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WASHINGTON.- Una veintena de niños cuyos padres fueron deportados o están en proceso de serlo, acudieron el lunes a la Casa Blanca a pedirle al presidente Barack Obama que detenga las deportaciones.

Fue la primera protesta realizada frente a la Casa Blanca desde que el presidente Barack Obama anunció el fin de semana que postergará hasta después de las elecciones de noviembre sus decretos para ajustar su política migratoria, pero había sido convocada antes del anuncio presidencial.

Activistas adultos cargaban a varios bebés, y otros niños eran tan pequeños que apenas podían tenerse en pie.

Nora Sandigo, directora de la organización American Fraternity, dijo que los 20 menores de edad que la acompañaron representan a los casi 800 niños estadounidenses de los que ella asumió la tutela legal desde que sus padres fueran deportados.

“Pedimos al presidente Barack Obama que pare las deportaciones y al Congreso que no vea a estos jóvenes solo cuando cumplan 18 años y puedan votar”, dijo Sandigo. “Ellos también son estadounidenses, no son ciudadanos de tercera clase”.

Entre los menores que viajaron en autobús a la capital estadounidense desde Homestead, Florida se encuentra Elena Márquez, quien reside junto a cuatro hermanos y su madre jornalera desde la deportación de su padre en 2012.

“Somos los líderes del futuro, pero sin nuestros padres no podremos”, dijo entre lágrimas la guatemalteca de 14 años.

La protesta también fue convocada por la National Domestic Workers Alliance. Su directora, Andrea Mercado, acusó a Obama de “jugar a la política mientras los niños sufren, pasan hambre y viven con miedo a que más parientes sean deportados”.

Se estima que dos millones de personas han sido deportadas desde que Obama llegó a la presidencia en 2009, a un promedio de 1.100 diarias.

Obama decidió demorar hasta después de las elecciones legislativas de noviembre cualquier acción del poder ejecutivo en política migratoria, rompiendo así su promesa de que actuaría tras el receso legislativo de agosto.

Varios senadores demócratas que buscarán la reelección en noviembre habían expresado temores sobre las consecuencias negativas que podrían tener los decretos presidenciales en materia migratoria.