Un auge en los cultivos de marihuana en los patios traseros de las viviendas ha sembrado el miedo entre los residentes de las áreas no incorporadas del Condado de Riverside.
En Mead Valley, cerca de Perris, un jardín de marihuana crecía a plena vista a unos 50 metros de un parque infantil. Armas de alto calibre, como Ak-47s, han sido halladas en algunos de los lugares. Y había un cultivo de marihuana en la escena de un tiroteo fatal en agosto.
Los oficiales del alguacil han dicho estar muy conscientes del aumento en los cultivos de marihuana y los investigan agresivamente, aunque han revelado muy poco de su progreso o de lo que ha impulsado la tendencia.
El supervisor del Condado de Riverside, Kevin Jeffries, quien sonó la alarma sobre actividades ilegales a principios de año luego de recibir quejas de sus constituyentes, dijo que su personal contó más de 300 jardines de marihuana solamente en su distrito.
“Francamente asustan muchísimo a los vecinos”, comentó.
Los residentes han visto a hombres armados alrededor de los cultivos y temen que crímenes violentos en sus vecindarios estén ligados a ellos, dijo. Ellos le han dicho al personal de Jeffries que algunas personas han hablado con los dueños de las propiedades y les han ofrecido miles de dólares para rentar sus terrenos y sembrar marihuana, y que los cultivos de marihuana están afiliados con dos carteles mexicanos de la droga.
Jeffries ha propuesto una ordenanza para acabar con los cultivos de marihuana con fines de lucro, pero ha encontrado resistencia de parte de los defensores de la marihuana medicinal.
Aunque Mead Valley y el vecino Good Hope son puntos importantes para el cultivo, Jeffries dijo que el problema es generalizado a través de toda la parte occidental del condado.
Entre las comunidades donde los agentes del alguacil han investigado los cultivos de marihuana este año se encuentran Norco, Woodcrest, De Luz, Romoland, Nuevo y Anza.
“El departamento de la comisaría está muy preocupado al respecto”, dijo la jefa Patricia Knudson sobre el aumento.
Aunque el departamento cuenta con un equipo de erradicación de marihuana financiado con una subvención, este está lidiando con un gran número cultivos y el proceso de investigación es intensivo, comentó. El determinar si un cultivo tiene fines de lucro o propósitos medicinales legítimos puede ser particularmente exhaustivo, agregó.
Funcionarios del alguacil dijeron haber recibido 300 informes de cultivos de marihuana al aire libre a través del condado este año. A principios de octubre, la Oficina de Investigaciones Especiales de la Comisaría, la cual dirige casos de drogas, había erradicado un total de 63 cultivos de marihuana al aire libre – algunos en terrenos públicos – y realizado 66 arrestos por cultivar marihuana ilegal, según los agentes. Esa cifra no incluye a cultivos de marihuana erradicados por estaciones locales del alguacil.
Agentes de la Comisaría declinaron revelar detalles de sus investigaciones, aunque dijeron que los investigadores no han encontrado vínculos directos a los cárteles mexicanos de la droga.
“Tenemos rumores e insinuaciones”, dijo Knudson, añadiendo que si miembros del público tienen la información, deben reportarla.
Crimen organizado
Aunque funcionarios del alguacil han mantenido silencio sobre sus esfuerzos para reducir a los cultivos de marihuana, aumentos de órdenes de cateo presentadas por investigadores refuerzan las preocupaciones del supervisor del condado.
En documentos judiciales, los investigadores atribuyen el aumento a “grandes cultivos de marihuana y organizaciones de tráfico” que se han infiltrado en el condado ofreciendo pagos en efectivo a los dueños de las propiedades.
Robert Sánchez, un investigador con el Equipo Contra la Marihuana del departamento, dijo que sospechan que organizaciones de tráfico han reclutado a personas para obtener recomendaciones de marihuana medicinal y colocarlas en los sitios de cultivo en un intento de disuadir a las fuerzas del orden.
Al ser entrevistados por los investigadores, algunas personas que alegaban cultivar la marihuana para fines medicinales dieron respuestas similares y aparentemente “practicadas”, según escribió Sánchez. Cuando se les pidió que describieran su uso de la marihuana medicinal, ellos hablaron sobre poner a las plantas en un baño de agua y sumergirlas. Ellos dijeron que nunca habían tratado el método pero que éste requería 99 plantas de marihuana.
