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    Gustavo Torres, director de Casa en Acción, centro, y otros, cantan durante una manifestación de grupos que suportan los derechos de los inmigrantes, en frente de la Casa Blanca en Washington, Jueves, 08 de noviembre 2012, llamando al presidente Barack Obama a cumplir su promesa de aprobar una reforma migratoria integral.

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    Un manifestante sostiene un cartel que dice: "Nosotros votamos por ti, ahora vota por nuestras familias", en una manifestación organizada por grupos pro reforma migratoria en frente de la Casa Blanca, el 8 de noviembre.

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WASHINGTON — Los dirigentes de una organización que agrupa a Dreamers en todo el país anunciaron el jueves que durante las próximas semanas se acercarán a legisladores de ambos partidos para intentar convencerlos sobre la necesidad de legalizar en forma permanente a los 11 millones de inmigrantes que residen en Estados Unidos sin la debida documentación.

Cristina Jiménez, directora de United We Dream, calificó como fundamental la labor que miembros de esa organización realizaron en estados claves como Florida, Colorado y Texas para activar a votantes latinos, un electorado que le dio cerca del 70% a Obama, según encuestas a boca de urna.

“La participación de votantes latinos dejó muy claro que el presidente debe lograr la reforma migratoria. Es un mandato. El presidente y los dos partidos necesitan reunirse para cambiar la política migratoria, y con ello nos referimos a cambios permanentes que creen una senda a la legalización para nuestros padres y comunidades”, dijo.

Jiménez indicó que buscarán iniciar los contactos con los líderes de las bancadas republicanas en ambas cámaras e identificó al senador Marco Rubio como uno de los republicanos claves para involucrar al resto de su partido en un debate sobre reforma migratoria.

Obama ganó un gran apoyo del voto latino al reiterar la promesa formulada en 2008 de lograr una reforma migratoria integral durante su primer año de mandato.

Durante su primer mandato incumplió la promesa pese a que contaba con la mayoría en ambas cámaras y deportó a un promedio anual sin precedentes de 400.000 personas, pero el 15 de junio anunció un programa para suspender las deportaciones de algunos inmigrantes menores de 30 años que fueron traídos a Estados Unidos sin autorización cuando eran niños.

El Programa de Política de Inmigración del centro, el Migration Policy Institute (Instituto de Política Migratoria) con sede en Washington, dijo que por lo menos 1,76 millones de personas podrían beneficiarse del programa.

A estos jóvenes se les conoce en inglés como Dreamers, debido a un proyecto de ley “Dream Act” que buscaba suspender las deportaciones de manera permanente. Su última versión fue aprobada por la cámara baja pero no obtuvo los votos necesarios en el Senado en diciembre del 2010.

Obama ha acusado reiteradamente a los congresistas republicanos de obstruir no solamente una potencial reforma migratoria, sino otras iniciativas fiscales y económicas.

Al día siguiente de que Obama resultara reelecto, el líder republicano en la cámara baja John Boehner invitó al presidente a retomar las negociaciones —fallidas en 2011— que evitarían la entrada en vigencia a fin de año mayores impuestos y recortes drásticos al gasto público. Los republicanos conservaron la mayoría en la cámara y los demócratas en el Senado.

“Señor presidente, éste es su momento. Queremos que usted sea el líder. Hallemos el consenso que nos ha eludido”, dijo Boehner refiriéndose a las negociaciones fiscales.

El déficit fiscal es la prioridad inmediata para Obama y los dos partidos en el Congreso, subrayada por la drástica caída que sufrió Wall Street por temores de que los dos partidos sean incapaces de llegar a un acuerdo antes del 1 de enero.

Si las negociaciones bipartidistas en el frente fiscal son exitosas, pudieran servir a crear un ambiente favorable para comenzar a negociar una reforma migratoria.