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CIUDAD DE MEXICO — El 2016 no fue un año de tequila y mariachi para la música mexicana. Vicente Fernández se despidió de los escenarios, Juan Gabriel falleció y, para más, en los Latin Grammy la categoría ranchera/mariachi se declaró desierta.

Don Vicente ya lo había advertido: se iría como lo hizo en el cine, sin segundas vueltas y con la frente en alto. Cerca de 85.000 personas se dieron cita en abril en el Estadio Azteca de la capital mexicana para verlo por última vez, muchos con tristeza y nostalgia.

“Hay una cosa que no se compra ni con todo el oro del mundo y eso ustedes siempre me lo han regalado sin que tenga que ponerles una pistola en la cabeza: su presencia, su cariño, su respeto y sus aplausos”, dijo Fernández con su traje de charro y la voz entrecortada.

El concierto, que terminó de madrugada luego que el Rey de la Música Ranchera entonara unas 60 canciones con la potencia que lo caracteriza, pasó a la historia como un CD/DVD lanzado por Sony Music en septiembre.

El 28 de agosto murió Juan Gabriel, uno de los más prolíficos y queridos cantautores de México, en Santa Mónica, California. Tenía 66 años y acababa de dar un concierto en Inglewood. Tras haber superado en 2014 una grave neumonía por la que fue hospitalizado, sus admiradores y colegas estaban embelesados con su regreso. Abarrotaron sus maratónicas presentaciones dentro y fuera de México y compraron sus discos de duetos “Los Dúo” y “Los Dúo 2”, editados por Universal Music.

Quizá en vida su faceta de intérprete pop deslumbró más que la de maestro de la música regional, pero bastó su muerte para que cientos de personas corrieran a la Plaza Garibaldi de la Ciudad de México, donde colocaron flores y velas a los pies de su estatua y cantaron sus piezas más sentidas, como “Amor eterno” y “Se me olvidó otra vez”.

“Yo estoy agradecido más que nada con sus canciones, era una gran persona”, dijo el día de su muerte Álvaro Hurtado, un mariachi de 52 años, quien interpretaba el repertorio del llamado Divo de Juárez para los clientes de una cantina. “Le daba trabajo a mis compañeros mariachis… Nos dejó cosas muy bonitas”.

Si bien estos dos ídolos no son los únicos representantes de la música regional, en septiembre llegó un golpe que evidenció el mal momento por el que está pasando la música que representa a México ante el mundo. Debido al bajo número de inscripciones, la categoría de música ranchera/mariachi no fue premiada en la 17a edición de los Latin Grammy.

“Nosotros empezamos a dar voces de alarma con años de anticipación para decir ‘este género se está yendo hacia abajo”’, dijo Gabriel Abaroa Jr., presidente de la Academia Latina de la Grabación, en entrevista con The Associated Press. “Cuando empezamos a detectar que hay menos, y menos inscripciones, lo que hacemos es gritar”.

Para que una categoría de los Latin Grammy no se declare desierta es necesario que existan 25 nuevas producciones discográficas inscritas por año. Categorías como merengue o “tropical regional mexicana” han desaparecido o cambiado a lo largo del tiempo en los Latin Grammy, pero este caso es particularmente delicado: el mariachi es un género que identifica al país, al grado de que en 2011 fue inscrito en la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la UNESCO como “elemento fundamental de la cultura del pueblo mexicano”.

Tras la generación de Fernández, que conjuntó a intérpretes como Lola Beltrán, Lucha Villa, Flor Silvestre y compositores como José Alfredo Jiménez, Antonio Aguilar y Cuco Sánchez, un nuevo grupo de músicos como Alejandro Fernández, Pedro Fernández, Aída Cuevas y Pepe Aguilar han continuado con su legado, pero no está claro quién lo hará después.

Músicos y miembros de la academia coinciden en que el género necesita nueva música para mantenerse vivo. Pepe Aguilar señaló que además de mantener la producción ha tratado que sus piezas de mariachi incluyan nuevos ritmos y se modernicen para crear nuevos clásicos en el género como lo han sido “Miedo”, “Por mujeres como tú” y “Perdóname”.

“Es una situación peligrosa porque igual y puede desaparecer, y sí puede desaparecer, por supuesto. En la vida los dinosaurios desaparecieron”, dijo Aguilar en una entrevista telefónica desde Los Ángeles, aunque agregó esperanzado que “hay mucha gente a la que nos gusta, seguimos apoyándolo”.

Un posible factor es el cambio de gusto entre el público, que ahora favorece más a la música norteña mexicana. Pero incluso entre sus intérpretes existe alarma por la situación.

“Lamentablemente es un género al que no se le da la debida importancia, siendo que es de los más populares a nivel Estados Unidos y en toda Latinoamérica. La música ranchera es la música que nos identifica como pueblo”, dijo el cantautor norteño Regulo Caro, nominado al Latin Grammy en 2012 por su segundo álbum, “Amor en tiempos de guerra”. “Se me hacen fregaderas”.

Abaroa, en tanto, señaló que la responsabilidad recae no solo en los intérpretes sino en los compositores.

“La realidad es que hoy por hoy no hay nuevos muchachos que estén interpretando música ranchera y vamos un paso atrás, no hay compositores de música ranchera. El último que se lanzó a componer música ranchera es Espinoza Paz”, señaló.

En junio de este año, Espinoza Paz lanzó el álbum “No pongan esas canciones”, para el que compuso más de 15 piezas de mariachi, con la disquera independiente O Music.

“Nadie quería que lo sacara”, dijo a la AP en una entrevista telefónica desde Monterrey, México. “Estoy muy orgulloso, porque siendo un disco de mariachi, siendo una disquera prácticamente nueva y no teniendo experiencia para lanzar discos, yo creo que estuvimos bien, estuvimos dando batalla”.

“Me apena mucho lo de los Grammy porque a nivel mundial el mariachi es el mariachi. Siento que no estamos siendo respetuosos con este género tan tradicional”, apuntó. “¿Por qué Marco Antonio Solís se sube al escenario y sube un mariachi? ¿Por qué Diego Verdaguer se sube al escenario y sube un mariachi?¿Por qué todo el mundo sube un mariachi pero no quieren grabar mariachi? ¿A qué estamos jugando?”.

Espinoza Paz, quien ya prepara su siguiente disco de mariachi para febrero, tiene esperanzas de que el género se mantenga.

“Mañana o pasado va a salir un güerco (muchacho) que cante mariachi como don Vicente, fresco, nuevo, joven, que lo va a cantar irresistible, que no vamos a poder negarnos a comprar su disco o a escucharlo”, dijo.

El mismo Fernández, quien ha sido galardonado con dos premios Grammy y siete Latin Grammy, seguirá dando lucha por lo menos desde su estudio.

“Aclaré que me iba a retirar de los escenarios, pero que seguiría grabando porque es mi vida”, afirmó al recibir un disco de oro y uno de platino por las altas ventas de “Un azteca en el Azteca”. “Yo aquí me meto a mi estudio y grabo 10 o 12 (temas) en un día. … Posiblemente quiera que haya canciones hasta para regalar”.