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  • Portada del libro de Adamari López, "Amando".

    Portada del libro de Adamari López, "Amando".

  • Adamari López.

    Adamari López.

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Adamari López está amando a su hija Alaïa, a su esposo Tony, a sus hermanos, a su demás familia, a su trabajo, pero sobre todo, está amando el momento que está viviendo actualmente.

Por eso simple y sencillamente titula a su nuevo libro “Amando”, en el que cuenta cómo llegó su pequeña hija a su vida, al mismo tiempo que revela cómo ha dejado atrás los obstáculos que se le presentaron para poder lograr la vida plena que actualmente tiene.

En entrevista exclusiva la boricua dice que se siente “feliz, dichosa, agradecida con el público y llena de bendiciones con mi hija, porque mi hija también me ha llenado de mucha felicidad y como el público también la siente que es de ellos, apoya todo lo que hacemos”.

“Amando” ya se encuentra en la lista de los más vendidos y eso quizás se atribuye a la sinceridad con la que Adamari se descubre en cada capítulo, es “lo que estoy viviendo ahorita, estoy amando a mi hija, estoy amando a mi pareja, a mis hermanos, a mi familia, a mi trabajo, estoy amando el momento que estoy viviendo que es maravilloso”.

A diferencia de “Viviendo”, que publicó en el 2013, escribir “Amando” fue mucho más fácil, según nos cuenta, “porque en aquel momento tuve que revivir cosas que quizás en su momento no había querido yo reconocer y fue un poco más duro, en este momento, cuando escribí Amando tenía a Alaïa ya, acababa casi de dar a luz, tenía como un mes que había dado a luz, entonces era más fácil contar; a pesar de que fueron momentos de mucha angustia, de mucho dolor y que fue una montaña rusa también de muchas emociones, como ya la tenía conmigo y el resultado de esa montaña rusa era la dicha de tenerla, pues fue mucho más fácil escribir”.

Para Adamari era de suma importancia compartir su experiencia, “porque mucha gente piensa que cáncer es sinónimo de muerte y que la vida es dura y a veces sí, pero nos olvidamos de la fe, del amor y de que lo que uno desea se cumple, así que uno debe luchar por esas cosas. Yo creo que era importante recordárselo a la gente, agradecerles de alguna manera el apoyo que me habían dado y porque todos son tíos, es el hashgtag que he utilizado mucho y valía la pena contarles lo que había sido mi historia en esa búsqueda de Alaïa y que llegó, aun buscándola, de manera inesperada”.

En libro hay un capítulo que habla del abismo, la desesperanza y la desilusión, pero Adamari estaba tan resuelta a convertirse en madre, que nunca pensó en darse por vencida, “porque mi deseo, mi ilusión, eran mucho más grandes y sobre todo tenía mucha fe de que iba a ocurrir, no estaba segura si en un momento dado iba a ser un hijo de mi vientre, o si iba a ser la mano de Dios puesta de alguna manera, siempre pedía sabiduría para eso, pero casualmente papá Dios, digo no casual, papá Dios lo mandó de mi vientre y no me cierro a ninguna otra posibilidad en un futuro que pueda seguir agrandando la familia, espero que sea mío, pero si no, tampoco quito el dedo del renglón de que venga de alguna manera”.

Tony ha sido parte fundamental de su lucha por salir adelante, por eso lo menciona en un capítulo especial de su libro, a quien define como la “estabilidad, amor, entrega, alegría, pareja, matrimonio, significa muchas cosas, Tony ha sido un hombre muy tolerante, también con todas las cosas que hemos pasado y a fin de cuentas siempre seguimos apostando por nuestro amor, así que mucha estabilidad y mucho amor”.

Y a pesar de tanta dicha, Adamari también se enfrentó a las críticas, especialmente por subir de peso, “por lo general creo que sobrellevo (la crítica) bastante bien, somos seres humanos y a nadie le gusta que todo el tiempo le digan gordita, o está embarazada cuando no lo estás, pero estoy disfrutando el momento en el que estoy”.

Otro de los momentos difíciles que mereció un espacio importante en su publicación fue la muerte de Lorena Rojas, “porque teníamos ilusiones compartidas, enfermedades compartidas y los destinos fueron diferentes, y creo que era importante darle el valor y todo lo que a ella le tocó vivir y recordarle a la gente que la vida es frágil, que algunos tenemos la dicha de sobrepasar los obstáculos y otros no de la misma manera; y que aun luchando y con la misma fe, ambas con un mismo propósito, tener salud y tener hijos, papá Dios nos recompensó en unas cosas y en otras pues no se pudo; creo que era importante recordarle a la gente lo que ella vivió y cómo luchó para lograr lo que ella quería y los propósitos que la vida tuvo con ella”.

En el libro, una de las frases es “nunca digas nunca, todo llega cuando debe llegar”, algo que Adamari confiesa “lo entiendo en su momento y vuelvo y caigo en el mismo círculo de que a veces cuando está uno en el problema, piensa uno que ese problema no termina o que no tiene solución y vuelvo a recobrar la cordura, Creo que es el ciclo de la vida, de eso se trata, de aprender, de crecer, a veces es más fácil, a veces más difícil, a veces tenemos más fuerza de voluntad, mejor actitud y todas esas cosas influyen en el momento de enfrentar las dificultades”.

También revela que extraña la actuación, aunque destaca su trabajo en Un Nuevo Día, “tengo la dicha de trabajar con un grupo de compañeros maravillosos, en una producción muy linda, que me acerca todos los días al público y me deja estar en contacto directo todos los días con ellos, y lo estoy disfrutando y me queda muy buen rato mientras el público me quiera seguir viendo; más adelante ya tendré oportunidad de estar en un proyecto dramático, que no se ha presentado todavía, pero que estoy segura que en algún momento vendrá”.