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El director de la División de Narcóticos y Pandillas de la Policía de Los Ángeles (LAPD), Stephen M. Carmona, asegura que la ayuda de los inmigrantes es fundamental en su lucha contra la pandilla MS-13, a la que el presidente Donald Trump ha prometido derrotar y expulsar del país.
El director de la División de Narcóticos y Pandillas de la Policía de Los Ángeles (LAPD), Stephen M. Carmona, asegura que la ayuda de los inmigrantes es fundamental en su lucha contra la pandilla MS-13, a la que el presidente Donald Trump ha prometido derrotar y expulsar del país.
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Los Ángeles.- El director de la División de Narcóticos y Pandillas de la Policía de Los Ángeles (LAPD), Stephen M. Carmona, asegura que la ayuda de los inmigrantes es fundamental en su lucha contra la pandilla MS-13, a la que el presidente Donald Trump ha prometido derrotar y expulsar del país.

“La MS-13 es un problema en Los Ángeles, en el país, pero el número de miembros se ha ido reduciendo en los últimos diez años en la ciudad, y una de las razones de este logro es la relación con la comunidad”, aseguró Carmona en entrevista con Efe.

El nombre de la MS-13 y su peligrosidad volvió a estar en la palestra pública después que el presidente nombrase a esta pandilla como el enemigo número uno del país a finales de abril.

Días después, el fiscal general, Jeff Sessions, hizo su parte al anunciar una política de “cero tolerancia” del Departamento de Justicia frente a las pandillas como la MS-13, cuyos miembros, afirmó, acceden al país en su mayoría a través de la frontera sur del país.

Tras estas declaraciones, los ojos del país se volvieron hacia Los Ángeles, ciudad que vio nacer al grupo criminal en la década de 1980.

Carmona ratificó la participación de indocumentados en las pandillas, pues se estima que, a nivel nacional, el 60 % de los miembros de las bandas hispanas son inmigrantes sin estatus legal.

Sin embargo, los datos y estadísticas que manejan las autoridades angelinas se han logrado por la estrecha relación que se tiene con los vecindarios, fruto de años de trabajo, especialmente los de más bajos recursos, donde la presencia de las pandillas es mayor.

Es tan importante mantener esa relación que el equipo que maneja Carmona tiene designado en cada una de sus estaciones un oficial que coordina las relaciones con los vecinos, en su mayoría latinos.

“La gente quiere que su familia esté segura, que sus hijos estén seguros y saben que nosotros estamos trabajando para lograr esto”, insiste el capitán. “Con recursos limitados, comparados a fuerzas como la de Nueva York, es la ayuda de la comunidad la que ha hecho que podamos reducir el crimen”.

La meta de Carmona, al igual que el jefe de LAPD, Charlie Beck, y el alcalde, Eric Garcetti, es continuar con la reducción de la criminalidad. El enfoque no es sólo en la MS-13, sino todos los grupos delictivos que operan en la ciudad.

“La estrategia trabaja por la comunidad, todo es acerca de esa relación con nuestra comunidad”, concluyó.

Carmona, con 35 años de experiencia en LAPD, conoce muy de cerca el tema. El hispano estuvo asignado por casi 11 años al área de Rampart, el barrio donde reinó la pandilla salvadoreña y asegura que la situación en las calles ha cambiado drásticamente.

“Antes todos los días había tiroteos desde los automóviles, la intervención y el trabajo conjunto con otras agencias del orden ha dado muy buenos resultados”, apuntó.

Un ejemplo del trabajo en conjunto del LAPD con autoridades estatales y federales como el FBI, entre otras agencias, fue el arresto de 21 supuestos miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13) el mes pasado, entre los que estaban algunos de sus líderes en EE.UU., según el Departamento de Justicia.

Aunque, a simple vista pareciera que el operativo era una acción en respuesta a las órdenes de la Casa Blanca, las detenciones fueron el resultado de una investigación de casi tres años, incluso las acusaciones se dieron antes que el magnate neoyorquino llegara a la Presidencia, indicó el oficial.

Las estadísticas muestran el éxito de los esfuerzos del LAPD en contra de la banda criminal que migró a El Salvador.

Si en 2011 las autoridades angelinas identificaron a 1.077 pandilleros activos vinculados a la MS-13, en 2017 la cifra no pasa los 763 miembros en el área de Los Ángeles, un número reducido si se compara con los 30.000 pandilleros que se estima operan en la ciudad, y 50.000 en el condado.