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  • Yolanda del Río el jueves, 12 de febrero, durante una...

    Yolanda del Río el jueves, 12 de febrero, durante una noche mexicana en el Casino San Manuel en la ciudad de Highland.

  • La humilde y carismática cantante interpretó sus mejores canciones el...

    La humilde y carismática cantante interpretó sus mejores canciones el jueves, 12 de febrero, durante una noche mexicana en el Casino San Manuel en la ciudad de Highland.

  • Yolanda Del Río fue recibida con senda ovación, a lo...

    Yolanda Del Río fue recibida con senda ovación, a lo que respondió con tremendo espectáculo el jueves, 12 de febrero, durante una noche mexicana en el Casino San Manuel en la ciudad de Highland.

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En el mundo de la farándula existen cantantes y cantantes — artistas natos que han dejado huella y grabado su nombre con letras de oro en los corazones y mentes del público.

También existen agrupaciones musicales que han deleitado a las multitudes por generaciones —agrupaciones cuyo talento se refleja en cada producción año tras año y que como el vino mejoran con el paso del tiempo.

Yolanda Jaen López, mejor conocida como Yolanda Del Rio, y el Mariachi Vargas de Tecalitlan, considerado como el mejor del mundo, son nombres reconocidos en toda Latinoamérica, parte de Europa e incluso Asia.

Tanto Del Rio como el Mariachi Vargas son artistas que han trascendido, artistas que nacieron para el estrellato — artistas que continúan y continuarán en el gusto del público gracias a su humildad, sencillez y carisma.

Yolanda del Rio es una de esas cantantes cuya voz permanece intacta 45 años después de haber grabado su primer disco a la edad de 15 años, “La Hija de Nadie”, el cual vendió un millón de copias en tan solo seis meses.

La mujer sencilla y serena que interpreta cada canción con pasión, con el corazón en la mano; así como el Mariachi Vargas de Tecalitlan, agrupación que con orgullo interpreta la música vernácula; deleitaron a sus admiradores la noche del jueves 12 de febrero durante una noche mexicana en el Casino San Manuel en la ciudad de Highland.

Ataviada elegantemente con un vestido morado, acentuado por un rebozo color rosado, la oriunda de Pachuca, Hidalgo interpretó sus mejores canciones por un lapso de 35 minutos—tiempo insuficiente para siquiera ofrecer el uno por ciento de sus canciones grabadas en 50 discos pero suficiente para enamorar, para satisfacer, para entretener y deleitar a sus seguidores.

Acompañada del Mariachi Espectacular, Yolanda Del Rio interpretó “Tus Maletas en la Puerta”, “El Día que me Acaricies lloraré”, “Camas Separadas”, “La Intrusa”, “Se Me Olvido Otra Vez”, y desde luego “La Hija de Nadie”, entre otras, con la cual se llevó la ovación y alaridos del público.

La Gran Señora de México, como es cariñosamente conocida, demostró con su voz bravía pero sentimental, porque ha sido, es y será la consentida del público.

La también actriz que ha incursionado en 11 películas y hecho giras en países del Norte, Centro, Sudamérica y Europa, dejo en claro porque es una de las más grandes exponentes de la música tradicional mexicana.

Después de su magistral presentación, trece elegantes hombres vestidos de charro con sendos sombreros grises con detalles plateados, se apoderaron del escenario para ofrecer dos horas de pegajosos huapangos, sones, jarabes, corridos, valses, polkas y canciones de desamor así como canciones bravías que hablan y halagan a la mujer.

Describir la sensación al escuchar el solo de arpa, jaranas y violines así como los solos del guitarrón y trompeta, es imposible, solo queda decir que el corazón palpita a mil y que la piel se eriza al borde del delirio. Escuchar el falsete en cinco tonos, los cambios de colores y diferentes timbres de voz, es sin duda una delicia. El Mariachi Vargas de Tecalitlan es hoy por hoy sinónimo de México, calidad pura en cada ejecución.

Con potpurrís sentimentales acorde al mes del amor, al igual que canciones que han traspasado las barreras del idioma y fronteras, el Mariachi Vargas fascinó al público que abarrotó el recinto.

Con cada golpe de arco, con cada rasgueo de guitarras, guitarrón y jaranas, y con cada trompeteo, el Mariachi que fue fundado allá por el año 1898 por el maestro Gaspar Vargas López, y que en sus inicios amenizaba verbenas y fiestas patronales, remontó al público a sus terruños, allá en donde las playas ofrecen atardeceres inolvidables y en donde los cerros, imponentes y serenos, tienen pinos que se empinan hacia el sol.

Así, entre canciones que han homenajeado a la belleza, acariciado corazones, y entonadas en innumerables serenatas, el Mariachi Vargas de Tecalitlan, demostró con gallardía porque es el orgullo de México.