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  • Sinar Lomelí ha sido consejera en la Preparatoria Norte Vista...

    Sinar Lomelí ha sido consejera en la Preparatoria Norte Vista por siete años.

  • En su oficina, además de imágenes de Frida Khalo, Martin...

    En su oficina, además de imágenes de Frida Khalo, Martin Luther King y hasta papel picado, se observa el logo de la Universidad de California, Santa Bárbara.

  • En esta pared, Lomelí exhibe con orgullo los detalles que...

    En esta pared, Lomelí exhibe con orgullo los detalles que le han regalado sus estudiantes.

  • Sinar Lomelí recordó que cuando tenía como 14 años vio...

    Sinar Lomelí recordó que cuando tenía como 14 años vio a una latina con un traje y se dijo: "yo me quiero vestir así".

  • Sinar Lomelí siempre quiso trabajar en la Preparatoria Norte Vista:...

    Sinar Lomelí siempre quiso trabajar en la Preparatoria Norte Vista: "Me ganaron el corazón", dijo sobre los alumnos.

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Los estudiantes de Sinar Lomelí han escrito y decorado su nombre en infinidad de papeles que les regalan. Además dibujan zapatos altos, que ella casi siempre usa. Estos dibujos forman parte -junto con figuras de búhos- la colección con la que decora su oficina esta consejera de la Preparatoria Norte Vista.

Lomelí es una de cinco consejeras en esta preparatoria, localizada en la comunidad de Arlanza y que forma parte del Distrito Escolar Unificado Alvord.

Nacida en Los Ángeles hace 34 años de papás mexicanos, ésta fanática de los Dodgers de los Los Ángeles, tiene dos hermanas y un hermano.

Lomelí, cuya determinación y pasión por su profesión se refleja hasta en el énfasis que hace con sus manos al hablar, empezó como orientadora en la Universidad Comunitaria de la Ciudad de Riverside (RCC) donde por cinco años ayudó a estudiantes que querían realizar una transferencia a través del programa federal educativo GEAR UP (Gaining Early Awareness and Readiness for Undergraduate).

En su adolescencia se mudó al Inland Empire, egresó de RCC y luego asistió a la Universidad de California, Santa Bárbara (UCSB). En ambas instituciones estudió inglés. Posteriormente, realizó su maestría en consejería en la Universidad Estatal de California de San Bernardino (CSUSB).

El día de la entrevista con La Prensa vestía un traje morado, cuya blusa naranja estaba perfectamente combinada con los zapatos altos, que presume, le encantan. Dos argollas, maquillaje y un impecable cabello rojo completaban su ‘look’.

Ya tiene siete años como consejera en Norte Vista, donde atiende un promedio de 475 estudiantes por año, por lo que estima que durante toda su carrera ha sido la consejera de una u otra forma de más de 4,000 estudiantes.

En su oficina, además de imágenes de Frida Khalo y Martin Luther King, resaltan los logo de su alma mater, UCSB, así como de la Unión de Campesinos.

En el 2007 Lomelí fue una de siete mujeres homenajeadas por Latino Network Riverside.

La Prensa: ¿Qué le inspiró a hacerse consejera?

Sinar Lomelí: La consejera que tuve en el colegio comunitario influyó mucho en mi decisión de seguir esta carrera. Elizabeth Yglecias era la consejera de Puente [un programa de mentores], ella creyó en mí y me empujó a seguir mis estudios de educación superior en la misma universidad en la cual ella se recibió: la Universidad de California de Santa Barbara.

Yo no creía que pudiera lograr ir a Santa Barbara, se me hacía como un sueño muy lejano y no realista para mí, pero ella me empujó a que fuera allí. Cuando me aceptaron… no lo podía creer. Ese fue un momento muy importante, porque mi perspectiva de la vida cambió mucho cuando fui a la universidad, me desarrollé como estudiante, como persona y como ser humano en total.

LP: Yo tengo un amigo que dice que a los jóvenes se les llama adolescentes porque adolecen de sentido común, de responsabilidad, en fin. ¿Qué tan difícil es trabajar con los jóvenes de hoy?

SL: A veces son irrespetuosos, pero uno les tiene que encontrar el modo con lo que yo llamo ‘escuela vieja’, es decir, enseñándoles respeto. Yo también les muestro respeto y les pongo límites y orden. Cuando esas fronteras están bien definidas, los estudiantes saben que no tienen que cruzarlas.

Trabajar con jóvenes no siempre es fácil, a veces son necios y corajudos, pero uno les haya el modo, es muy hermoso verlos crecer y desenvolverse. Los momentos difíciles son muy pocos en comparación con todos los momentos de satisfacción y cariño.

LP: ¿Recuerda alguna anécdota en particular, una ayuda o consejo que le haya dado a un estudiante que considera usted pudo haberle cambiado la vida?

SL: Sí, cuando llegué a Norte Vista había un joven que estaba en mal camino, con la mala influencia de las pandillas, yo le aconsejé que se fuera a Los Ángeles y él siempre me respondía: ‘chale yo no me voy del Inland Empire’.

Para darte una versión corta de esta historia, que en verdad fue bien canija, él se recibió en la Universidad Estatal de California de Los Ángeles y ahora está aplicando para estudiar leyes. Ese es uno de esos ‘necios’ que te dije, donde considero que logré ser buena consejera. Me invitó a su graduación, y ese ha sido uno de los momentos más bonitos porque me agradeció en público cuando dijo su discurso.

LP: ¿Es distinto aconsejar a hembras y varones?

SL: No, yo considero que cada persona es diferente. Puedo por igual usar las mismas tácticas con unos y otros. Como consejera yo debo encontrar el modo de llegar a los sentimientos de esos jóvenes. Claro que hay cosas que les puedo decir a las muchachas, pero yo siempre les digo a los padres: ‘yo no soy de las consejeras que me voy a detener de decir las cosas a ellos porque son hombres’.

