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    Joe "Peg Leg" Morgan/Hazard, a la izquierda; Mike "Poor Slim" Mulhearn/Primera Flats, a la derecha; de izquierda a derecha (al pie de la foto): Peter "San" Ojeda/Santa Ana; Manuel "Rocky Luna (fallecido)/Hazard; y Robert "Crow" Juarez/Glendale. Peter Ojeda, posó para esta foto, en lo que se cree fue entre 1968 a 1971, con varios líderes de la pandilla de California.

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    El líder de la Mafia Mexicana, Peter Ojeda, con una multitud en el Parque El Salvador de Santa Ana en 1992.

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Cientos de pandilleros rodearon a Peter “Sana” Ojeda como si fuera un predicador en su púlpito, cuando se puso de pie en las gradas verdes del Parque El Salvador. Era una tarde de sábado de 1992 y entre los asistentes, muchos eran rivales. Se les ordenó dejar a un lado la “sangre mala”.

El líder de 49 años de la Mafia Mexicana dio una orden tajante: ¡no más tiroteos!

Los asesinatos entre pandillas eran frecuentes a lo largo del condado de Orange. En 1992, los detectives investigaron 20 homicidios sólo en Santa Ana. Con tantas pandillas enfrentadas entre sí, llegar a un arreglo parecía imposible, pero Ojeda tenía la reputación y usaría todo su poder para lograrlo.

Durante décadas, la Mafia Mexicana ha controlado las pandillas latinas en las calles, de acuerdo con las autoridades. A través del miedo y la intimidación, “La Eme” (M, por la mafia) ha controlado las prisiones, la venta de drogas, la violencia y ha ejercido influencia en cientos de pandilleros del condado de Orange. El control implacable empezaba tras los muros de la prisión y desde los primeros días, estaba claro que el condado de Orange pertenecía a “Sana” Ojeda.

La influencia de la Mafia Mexicana se extendía desde las prisiones en las cárceles del condado, hasta las calles.

Aunque Santa Ana se considera el centro de operaciones en el condado de Orange –con 100 pandillas documentadas- la influencia del grupo va más allá. Las pandillas que juran lealtad se etiquetan con un “13”, pues es el número que corresponde a la letra “M” en el alfabeto español, según las autoridades.

Después de la acusación de cerca de 100 miembros de la Mafia Mexicana y sus asociados en julio, The Register revisó documentos de la corte y se entrevistó con autoridades de la Policía de Santa Ana, el Departamento del Sheriff del Condado Orange, el FBI y el Departamento de Correccionales de California para echarle un vistazo a la organización secreta conocida como la Mafia Mexicana.

Esta acusación fue el segundo cargo que Ojeda ha enfrentado en los últimos seis años. Su abogado, Craig Wilke, dijo que las autoridades han definido a Ojeda como alguien “tan grande como su figura misma”.

“Ellos lo han definido como un hombre muy poderoso, responsable de todo lo que pasa en el condado de Orange”, dijo Wilke.

EMPEZANDO EN “LA EME”

Peter Jess Ojeda nació en 1942. Creció junto a sus cuatro hermanos en Santa Ana. Su padre era trabajador de la construcción y su madre ama de casa.

Él abandonó la secundaria después del onceavo grado y las autoridades dicen que a partir de entonces, él se involucró en las pandillas. Cuando ingresó por primera vez a una prisión por consumo de heroína en 1965, la Mafia Mexicana ya era una compleja red criminal.

A principios de la década de los 50, ingresó al Instituto Vocacional del Norte de California, en un afán por proteger a los reclusos latinos que eran sobrepasados en número por los blancos y las personas de color. A medida que el número de reclusos latinos aumentó, se fueron organizando y alcanzaron poder, lo que provocó que la Mafia Mexicana se expandiera.

A consecuencia de la violencia y la intimidación, “La Eme” empezó a controlar el tráfico de heroína, de dinero, extorsión y otras actividades ilícitas en las prisiones estatales más numerosas: San Quentin, Folsom y la de máxima seguridad de Pelican Bay.

La comunicación es la clave del poder de esta organización. Reportes revelan que los líderes de la Mafia Mexicana en la prisión escriben mensajes, usando signos del lenguaje americano o de la lengua náhuatl, un idioma ancestral usado por los aztecas. Algunos mensajes son escritos en código, conocido como “papalotes” o “huilas”, que circulan dentro y fuera de la prisión a través de los visitantes los mismos reclusos que son puestos en libertad.