Los investigadores también encontraron a personas viviendo en los cultivos que no tenían recomendaciones de marihuana medicinal y que dijeron que se les pagaba para que cuidaran a las plantas.
Sánchez describió la destrucción de un cultivo con 145 plantas de marihuana sobre la Calle Rider en Mead Valle en julio, durante el cual encontraron otro cultivo en un campo cercano. Cuando se acercaron a investigar, encontraron varios más, incluyendo uno justo a lo largo de la calle.
Otro de los cultivos, a lo largo del Camino Lee, se encontraba al lado del Centro Comunitario de Mead Valley donde los niños juegan al aire libre, escribió Sánchez. Armas de alto calibre han sido halladas en algunos de los lugares.
Entre los cultivos que han sido puestos en la mira por los investigadores de la comisaría hubo uno de 464 plantas sobre la Avenida California en Norco, y dos alrededor de Anza con un total de más de 1,000 plantas y 84 libras de marihuana seca.
Un cultivo de 100 plantas fue hallado en el área rural de De Luz cerca de Temecula. Ese fue erradicado el mes pasado por un equipo de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) con sede en el Condado de San Diego. La oficina del supervisor Jeffries se enteró cuando el propietario, quien había rentado la propiedad a cultivadores de marihuana, llamó para quejarse de la redada.
En Winchester, un hombre que trataba de mostrarle una propiedad sobre Grigg Lane a un comprador se sorprendió en julio cuando al llegar encontró que el camino estaba bloqueado con una valla metálica, según indica el registro de la orden de allanamiento.
Él se asustó por lo que encontró del otro lado de la valla: un gran jardín de marihuana con unos 10 hombres cuidándolo. Agentes más adelante incautaron 1,190 plantas y casi 150 libras de marihuana seca de la propiedad.
Incidentes violentos
Agentes del alguacil dijeron que no tienen evidencia de un vínculo directo entre los crímenes violentos y los cultivos de marihuana, pero documentos judiciales muestran al menos un par de casos en los cuales ha habido intercambios de disparos en los sitios de cultivo.
Los agentes incautaron 425 plantas de marihuana y casi 100 libras de marihuana seca en una propiedad sobre la Calle Markham en Mead Valley donde un hombre fue fatalmente herido el 27 de agosto, según el registro de la corte. Los agentes hallaron al hombre muerto en la sala de una vivienda en la propiedad. Casquillos de bala estaban dispersos alrededor de la entrada a la vivienda y sobre el camino que conducía a la puerta principal.
Y el 17 de septiembre, agentes fueron llamados para responder a un tiroteo sobre la Calle Wells en Mead Valley. Los vecinos escucharon varios disparos y vieron a alguien disparar un arma desde un vehículo en movimiento hacia un lote vacante donde había un cultivo de marihuana, según documentos de corte. Cuando los agentes llegaron al lugar, las personas involucradas se habían ido, pero los agentes encontraron media docena de casquillos en el camino enfrente del jardín de marihuana.
Algunos residentes dijeron estar hartos.
Una mujer de Nuevo de 65 años de edad, quien pidió que su nombre no fuera revelado por temor a su seguridad, dijo que el vecindario donde ha vivido durante décadas ha sido invadido por cultivos de marihuana durante los últimos años. Este año, había un jardín de marihuana justo al lado de su propiedad de cinco acres y el olor era tan penetrante que no soportaba abrir sus ventanas.
“Algo se tiene que hacer y no sé a dónde acudir para lograr que se haga”, dijo. “Estoy harta de esto”.
La mujer dijo que recibió una llamada de un hombre que quería rentar su área de pasto para convertirla en un jardín de marihuana también. Ella dijo que terminó la conversación antes de enterarse de cuanto estaba dispuesto a pagarle. Pero sospecha que algunos de sus vecinos han aceptado ofertas similares.
A ella le gustaría mudarse, pero los esfuerzos para vender la propiedad no han dado resultado, según la mujer. Durante una visita reciente, un potencial comprador le preguntó acerca del olor.
“Le dije, ‘son las plantas de marihuana por allá’”, recordó la mujer.
Y ese fue el final de la visita, comentó.
Este mes, dijo, finalmente consiguió algo de alivio.
Pero no fue gracias a las autoridades – sino porque era tiempo de cosecha.