LP: ¿Cómo cree que los padres pueden contribuir con la educación de sus hijos?

SL: No todos, pero a veces los papás piensan que soy un poco dura con mis consejos. Pero siempre les digo que tienen que poner el empeño y el esfuerzo en monitorear, en hacer el seguimiento del estudiante. Además de analizar cuáles son las prioridades para ayudar a sus hijos.

Así como hacen tiempo para ir a los partidos de fútbol, para ser padrinos en las bodas y quinceañeras, pues asimismo tienen que llevar a sus hijos a cumplir con las horas de servicios comunitarios, tienen que saber dónde van a obtener la ayuda financiera, esos papeles se los damos en la escuela, les decimos dónde pueden conseguirlos en la Internet. Aquí pueden hablar con el director, los maestros y los consejeros… pero se hacen los panchos.

Allí es donde los padres tienen que hacer el esfuerzo. Tienen que buscar el tiempo para informarse, a veces son buenos para quejarse, pero también deben ser buenos para informarse.

La clave es que los padres hagan el seguimiento, cualquiera puede ir a una junta, pero hay que hacer tiempo para monitorear el seguimiento del estudiante.

LP:¿Por qué está en Riverside?

SL: Siempre quise trabajar en Norte Vista desde cuando estaba en RCC, conocía a los estudiantes, a esta comunidad donde hay muchos latinos de primera generación, ésta era la preparatoria donde quería trabajar, llegué a conocer a varios grupos de estudiantes que me ganaron el corazón.

LP: Habla perfecto español ¿dónde lo aprendió?

SL: Mis padres me enseñaron la importancia de ser bilingüe, también estudié en México. Estando en UCSB tuve la oportunidad de estudiar en un programa en la Universidad Autónoma de Querétaro (situada al noroeste de la ciudad de México). Allí hice mis estudios extranjeros en el año 2000, por un semestre estudie historia y literatura … viajamos y conocí muchas partes de la República Mexicana.

Esta experiencia me ayudó con mi español. Hay jóvenes a quienes los padres les hablan en español y ellos contestan en inglés, pero en mi casa a mis padres siempre les teníamos que contestar en español. Pero la verdad es que fue gracias a los padres de la Preparatoria Norte Vista [que yo] mejoré bastante mi español.

LP: Uno de los aspectos que he notado en usted es que es una persona cuidadosa de tu aspecto físico.

SL: Mis padres me enseñaron que tengo que mostrar respeto a mi profesión y si no pongo el esfuerzo en arreglarme, no le estoy dando ese respeto. Por eso trato de vestir profesionalmente por mis padres, estudiantes y colegas.

Recuerdo que cuando tenía como 14 años vi en Los Ángeles a una latina que tenía un traje blanco. Me acuerdo que me dije, ‘yo me quiero vestir así’.

Otra de mis mentoras más importantes en RCC, la doctora Marilyn Martínez-Flores, me enseñó y me enfatizó la importancia de vestir profesionalmente. Cuando empecé a trabajar, ella me compró unos trajes y eso nunca se me va a olvidar.

Recuerdo la primera vez que yo creí que me había vestido profesional. Tenía una falda muy corta y pegadita con una chaqueta y cuando ella me vio me dijo, ‘pareces una hoochie mama’. Ella me ayudó y aconsejó. Por eso, hoy día trato de compartir esas mismas enseñanzas con las jovencitas.

LP: ¿Desde cuándo ha estado involucrada en HOPE (Hispanas Organized for Political Equality) y por qué?

SL: Tengo 11 años colaborando como mentora para programa de Puente en RCC y ese programa fue el que me introdujo a HOPE.

Cuando fui a sus conferencias me di cuenta que tenían un Institutito de Liderazgo para Latinas Profesionales, yo participé y me gradué de este instituto en el 2008. Allí aprendí mucho, nos enseñaron sobre el proceso político y sobre la importancia de que las latinas nos involucremos en el proceso educacional, político y económico de nuestro estado.

Por medio de HOPE he podido encontrar recursos para la escuela y he podido ayudar a los estudiantes con oportunidades que antes no conocía.

También HOPE me ha permitido servir en la función de orientadora para el programa de liderazgo que tienen para jovencitas. Casi nunca hay representantes del Inland Empire.

A través de los años, he tenido el privilegio de viajar a Sacramento con varios grupos de jovencitas latinas para que conozcan a legisladores y otros políticos, es bonito ver como se dan cuenta que tienen una voz para abogar por las necesidades de su comunidad.

Los jóvenes son muy buenos para criticar: que si las calles no están bien, que si en la ciudad las cosas no están bien, pero se gradúan y no se registran para votar.

Ese entrenamiento en HOPE también me ha ayudado para asistir a los ‘dreamers’ (estudiantes indocumentados).

LP: ¿Cuáles son las mejores palabras que les puede decir a los jóvenes que están en nuestras preparatorias?

SL: Mi consejo es que aprendan a tener visión. Los jóvenes de hoy están acostumbrados a la gratificación instantánea y muchos se pierden en el presente o en lo que está mero frente de ellos.

Yo les sugiero que piensen en el futuro, que todas las decisiones que tomen ahora los seguirán el resto de sus días. Por eso es importante que tengan una visión para sus vidas a largo plazo. Siempre les digo que ‘el sacrificio a corto tiempo vale la pena a largo término’ en otras palabras, que las decisiones correctas que tomen ahora, aunque no sean las más divertidas, como estudiar una carrera universitaria, no hacer drogas o escoger a los amigos adecuados, les van a traer satisfacción y seguridad a largo tiempo.