La membresía es secreta y exclusiva, dice Leo Duarte, especialista en pandillas del Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California. Duarte comenzó su carrera trabajando como guardia de seguridad en una prisión, y así empezó a estudiar las pandillas que operan en las cárceles. Ahora trabaja con en la Unidad de Inteligencia Criminal del departamento.

“Ellos se fijan en estas cualidades: En lo individual, ¿demuestran valentía? O ¿titubean?”, explicó Duarte. “Toma un largo tiempo llamar a alguien ‘carnal’. Ellos te miran, ven si tienes potencial para producir. Se fijan si eres una persona que reúne las cualidades para dirigir ciertas actividades. Una persona que no dice no”.

Los reclutas están destinados a matar a otros reclusos para probar que tienen temple. La vacilación es vista como una debilidad. Una vez que un miembro de una pandilla se une a la Mafia Mexicana, la única salida es la muerte.

Wilke no quiso decir si alguna vez Ojeda se convirtió en miembro de la Mafia Mexicana.

“Él es un hombre viejo”, dijo Wilke. “Él ha estado en prisión antes. Creo que eso no es ningún secreto. Más allá de eso, no voy a decir nada más”.

Los investigadores creen que cuando Ojeda tenía veintitantos años cuando se convirtió en miembro de la Mafia Mexicana, al mismo tiempo que este grupo fue extendiendo su control de las prisiones a las calles.

Mediante el control del sistema penitenciario, “La Eme” podría llamar a las pandillas a tiroteos en las calles. Porque los criminales de las calles sabían que en cualquier momento podrían caer en la cárcel y ahí fue donde nació el verdadero poder de la Mafia Mexicana. A principios de los 70 este grupo ya gobernaba las calles.

 

TRAS LOS MUROS DE LA PRISIÓN

La Mafia Mexicana expandió su influencia desde las prisiones del estado a las cárceles de los condados. En retribución de lealtad, la Mafia ofrecía protección.

Archivos muestran que Ojeda continuó construyendo su hoja de antecedentes penales. En 1970, fue hallado culpable de robo. En 1977 fue condenado por intento de asesinato y asalto con un arma mortal.

Para 1987 Ojeda estaba saliendo fuera de la prisión estatal y las autoridades creen que su poder en las pandillas del condado de Orange ya se había afianzado desde hacia una década atrás.

Aunque en otros condados se dividen los territorios, Ojeda ha sido el único “dueño” del condado de Orange durante casi cuatro décadas, según reportaron varios oficiales entrevistados por The Register.

A sus 68 años, Ojeda es el más viejo de los miembros de la Mafia Mexicana. Una foto de la prisión lo muestra posando junto a otros fundadores de la organización, incluidos Joe “Pata de Palo” Morgan, Gilbert “Mongol” Silva y Steven “Calote” Amador.

Las pandillas de O.C. ganaron respeto y así su control fue total, según reportes de las autoridades. Cuando la Mafia Mexicana se estaba desarrollando en la década de 1960, había cerca de 30 miembros, dijo Duarte. En la actualidad, se estima que hay 120 miembros de la Mafia Mexicana en todo el país.

 

LA FUERZA DE ‘LA EME’

Debido a su estatus, Ojeda logró reunir a las pandillas en 1992 en el Parque El Salvador. Algunos líderes de la sociedad aplaudieron su esfuerzo por lograr un tratado de paz, pero las autoridades sospechaban que tenía otros motivos.

Al ordenar un cese al fuego, la Mafia Mexicana no solo demostraba que tenía el control de la venta de drogas, sino que también de la violencia entre pandillas.

“¿Cómo mantener a las pandillas de las calles en jaque? Cobrándoles impuestos si hacen algo mal, como un tiroteo”, dijo un investigador del Departamento del Sheriff del Condado de Orange. “Así que regular lo que hacían las pandillas en las calles fue el comienzo de una lista de “luz verde” en la actualidad. Lo que la convierte en una verdadera organización criminal”.

Para 1993, miembros de las pandillas que se rehusaron a obedecer a la Mafia Mexicana fueron golpeados y asesinados. Ellos buscaban la protección de los oficiales en las prisiones.

