Aquí le presentamos la historia de Ernesto Motta, un hombre polifacético que además de ser presentador de artistas, también canta. Motta es tío de la cantante Ana Bárbara.
Después de mucho tiempo de conocerlo, finalmente me percaté que su apellido se escribe con doble “t” y es por que tiene descendencia Italiana.
“Mi abuelo por parte de mi papá era Italiano original, pero la gente siempre escribe mi apellido con una ‘t’” , indicó.
Es originario de Sinaloa de un pueblo llamado, Aguacaliente de Garate, municipio de Concordia.
Junto con su mamá y su hermano llegaron a este país el año de 1972. Sus tiempos como presentador se remontan a su niñez.
“En mi pueblo llegaba un cine ambulante y a mí me tocaba anunciarlo, yo ponía música y anunciaba los artistas de la película. Me gusto mucho hacer esto”, indicó.
Cuando cumplió 15 años se fue a estudiar a Huatabampo, Sonora y durante la celebración de un aniversario del colegio el locutor no se presentó. La directora de la escuela le dio el micrófono a Motta y comenzó a conducir el evento. Desde ese entonces se convirtió en el maestro de ceremonias de la escuela.
Al llegar a este país, comenzó a trabajar en el jardín, principalmente en clubes campestres (“country clubs”) y durante los fines de semana era maestro de ceremonias en eventos y fiestas privadas.
Motta recuerda que una ocasión estaban buscando actores y actrices para una obra de teatro titulada “El Hijo Pródigo”..
Esta obra se presentó en lo que anteriormente era el Desert Theatre en la calle Fargo de Indio.
“Había diez participantes y fui escogido. Me quedé con el papel principal”, cuenta Motta. “Era una obra cultural, yo quería estar allí, me gustaban los aplausos”.
Posteriormente en el año de 1974 fue parte del primer concurso de aficionados en el Valle de Coachella. Se realizó en el Cine Mex, que estaba localizado sobre la avenida Miles también en Indio. El programa se transmitía por la radio 1400 AM. Posteriormente este concurso de cantantes se trasladó un centro nocturno llamado “El Paraíso” también ya desaparecido.
Eso fue en ese momento cuando se integró el locutor John Wave al programa que después cambió de nombre y se llamó “Cante y Gane”, que se transmitía los sábados a las 10 de la mañana atraves de KVER Televisión –Univisión.
“El programa lo realizamos por 15 años en diferente lugares tales como la Hacienda, El Rodeo y El Paraíso”, indicó.
Motta, reconoce haber aprendido mucho del señor John Wave.
“Nunca hablamos de su enfermedad, nunca me dijo que quería dejar el programa. Falleció una semana después que dejó ‘Cante y Gane’”, agregó.
Así terminaba un ciclo para Motta en este programa de televisión.
Después regresó con “Buscando una Estrella” filmado en el Castillo Sinaloense de Indio y transmitido en la cadena Azteca-América. Estuvo por dos años al aire. Su último programa en la pantalla chica se llamó “Atrévete a Cantar” que era realizado en el restaurante Guatemala Grill de la ciudad de Cathedral.
Durante su trayectoria como conductor, tuvo la oportunidad de presentar artistas muy reconocidos tales como Vicente Fernández, Juan Gabriel, Cornelio Reina, Adalberto Martínez “Resortes”, y La India María, entre otros. Algunas ocasiones tenía que abrir el evento.
“Cuando había mariachi y el cantante no estaba listo, entonces me pedían que yo cantara y el público me aplaudía”, indica.
A pesar de tener talento para cantar no se interesó por esa carrera, su pasión era la conducción.
“Un señor llamado Pastor Silva me ofreció 10 mil dólares para grabar un disco”, dice Motta. “Eran canciones propias de él, pero tuve que rechazar la oferta porque yo no era conocido, pensaba que nadie compraría el disco, y por eso no acepté”.
Otra de las facetas de Motta, fue la presentación de Artistas en los Lienzos Charros, incluso llegó a cantar arriba de los caballos. Motta recuerda muy bien cuando vino al Valle la cantante Chayito Valdez.
“Esa ocasión fue la vez que más dinero me pagaron. Chayito venía en silla de ruedas, había muchísima gente”.
La carrera de este conductor aún no termina, sigue haciendo presentaciones y va a donde lo invitan, extraña mucho los programas de fin de semana.
“Los domingos teníamos concursos de piernas, macho man y ‘la quebradita’”, añadió.
Con respecto a escándalos, Motta no tuvo ningún percance. Se considera un hombre de familia y hace su trabajo como cualquier otro. Junto con su esposa tienen tres hijas y un hijo, de los cuales a ninguno le gustó esta carrera del entretenimiento.
Cuando se le preguntó sobre una balacera registrada hace muchos años en el entonces restaurante los Arcos de Coachella, manifestó que él tenía que trabajar esa noche pero se enfermó de bronquitis y no pudo asistir. Precisamente esa noche se registró un atentado contra el cantante Chalino Sánchez, quien meses después fue asesinado en Sinaloa.
Por el momento la voz de Ernesto Motta seguirá escuchándose en el desierto. Muchas generaciones lo identifican y lo reconocen cuando camina en la calle. Aunque se considera tímido, una vez que tiene el micrófono en la mano, nadie lo para,
“Soy una persona nerviosa pero al agarrar el micrófono se me van los nervios, tengo la facilidad de improvisar”, concluyó.