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CIUDAD DE MÉXICO.- El periodista mexicano Julio Scherer, uno de los más importantes e influyentes del país en los últimos 50 años, murió a los 88 años en ciudad de México, informó la revista Proceso, que él fundó en 1976.

Proceso informó que Scherer murió el miércoles a causa de un choque séptico, o infección generalizada, derivada de una oclusión intestinal, luego de una prolongada enfermedad.

Scherer fue reconocido por desafiar a la autoridad en momentos en que la mayoría de la prensa mexicana estaba dominada o cooptada por el gobierno.

Dirigió el periódico Excélsior, uno de los diarios más importante de México, de 1968 a 1976, hasta que una maniobra orquestada por el gobierno del entonces presidente, Luis Echeverría (1970-1976), terminó con su salida de la dirección del medio.

La línea crítica del diario provocó que en 1972 un grupo de empresarios, alentados por el presidente Echeverría, boicotearan al diario Excélsior retirando sus anuncios.

En su libro “La terca memoria” el periodista describió cómo se preparó este ataque, narrado por uno de los empresarios que participó en la reunión.

“El anfitrión (Bernardo Quintana, fundador de la constructora ICA) tomó la palabra y solicitó el parecer del presidente de la República. Echeverría fue directo. Los hombres de la iniciativa privada rendían su cuota al auge del periódico, la publicidad era fuente de ingresos para el diario. Así fortalecía al enemigo común. En manos de los empresarios estaba el remedio a una situación que ya era crítica”.

Cuatro años más tarde un grupo de trabajadores del medio, encabezados por Regino Díaz Redondo, pidió la destitución de Scherer y sus colaboradores por presuntos abuso de autoridad y actos en contra de la cooperativa, según narró en el libro “Los Periodistas” el escritor Vicente Leñero, también fundador de Proceso, quien murió el tres de diciembre pasado.

Quienes demandaban su salida eran trabajadores de talleres, que alegaban que la dirección había utilizado incorrectamente los recursos del diario, en especial, un desarrollo habitacional que éste promovía.

Tras una asamblea el grupo destituyó a Scherer y Díaz Redondo asumió la dirección, en la que se mantuvo hasta el 2000, quien asumió una línea editorial más favorable al gobierno.

En 2000, Díaz pidió voto a sus lectores en un editorial votar a favor del candidato del PRI, Francisco Labastida, en unas elecciones presidenciales que ganó Felipe Calderón (2000-2006), del Partido Acción Nacional, lo que destronó al PRI tras 71 años seguidos en el poder.

El Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz, que dirigía la revista Plural que publicaba Excélsior, abandonó la dirección de ese magazín cultural y político cuando salió Scherer. Posteriormente el poeta fundaría la revista Vuelta, también de gran influencia en la vida política y cultural del país.

A su vez, Scherer fundó la revista Proceso, que ha sido pionera del periodismo de investigación y de denuncia de la corrupción en México durante décadas.

El periodista inició su carrera en Excélsior en 1949 como mandadero y 19 años después se convirtió en su director. Scherer asumió la dirección del diario en momentos en que los estudiantes protestaban contra el gobierno a quien conminaban a dialogar; petición que fue rechazada por el mandatario Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) y que se saldó con una matanza ocurrida el 2 de octubre de 1968 cometida por un grupo paramilitar en la zona habitacional de Tlatelolco.

La cantidad exacta de personas que fallecieron en ese ataque se desconoce hasta la fecha.

Al día siguiente de la masacre, mientras los periódicos retomaban la versión oficial de que los estudiantes eran parte de una conjura que tenía como fin sabotear los Juegos Olímpicos que se celebrarían ese año en México, Excélsior publicó una caricatura de Abel Quezada en la que sobre fondo negro aparecía la frase “¿Por qué?”.

En sus páginas editoriales Excélsior puso en duda la versión del gobierno aunque el periodista reconoció que no había podido sustraerse por completo de las presiones del mismo. A Díaz Ordaz le sucedió Luis Echeverría, su ministro de Gobernación (Interior), a quien se achacaba responsabilidad por la matanza.

