LAKEVIEW TERRACE – A sus 10 años de edad. Alexia Jiménez nunca antes había tenido la oportunidad de acudir por tres días a un campamento de verano.
La niña, alumna del quinto grado en la escuela Primaria Lorena de Boyle Heights y casi un centenar de niños latinos y afroamericanos acamparían por tres días y dos noches en las instalaciones de Hansen Dam Aquatic Center.
“Estoy feliz de haber venido”, dijo la pequeña. “Mi papá decía que iríamos de campamento hasta que sea más grande”.
Por octavo año consecutivo, Herb Wesson, presidente del Ayuntamiento de la ciudad de Los Ángeles y funcionarios del parque organizaron el viaje para los niños.
Fundado a petición de Wesson, mediante el programa SAVE, los niños tuvieron la oportunidad de vivir una experiencia positiva que los mantendría alejados del acecho de las pandillas en el Sur, Este, Watts, Boyle Heights y el Oeste de Los Ángeles.
“Me muero de ganas por meterme a la alberca”, expresó Ximena Jiménez, de 11 años. “Por segunda vez en mi vida montaré un caballo; ya lo hice antes en la casa de mi tía”.
Durante toda la mañana del 22 de julio, los pequeños de 8 a 13 años de edad aprendieron a usar martillos y herramientas para que, guiados por los capitanes de sus equipos, les ensenarían cómo armar una casa de campaña.
“Esta ha sido y será una experiencia totalmente nueva para estos niños”, dijo Wesson. “Hemos querido sacarlos de su entorno de día a día y llevarlos a un lugar donde pueden conocer nuevos amigos y aprender a relacionarse con las demás razas”.
Fabian Wesson, esposa del presidente del Concilio angelino indicó que el evento anual significa júbilo, gozo y mucha alegría para los niños, en su mayoría provenientes de ambientes socioeconómicos desfavorables.
“Es crucial para nosotros ensenarles a estos niños que pueden y deben apartarse de las pandillas”, dijo Fabian Wesson. “Les damos un descanso mientras regresan a sus vidas normales”.
El evento anual es organizado por los Wesson, personal de sus oficinas y recibe el patrocinio del Departamento de Parques y Recreación de la ciudad de Los Ángeles.
Financiado por las autoridades municipales, el Proyecto SAVE recibe apoyo administrativo de la compañía Community Build Inc., una entidad sin fines de lucro fundada en 1992 para la revitalización de las comunidades del sur de Los Ángeles, mediante la inversión en los jóvenes y en el desarrollo comercial y económico.
“Muchos de los padres de estos niños no tienen dinero para mandarlos a un campamento”, indicó Daniel Vergara, uno de los consejeros y voluntarios que ayudaron a los niños a mantenerse seguros durante el campamento. “A lo mejor nunca más van a tener la oportunidad de vivir otros tres días de campamento”.
El condado y la ciudad de Los Ángeles son la “capital” de las pandillas en Estados Unidos. Tan solo en la ciudad hay más de 450 grupos delincuenciales en activo y muchos de ellos han existido por más de medio siglo.
Y aunque se han producido descensos periódicos en los índices de criminalidad, la pertenencia a pandillas en Los Ángeles ha aumentado en los últimos cinco años.
Autoridades del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) calculan que las pandillas tienen una membrecía combinada de hombres y mujeres de más de 45,000 individuos.
“Todos estos niños viven en zonas donde hay pandillas”, afirmó Ed Johnson, asistente en la oficina de Herb Wesson. “Es importante sacarlos de su ambiente diario y ensenarles algo diferente, que tengan una experiencia positiva y aprendan a rechazar las pandillas”.
Aunque las pandillas no son un fenómeno nuevo en Los Ángeles, durante los últimos tres años se les atribuye la comisión de 16,398 delitos violentos, incluidos 491 homicidios, casi 7,047 ataques por delitos graves, aproximadamente 5,518 robos y 98 violaciones.
