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“México puede ser el mayor comprador de EE.UU. en cinco años”, dice experto

Fotografía del 27 de febrero de 2017 del economista mexicano Luis de la Calle, hablando durante una entrevista para la Agencia Efe en Ciudad de México. Si el presidente Donald Trump no destruye la integración comercial en Norteamérica, México puede convertirse en cinco años en el mayor comprador de EE.UU. en el mundo y en su plataforma para conquistar el mercado chino, afirmó hoy en una entrevista con Efe el economista mexicano Luis de la Calle.
Fotografía del 27 de febrero de 2017 del economista mexicano Luis de la Calle, hablando durante una entrevista para la Agencia Efe en Ciudad de México. Si el presidente Donald Trump no destruye la integración comercial en Norteamérica, México puede convertirse en cinco años en el mayor comprador de EE.UU. en el mundo y en su plataforma para conquistar el mercado chino, afirmó hoy en una entrevista con Efe el economista mexicano Luis de la Calle.
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México.-  Si el presidente Donald Trump no destruye la integración comercial en Norteamérica, México puede convertirse en cinco años en el mayor comprador de EEUU en el mundo y en su plataforma para conquistar el mercado chino, afirmó en una entrevista con Efe el economista mexicano Luis de la Calle.

Desde que Trump planteó la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente entre EE.UU., México y Canadá desde 1994, De la Calle se ha convertido en una de las voces más autorizadas sobre el asunto en su país.

No en vano, este exsubsecretario de Economía y exministro de Asuntos Comerciales de la embajada de México en Washington participó en el diseño e implementación del acuerdo que ahora el gobernante republicano califica una y otra vez como “el peor de la historia”.

De entrada, De la Calle pronostica que el inicio del diálogo se retrasará varios meses por los escollos institucionales para el Gobierno de EE.UU.

“Para empezar, una negociación se tiene que notificar al Congreso con 90 días de anticipación”, algo que “hace normalmente el representante comercial”, en este caso Robert Lighthizer, que “no ha sido ratificado por el Senado”, ya que requiere “una dispensa” del Congreso porque fue asesor de Gobiernos extranjeros (Brasil y China) en el pasado.

Luego, es necesario que se publique en la Gaceta Oficial de EE.UU. el acuerdo con el Congreso sobre los objetivos de la negociación y que transcurra un mes hasta que esta última inicie.

El economista tilda de “completamente vacías” las amenazas que hizo Trump de imponer un impuesto de 35 por ciento a los automóviles importados desde México, aunque admite que el mensaje “ha hecho mella” en la devaluación del peso y corridas en las bolsas.

Por suerte -matiza-, ya los mercados “están aprendiendo que los tuits de Donald Trump no son política pública”.

La eventual salida de EE.UU. del TLCAN, otra de las advertencias lanzadas por el republicano en sus peroratas, llevaría a las partes a aplicar los aranceles pactados por cada uno de ellos en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

En ese escenario, “como Estados Unidos ha sido miembro del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) y de la OMC durante más de 70 años y ha venido reduciendo en rondas sucesivas de negociación sus aranceles”, estos “son muy bajos”, aclara.

Mientras que México, como “entró muy tarde”, los tiene “relativamente altos”, remarcó el analista, sin dar detalles sobre si las restricciones comerciales serían más perjudiciales o beneficiosas para su país.

“Nosotros sí podríamos ponerle aranceles del 35 por ciento”, en tanto que “el promedio que podría poner Estados Unidos a México en el ámbito industrial es 1,09 por ciento y el ámbito agropecuario del 6”, expone.

Para el economista, de entre todas las hipótesis, la única con “probabilidad cero” es que EE.UU. abandone la OMC porque sería “una catástrofe para el mundo completo”.

Que la primera potencia mundial, histórica defensora del libre mercado, apueste por el proteccionismo, sorprende más que a nadie a México.

“Cuando hicimos el tratado hace 25 años México era una economía cerrada y Estados Unidos una economía abierta; los que nos hemos abierto hemos sido nosotros”, se queja el experto.

Es más, “China es el primer exportador a Estados Unidos y no tiene un TLC con ellos”, en tanto que “México es un gran comprador de Estados Unidos”, añade a favor de su país.

“Hoy en día somos el segundo mercado del mundo para EE.UU. y en cinco años, si Trump no echa a perder la relación, seremos el primero”, ahonda.

“México le comprará en cinco años a Estados Unidos más que toda la Unión Europea completa, con el Reino Unido dentro”, remata De la Calle.

La clave para México es “encontrar proveedores alternativos”, lo que ofrece “una gran oportunidad para Europa”, con la que ya negocia la modernización de su acuerdo de asociación, “de posicionarse en el mercado mexicano para vender más carne de cerdo, jamones, granos, cereales”, agrega.

También para “Oceanía, Australia y sobre todo Canadá”, que “es un gran productor” de mercancías que, en la actualidad, México consume “mayoritariamente del medio oeste de Estados Unidos”, donde paradójicamente están los votantes que le dieron el triunfo a Trump.

Según De la Calle, para contrarrestar el poderío de China, con la que EE.UU. tiene un déficit casi seis veces superior al que tiene con México, América del Norte debe venderle como bloque productos agroindustriales y manufacturas, con un esquema en el que México actúe como “plataforma de exportación de Estados Unidos”.

Trump “debería ver esto al revés: aliarse con México, coproducir con México, es la gran oportunidad de conquistar el mercado chino”, concluye.