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El presidente Barack Obama.
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LOS ÁNGELES.- Unas dos docenas de líderes religiosos y activistas pro-inmigrantes condenaron el martes las posibles redadas de familias centroamericanas con órdenes de deportación y exhortaron al gobierno del presidente Barack Obama que cancele el presunto plan de las autoridades de inmigración.

“Esto es una aberración moral. Es un plan inhumano y nos unimos en un círculo de protección a prácticamente todas las comunidades de fe. Estamos indignados y no vamos a dejar que esto pase”, dijo David Farley, director de ministerios de justicia y compasión de la Conferencia de California-Pacífico de la Iglesia Metodista Unida.

La reacción de los ministros y activistas ocurrió al mismo tiempo que una red nacional de decenas de organizaciones pro-inmigrantes dijo que realizará marchas y protestas en varias ciudades del país, comenzando con una manifestación el miércoles en Washington D.C.

“Esta es la primera vez que sabemos que el gobierno de Obama planea redadas enfocadas en gente indefensa, que huye de la violencia”, dijo Kika Matos, representante de la red Movimiento para una reforma Migratoria Justa, que agrupa a 45 organizaciones en 35 estados.

“Por eso es que estamos reaccionando tan enérgicamente y movilizando a todas las organizaciones del país”, agregó.

El presunto plan fue reportado primero en la víspera de la Nochebuena por el Washington Post. Sería realizado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) e incluiría a inmigrantes que han sido detenidos al tratar de ingresar a Estados Unidos de manera ilegal y aquellos que tienen órdenes de deportación a partir de enero del 2014.

El ICE sólo ha dicho que seguirá enfocándose en personas que “representan amenazas a la seguridad nacional, seguridad pública y seguridad fronteriza”.

El gobierno de Obama deportó este año fiscal la menor cantidad de inmigrantes desde el 2006. De los 235.413 deportados durante el año fiscal que terminó el 30 de septiembre, la mayoría eran convictos por delitos graves

Activistas dicen que enviar de regreso a su vecindario a inmigrantes que escapan de las violentas pandillas centroamericanas equivale en muchos casos a una sentencia de muerte, dado que pandilleros matarían a los deportados por haber huido, dijeron activistas centroamericanos.

“Si supiéramos que van para sus casas nos sentiríamos mejor pero los van a matar si son deportados”, dijo Daniel Chávez, representante de la organización salvadoreña Comité de Sunseños en California.

Las posibles redadas también son contraproducentes porque muchos de los centroamericanos con órdenes de deportación podrían reabrir sus casos si tuvieran ayuda legal, según abogados de inmigración.

En vista del presunto plan, iglesias en varias ciudades del país están considerando abrir sus puertas para albergar y proteger a familias centroamericanas en riesgo de ser deportadas, dijo Noel Andersen, coordinador de Church World Service, organización que aboga por refugiados.

Pero aunque algunas iglesias han dicho que podrían servir como “santuario” estas familias, hasta ahora ninguna ha albergado a un inmigrante, agregó Andersen.