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Durante su segundo discurso inaugural, el Presidente Barack Obama utilizó tan sólo 43 palabras para referirse al tema de inmigración; sin embargo, la breve referencia fue suficiente para revivir la esperanza de una reforma migratoria entre la comunidad inmigrante de los Estados Unidos.
Durante su segundo discurso inaugural, el Presidente Barack Obama utilizó tan sólo 43 palabras para referirse al tema de inmigración; sin embargo, la breve referencia fue suficiente para revivir la esperanza de una reforma migratoria entre la comunidad inmigrante de los Estados Unidos.
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Durante su segundo discurso inaugural, el Presidente Barack Obama utilizó tan sólo 43 palabras para referirse al tema de inmigración; sin embargo, la breve referencia fue suficiente para revivir la esperanza de una reforma migratoria entre la comunidad inmigrante de los Estados Unidos.

Se espera que en las próximas semanas Obama revele un plan que legalizaría a más de 12 millones de inmigrantes indocumentados, muchos de los cuales son jóvenes que fueron traídos al país de manera ilegal por sus padres pero que llaman a este país su hogar.

Para Cristina Méndez, activista que defiende los derechos del inmigrante radicada en el Valle de Coachella, la referencia fue un claro ejemplo de los tiempos que se viven en la nación y una esperanza de que la reforma migratoria cada vez está más cerca der ser una realidad.

“Es un verdadero despertar de conciencia escuchar al presidente en su segunda inauguración hablar de la reforma migratoria, por lo menos para los que aún no sienten la necesidad de esta. Es un reconocimiento a la existencia y esencia de la contribución que aportamos a esta nación y del camino que empezamos a forjar con nuestros esfuerzos”, comentó Méndez.

Francisco Javier Solá, organizador comunitario y miembro del Proyecto de Votantes Latinos de Riverside, dijo que el movimiento de la reforma migratoria cada vez cobra más fuerza debido a los resultados de la votación de noviembre pasado cuando el 71 por ciento de los votantes Latinos registrados apoyaron al presidente Obama.

Dicho resultado parece haber modificado el tono de algunos de los más renuentes políticos republicanos sobre el tema de inmigración. Algunos incluso han evolucionado a partir de los resultados y la creciente población latina en la nación al grado de cambiar su postura de oposición a apoyo. Tal es el caso del senador del estado de Florida Marco Rubio, quien recientemente dio a conocer su plan migratorio.

Rubio, un cubanoamericano que es visto por el partido Republicano como un fuerte contendiente en las elecciones de 2016, dijo que otorgaría “temporalmente” un status jurídico a todo persona que haya sido sometida satisfactoriamente a control de antecedentes penales, a aquellas que demuestren su habilidad con el idioma inglés, y a aquellos que puedan demostrar que tienen una residencia prolongada en el país.

Tal plan generó eco positivo entre líderes Republicanos, incluyendo el congresista Paul Ryan, quien fue el candidato a vice presidente durante las elecciones pasadas. Ryan aplaudió el esfuerzo de Rubio y dijo estar a favor de “modernizar” las leyes de inmigración pero solo a través de una mayor seguridad para frenar la inmigración ilegal en las fronteras.

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La exigencia de la mayoría de legisladores que se oponen tajantemente a una reforma migratoria ha sido provista por la administración Obama. Ellos exigen mayor seguridad en las fronteras y mayor aplicación de las leyes migratorias.

En efecto, cifras del Departamento de Seguridad nacional de los Estados Unidos (DHS por sus sigla en inglés), afirman que la administración Obama ha deportado a mas de 1.5 millones de inmigrantes indocumentados, ocasionando la “separación” de familias inocentes.

De manera simbólica, la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes con sede en Los Ángeles (CHIRLA por sus sigla en inglés), colocó una silla vacía durante la reunión para presenciar el discurso de Obama.

Con esta acción, CHIRLA le recordó al Congreso que es el momento de entablar un dialogo productivo para forjar un camino hacia la ciudadanía y para evitar la separación de familias.

Maribel Núñez, activista local miembro de California Partnership, dijo que esto será posible gracias a la presión ejercida por grupos nacionales, estatales y locales defensores de los inmigrantes, incluyendo el Centro para el Cambio Comunitario, PICO National, CHIRLA, MALDEF y la Coalición de Justicia para los Inmigrantes del Interior de Sur de California, entre otros.

El futuro de una reforma migratoria parece muy prometedor.

Por ahora, grupos que abogan por los derechos del inmigrante comenzarán a organizar reuniones y acciones cívicas masivas con el fin de ejercer presión a los legisladores que aun se oponen a la reforma migratoria.

“Ahora es el momento”, dijo Núñez.