aproximadamente $2.4 millones para la organización sin fines lucrativos, Palm Springs International Film Society, encargada de impulsar el Festival y otros programas educativos.
Stan Sniff, sheriff del Condado de Riverside, fue reconocido por proveer fuerzas de seguridad. Asistió vestido en traje, no en uniforme de agente de orden público. Se podían ver varios vehículos militarizados estacionados en diferentes puntos afuera del edificio.
Matzner hizo mención de que este año se tuvo que incrementar a la presencia policial por los atentados terroristas ocurridos recientemente. Por lo tanto, invitados y fans tuvieron que pasar por unos detectores de metal antes de entrar. “No se debería de tener que hacer esto en América”, lamentó. “Sin embargo, estamos tomando todas las medidas de precaución que sean necesarias”.
Además de Depp, Cate Blanchett (“Carol”), Bryan Cranston (“Trumbo”), Matt Damon (“The Martian”), Michael Fassbender (“Steve Jobs”), Brie Larson (“Room”), Rooney Mara (“Carol”), Tom McCarthy (director de “Spotlight”), Saoirse Ronan (“Brooklyn”), Alicia Vikander (“The Danish Girl”) y el elenco de “The Big Short” recibieron estatuillas en la noche de gala del 27° PSIFF.