“En mi opinión, fue una oportunidad para “La Eme” para el poder y generar más dinero vía impuestos, traficando narcóticos”, dijo el especialista en pandillas Duarte.

Aquellos que ignoraron la orden fueron puestos en la lista de “luz verde”. Ellos fueron el blanco de palizas. Infracciones más serias, significaban entrar en la lista de “dulce duro”. La muerte.

“Vamos a estar encima de ti como un verdadero infierno y siempre tendremos acceso a ti, eso es lo que significa tener luz verde”, dijo el investigador del sheriff. “Ellos regulaban de esa forma”.

Violar las reglas implicaba un pago de 1,000 a 10,000 dólares. Otras infracciones acarreaban penas más duras.

En los 90, Ojeda fue herido de bala presuntamente por el miembro de una pandilla, según Duarte. No se sabe si el disparo fue intencional o si fue un caso de identidad equivocada. Los miembros de la banda le dispararon fueron amenazados en todas las prisiones del estado. Las autoridades creen que Ojeda los tenía en la lista de “luz verde”. Los miembros de la pandilla se mantuvieron en la lista durante años.

“Después de saber que toda tu pandilla está en la lista verde, ¿cómo le haces para salir de ella? Dinero, armas, impuestos”, dijo Duarte. 

LUCHANDO en contra de la MAFIA

En 1995 las autoridades dieron el primer golpe serio a la Mafia Mexicana. Veintidós miembros y asociados fueron acusados en Los Ángeles, en el primer juicio sobre la influencia de la delincuencia organizada (RICO, por sus siglas en inglés) contra este grupo.

Diez años después, otra acusación de RICO fue lanzada. Esta vez Ojeda estaba en la parte superior de la lista.

Ojeda se declaró culpable de crimen organizado y fue sentenciado a 14 años en una prisión federal. Se le vio guiñar el ojo a su familia cuando escuchó la sentencia del juez. Los oficiales de policía dijeron que Ojeda no se inmutó.

Desde la prisión federal Ojeda –también conocido como “Big Homie”, continuó nombrando “llaveros” en el condado de Orange, es decir a los hombres que había que ejecutar en las calles y cárceles en su nombre, según las autoridades.

Wilke dijo que el caso de delincuencia organizada contra Ojeda puede llevarse a juicio, pero los cargos son débiles.

El abogado de Ojeda dice que en este punto y de acuerdo con el dictamen, los cargos de conspiración se contraponen. “Su teoría desafía a la lógica”, dice.

Las autoridades dicen que el caso se limita a señalar las politiquerías dentro de la red criminal.

Oficiales cercanos a la investigación dicen que las cosas están cambiando. Aunque Ojeda continua con su dominio criminal en el condado de Orange, una nueva “La Eme” está emergiendo.

Los miembros más antiguos y cercanos han optado por una regla no escrita de “La Eme”: el silencio. La membresía se ha mantenido en total secreto. Los tatuajes que prometían lealtad a “La Eme” estaban escondidos dentro de otros tatuajes”, dijeron las autoridades.

Después de 1995, la membresía de la Mafia Mexicana comenzó a crecer y algunos nuevos miembros nuevos eran más fuertes, más jóvenes y con más ganas de dejar su propia marca.

Tatuajes de manos grandes, marcadas con fuerte tinta negra, se mostraban con orgullo y como símbolo de pertenencia y de poder en los nuevos reclutas.

De acuerdo con documentos de la corte y entrevistas, Ojeda se alineó con uno de los nuevos miembros de la Mafia Mexicana del condado de Orange en 2007: Armando “Mando” Moreno. Una acusación federal demuestra que su asociación duró muy poco tiempo.

“(Moreno) vio la oportunidad de tener una gran cantidad de miembros leales de las pandillas callejeras para apoderarse del control en el condado y los problemas entre ellos comenzaron”, dijo el investigador del sheriff. “Se imaginó que Ojeda, al tener 68 años, probablemente no iba a durar mucho tiempo más”.

“Fue una revelación”, dijo un investigador del Departamento de Policía de Santa Ana. “Fue muy interesante la lucha por el poder”.

El poderío de Ojeda estaba a punto de cambiar.

Próximamente se publicará: El crecimiento de Armando Moreno y el rostro cambiante de la mafia mexicana en el condado de Orange.