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Imagen divulgada por la Agencia Espacial Europea el miércoles 12 de noviembre de 2014 durante el descenso de la sonda Philae que muestra la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko desde una distancia de 3 kilómetros.
Imagen divulgada por la Agencia Espacial Europea el miércoles 12 de noviembre de 2014 durante el descenso de la sonda Philae que muestra la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko desde una distancia de 3 kilómetros.
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DARMSTADT, Alemania.- A cientos de millones de kilómetros (millas) de la Tierra, una sonda espacial europea hizo historia el miércoles al depositarse con todo éxito sobre la superficie helada y polvorienta de un cometa que surca el espacio a velocidad vertiginosa. Fue un logro pionero que busca respuestas a los misterios sobre el origen del universo.

Paolo Ferri, director de operaciones de la misión de la Agencia Espacial Europea, dijo que el descenso del módulo de la sonda espacial Rosetta en la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko parece haber tenido una precisión casi perfecta.

“Todos lloraron”, afirmó.

La ESA (siglas en inglés de la agencia) celebró el acontecimiento cósmico después un tenso período de siete horas que comenzó cuando el módulo de aterrizaje Philae se desprendió de la sonda Rosetta que viajaba paralela al cometa, a la misma velocidad de 66.000 kilómetros (41.000 millas) por hora.

Los controladores de la agencia aplaudieron y se abrazaron mutuamente en el control de la misión en Darmstadt al recibir confirmación de que Rosetta había soltado exitosamente el módulo de 100 kilogramos (220 libras), del tamaño de una lavadora.

Durante el descenso, los científicos no podían hacer más que seguir los acontecimientos, porque la enorme distancia a la Tierra (500 millones de kilómetros o 311 millones de millas) les imposibilitaba enviar instrucciones en tiempo real.

Finalmente, a las 1603 GMT (11:03 a.m. EST), la agencia recibió una señal de Philae después que se posó en la superficie helada del cometa.

“Definitivamente confirmamos que el módulo está sobre la superficie”, dijo el director de vuelo Andrea Accomazzo.

El venturoso encuentro coronó un trayecto de 6.400 millones de kilómetros (4.000 millones de millas) que comenzó hace una década. Rosetta, que fue lanzada en 2004, tuvo que hacer tres semicircunvalaciones alrededor la Tierra y una alrededor de Marte para adquirir el impulso que la llevara a la caza del cometa.

Aunque se necesitan más inspecciones antes de determinar el estado del módulo, el hecho de que descanse sobre la superficie del cometa es en sí un logro notable, la culminación de una misión de una década para estudiar los cometas y aprender más sobre los orígenes de estos cuerpos celestes.

Los científicos han comparado el billón de cometas en nuestro sistema solar a cápsulas de tiempo que están virtualmente inalteradas desde los primeros instantes del universo.

“Estudiando uno en enorme detalle esperamos descifrar el rompecabezas de todos los demás”, afirmó Mark McCaughrean, asesor científico de la misión.

La ESA anunció que Philae debía afirmarse en el cometa utilizando ganchos y tornillos para nieve. Ferri dijo que los impulsores que debían empujar el módulo hacia la superficie del cuerpo celeste no funcionaron y tampoco los ganchos, problemas que se investigan, pero agregó que Philae parecía estar estable.

Los científicos también advirtieron un problema con las señales del módulo, que están tratando de arreglar. Mientras tanto, todos los datos que Philae colecciona se están almacenando para su transmisión posterior, agregó.

“Somos los primeros en haber hecho esto y eso perdurará para siempre”, se entusiasmó el director general de la ESA, Jean-Jacques Dordain.

Mientras Philae reposa en el cometa, Rosetta seguirá acompañando a este a medida que se acerque al Sol. Utilizando 21 instrumentos, la nave recolectará datos que los expertos creen les ayudarán a descifrar enigmas del origen y evolución de cuerpos celestes y quizás hasta de la vida sobre la Tierra.

“La ciencia empieza en el minuto que tocamos tierra”, afirmó McCaughrean.

La misión permitirá la oportunidad de poner a prueba la teoría de que los cometas trajeron materia orgánica y agua a la Tierra hace miles de millones de años, dijo Klim Churyumov, uno de los dos astronautas que descubrieron el cometa en 1969.

El instrumental de Philae incluye artefactos para medir la luz, el electromagnetismo y el calor. También perforará la superficie del cometa para extraer una muestra que analizará allí mismo y suministrará numerosas imágenes nunca vistas por ojos humanos.

Se cree que las baterías del módulo durarán solo 64 horas, pero eso deberá ser suficiente para recoger una catarata de datos.