El teniente de la policía de San Bernardino, Mike Madden, es un veterano con 24 años de servicio, pero aun así, él también se sorprendió por lo que vio el miércoles cuando llegó al Centro Regional del Inland y encontró un caos y casi tres docenas de personas muertas o heridas por armas de fuego.
“Fue algo que, aunque recibimos entrenamiento, no se puede estar preparado para algo como esto. La escena era surrealista”, explicó Madden el jueves por la noche en un recuento personal y emotivo de cómo los agentes se enfrentaron a unos de los tiroteos masivos con más muertes en la historia de los Estados Unidos.
“La matanza era indescriptible”, explicó mientras describía el hallazgo de los muertos –y el pánico en los rostros de los sobrevivientes.
Madden compartió las declaraciones en una conferencia de prensa en la calle Waterman Avenue, cerrada al público, una vía normalmente muy transitada cerca del lugar del tiroteo. Madden habló después de que el gobernador Jerry Brown se comprometió a proporcionar todos los recursos necesarios para la investigación y de llamar a lo sucedido “actos brutales y crueles”.
Madden supervisa las operaciones de despliegue de agentes en casos de emergencia, y es más que nada un trabajo de escritorio. Pero se encontraba en la calle –sólo porque se dirigía a almorzar– cerca de las 11 a.m. cuando se produjo el informe de un tiroteo masivo. Basado en su experiencia, él puede descifrar cuando un operador, normalmente calmado, está emitiendo una llamada desesperada.
“Pude descifrar en la voz del operador que esto era algo que realmente estaba sucediendo”, indicó Madden.
Se encontraba a menos de una milla de distancia. Madden y otro agente fueron los primeros en llegar al lugar. Inmediatamente, Madden llamó a la formación de un equipo de agentes para ingresar al centro regional, con la creencia que los pistoleros todavía se encontraban en el interior, en realidad, para entonces ya habían huido.
Madden trató de controlar sus emociones el jueves cuando expresó: “Encontramos personas que clara y obviamente ya habían fallecido fuera de la sala de conferencias”.
Los agentes avanzaron y encontraron una escena caótica: una gran sala de conferencias donde se encontraban cerca de 85 personas disfrutando de un convivio navideño, con un árbol, decoraciones navideñas y comida, y ahora era la escena de heridos, víctimas quejándose, la alarma de incendios estaba sonando y los aspersores contra incendios estaban encendidos.
Madden recordó el entrenamiento que recibió para situaciones donde se encuentra un tirador suelto que incluye el reconocimiento sensorial: oír, ver y oler. “Era todo eso, y mucho más”, expresó.
Los agentes siguieron avanzando, porque la prioridad era encontrar al tirador. Finalmente, encontraron a cerca de 50 personas aterrorizadas y acurrucados en un pasillo, tratando de sentirse seguros.
“Fue una escena surrealista… pero hice el trabajo que tenía que hacer”, dijo.
El teniente del Departamento del Alguacil del Condado de San Bernardino, Brad Toms, un veterano con 26 años de servicio que se asistió a la conferencia de prensa, dijo que no es inusual que los agentes que no han patrullado por un tiempo puedan responder bien a situaciones graves y caóticas.
“Nunca se está fuera de rutina”, dijo Toms más tarde. “Se vive todos los días; simplemente se enciende el interruptor; es nuestro trabajo”.
Madden dijo sentirse agradecido de escuchar los elogios de la comunidad sobre cómo los agentes de varias agencias capturaron rápidamente a los presuntos tiradores, matándolos en un tiroteo. Madden colocó esos elogios en el contexto del creciente escrutinio de las denuncias por brutalidad policial en todo el país.
“Ha creado un desgaste en nosotros. Es difícil ser catalogados…o etiquetados como los malvado”, concluyó Madden.
