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 La Librería Martínez, una librería en Santa Ana que surgió de la barbería del amante de la lectura Rueben Martínez en el centro de la ciudad, ha clausurado sus ventas y se convertirá en un centro cultural y educativo, de acuerdo a funcionarios de la Universidad de Chapman.
La Librería Martínez, una librería en Santa Ana que surgió de la barbería del amante de la lectura Rueben Martínez en el centro de la ciudad, ha clausurado sus ventas y se convertirá en un centro cultural y educativo, de acuerdo a funcionarios de la Universidad de Chapman.
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SANTA ANA – El final de un capítulo de casi un cuarto de siglo para la Librería Martínez, que se cree es la única librería latina restante en el Condado de Orange, es agridulce para su fundador.

La librería independiente en Santa Ana, que surgió de la barbería del amante de la lectura Rueben Martínez en el centro de la ciudad, ha dejado de vender libros y se convertirá en un centro cultural educativo. La información fue proporcionada por funcionarios con la Universidad de Chapman, la cual opera la Librería Martínez, que se llamará el Centro Comunitario de Educación para el mes de mayo.

“Es un poco triste, pero ya me siento mejor porque seguirá siendo un lugar educativo y seguirá teniendo libros. No es como un fracaso completo, para nada, nada por el estilo”, dijo Martínez, de 75 años. “Ustedes saben que las cosas buenas tienen que acabar y otras comienzan”.

En el 2002, Martínez dijo que estaba perdiendo al menos 5,000 dólares mensuales tratando de mantener abierta su librería, que promueve la literatura latina y la lectura en la comunidad, así que donó todo su inventario a la universidad, la cual se hizo cargo de las operaciones de la tienda. Martínez dijo que quería en su lugar enfocarse en aumentar la diversidad como socio presidencial para la institución educativa de Chapman.

Como directora de la Librería Martínez de la Universidad de Chapman, Anaida Colón-Muñiz, profesora asociada en la Facultad de Estudios Educativos de la universidad, empezó a ofrecer oportunidades de aprendizaje además de la gestión de ventas. El nuevo Centro Comunitario de Educación expandirá esas oportunidades y cesará las ventas.

Con el predominio de Amazon y otros sitios de compras en línea, la librería “no era una propuesta económica viable”, dijo Margaret Grogan, quien ha sido la decana de la Facultad de Estudios Educativos desde julio.

“Nos pareció que para hacer realidad la visión (de Martínez) de continuar con la exposición a la educación superior, podíamos hacer un mejor esfuerzo enfocándonos en el desarrollo de los programas”, comentó Grogan.

Subvenciones y donativos serán ahora las principales fuentes de financiación, añadió.

Desde finales del año pasado, el espacio en North Broadway ha sido reorganizado para incluir espacios de lectura y aprendizaje para niños, adolescentes y adultos. La colección de libros de Martínez permanecerá en el centro para uso público.

“Fue genial ver que si construyes estos espacios, la gente llega y se sienta a leer”, comentó Colón-Muñiz. “Ha comenzado a hacer la diferencia”.