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Donald Trump.
Donald Trump.
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Al principio, muchos lo tomaron como una broma: Un empresario multimillonario baja por las escaleras eléctricas desde su penthouse en Manhattan, acompañado de su tercera esposa, para anunciar que se postulará a la presidencia. “Rockin’ in the Free World”, de Neil Young, retumba en las bocinas.

No hay forma de que Donald Trump pueda eclipsar al integrante de una célebre familia política, Jeb Bush, o al nuevo rostro del ámbito político, Marco Rubio.

“En ese momento era gracioso, pero siempre hubo un poco de miedo”, dijo Kiesha Garrison, una esposa y madre de 36 años que vive en Bellevue, Washington. “Había tantas personas que decían que irían por la presidencia. Parecía una maniobra mediática, algo para que se hablara de él. Pero no parecía como algo serio”.

Diez meses después es algo serio.

Luego de las primarias de Indiana del martes, Trump es el virtual candidato republicano a la presidencia, como lo fueron Ronald Reagan, Dwight Eisenhower y Teddy Roosevelt (así como Barry Goldwater, Bob Dole y Wendell Willkie).

Mucha gente está sorprendida, por decirlo de alguna manera.

“Para ser sincera, es difícil creer que esto haya sucedido. Me da miedo porque ya no sé cuáles son los valores de la gente. Espero que sólo sea frustración y quieran algo nuevo y diferente”, dijo Judy Green, de 62 años y originaria de Des Moines, Iowa.

Chelcee Lee, una estudiante de 19 años de justicia criminal en la Universidad de West Virginia, inicialmente creyó que la candidatura de Trump era un ardid publicitario, o incluso una farsa. Y ahora que los votantes legitimaron su campaña, Lee siente que “este país es un negocio”.

Hubo otros que fueron más proféticos y optimistas desde el comienzo, o al menos más abiertos a alguien y algo nuevo.

Barb Raney, una comensal de 58 años en Lou’s Diner en el centro de Bradenton, Florida, recuerda haber pensado: “¿Por qué no él?”. Hoy piensa igual que en ese entonces: “Puede hacer tan buen trabajo como cualquier otro. Estamos cansados de lo que ha sucedido en la política. Queremos a alguien diferente. Él es diferente”.

“Desde el principio me agradó”, dijo Renee Shopoff, de 53 años y colega de Raney. “Por ‘The Apprentice’ y viendo lo exitoso que ha sido en los negocios”.

Roger Willett también ha respaldado a Trump “desde que lanzó su candidatura”. El republicano de 51 años de edad vive justo a las afueras del pequeño pueblo de Covington, Indiana, y votó por Trump en las primarias estatales del martes. Durante una charla en su casilla electoral en la secundaria local, Willett dijo que Trump le atrajo porque no es un político de carrera, y porque está enfocado en la economía, el terrorismo y la inmigración. “Necesitamos sacar a todos los ilegales de nuestro país y darle un futuro a nuestros hijos”, dijo Willett, quien trabaja como chofer de camiones de carga pesada.

Greg Coverdale, de 39 años, padre de dos hijos e inversionista de bienes raíces que vive en Wilmington, Delaware, inicialmente apoyó la candidatura de Trump, atraído por su éxito empresarial y por sus ideas migratorias, mismas que piensa fueron sacadas de contexto.

Pero conforme avanzó la campaña, se le dificultó a Coverdale tomar en serio a Trump, y le ofendieron sus comentarios sobre los musulmanes, su respuesta al respaldo del líder del Ku Klux Klan, David Duke, y los ataques personales a los otros candidatos.

“Para mí, Trump es demasiado radical”, afirmó. “Realmente quedé sorprendido y tuve que colocarlo en la lista de candidatos por los que no votaría. Su integridad se vio comprometida. Pensé que se estaba alejando del buen juicio, y enfocándose en cierto grupo de personas para obtener votos”.

En entrevistas realizadas el miércoles por todo el país, hubo algo en lo que muchos estuvieron de acuerdo: Trump logró su éxito con su potente mezcla de inversiones financieras (pese a que gastó menos que otros candidatos menos exitosos) y sus habilidades en redes sociales.

“No sorprende, porque refuerza la idea de que si uno posee riqueza, puede lograr cualquier cosa”, dijo Muhammad Musleh, estudiante de bioquímica de 21 años de edad en la Universidad de New Mexico, en Albuquerque.

Kenny Chavez, un artista de 57 años de edad y originario de Albuquerque, cree que los vínculos de Trump con la televisión fueron los que le ayudaron a asegurar la nominación.

“Valoramos el entretenimiento y somos un enorme reality show”, señaló. “El hecho de que haya llegado tan lejos nos demuestra lo mal que estamos”.