El periódico mantuvo una línea crítica al desempeño del gobierno lo que lo llevó a orquestar, en 1975, una protesta de presuntos accionistas que, en realidad, eran dirigidos por un líder campesino de un grupo afiliado al PRI, partido en el gobierno.

Scherer dejó la dirección y con un grupo de reporteros y editorialistas fundó el semanario Proceso, que se convirtió en un permanente crítico de los gobiernos desde su fundación a la fecha.

Entre los asuntos que la revista dio a conocer se encuentran la divulgación en 1978 de la existencia de un grupo especial del ejército dedicado a combatir a la guerrilla llamado “Brigada Blanca”, la investigación sobre el asesinato del periodista Manuel Buendía en 1984, cuya responsabilidad se achacó al Director de Seguridad Nacional, la denuncia de las acusaciones de enriquecimiento ilícito y sospechas sobre corrupción del Raúl Salinas de Gortari, hermano del expresidente Carlos Salinas, a quien bautizó como “el hermano incómodo” en la década de 1990.

En 1994, tras el alzamiento del grupo guerrillero indígena conocido como Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el semanario publicó una entrevista con su dirigente el “Subcomandante Marcos”. En ese año el grupo insurgente lo propuso como integrante de una comisión que negociara la paz entre los rebeldes y el gobierno pero declinó la oferta.

“Mi condición de periodista me obliga a la imparcialidad”, decía su respuesta, “difícil de sostener en la doble condición de mediador y cronista de los acontecimientos que vivimos. Debo, pues, cumplir exclusivamente con las reglas de mi profesión”.

El periodista Carlos Marín, quien trabajó con él en Excélsior y fue fundador de Proceso, dijo a la cadena Radio Fórmula que Scherer es una persona “sin la cual sería inexplicable la reforma política en México”. La revista que fundó, dijo, fue medular para completar la reforma política, que permitió el registro a partidos de izquierda, iniciada en 1979 por el gobierno de José López Portillo, y hacer efectivo el derecho a la información.

En 2010 publicó fue una entrevista con narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada en la que éste se quejaba por la operación del gobierno contra cárteles de la droga. La publicación provocó críticas al periodista por dar voz a un personaje que se reconocía como criminal y por la fotografía que ilustraba a la historia, en la que Zambada lo abrazaba con familiaridad.

Amigo de artistas e intelectuales como Gabriel García Márquez, Scherer era reconocido como un erudito y gran conversador que, paradójicamente, se negaba a conceder entrevistas. La Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano le otorgó su premio en calidad de Homenaje por su trayectoria periodística.

El periodista Carlos Puig, quien formó parte de la dirección de Proceso al retiro de Scherer, contó que él nunca leía las historias que el semanario publicaría antes de que se imprimieran, aunque estaba al tanto de cada una a través de la comunicación con su autor o con el jefe de sección respectivo.

“Seguía el progreso”, dijo el columnista y conductor de televisión de la cadena Milenio, “pero no leía las notas porque decía que no quería convertirse en un censor”.

Puig, quien señaló que el periodismo mexicano moderno no puede entenderse sin la aportación de Scherer y el grupo de periodistas que lideró, recordó que varios periodos de la vida mexicana fueron explicados, en buena medida, por el semanario que fundó.

La mejor crónica del periodo del presidente Salinas, desde las competidas elecciones de 1988 en las que la oposición alegó fraude, hasta la firma del Tratado de Libre Comercio, las acusaciones de corrupción, el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio y al alzamiento armado de Chiapas, fue la que hizo Proceso dirigido por Scherer, señaló Puig.

Al conocerse su deceso personajes como el presidente Enrique Peña Nieto lamentaron el hecho. En un mensaje de Twitter, el mandatario expresó sus condolencias a la familia. Andrés Manuel López Obrador, dos veces candidato a la presidencia, dijo estar triste por la amistad que dice que tenía con él y por “el vacío que deja en la vida pública”.

Sus funerales serán privados, indicó la revista.