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  • Varios objetos hechos en China y Filipinas son decorados con...

    Varios objetos hechos en China y Filipinas son decorados con los tradicionales colores y diseños del Día de los Muertos.

  • Cada esqueleto con sombrero naranja o morado ‘Made in China'...

    Cada esqueleto con sombrero naranja o morado ‘Made in China' cuesta $6,99.

  • Algunos profesores considera que las imágenes de esqueletos han creado...

    Algunos profesores considera que las imágenes de esqueletos han creado una fascinación entre el público estadounidense.

  • En el mercado se pueden observar varios objetos decorativos de...

    En el mercado se pueden observar varios objetos decorativos de esta tradición, desde artículos de cocina hasta letreros en inglés y español que dicen ‘Día de los Muertos'.

  • Una variedad de artículos decorativos del Día de los Muertos...

    Una variedad de artículos decorativos del Día de los Muertos son hechos en Filipinas.

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Desde hace algún tiempo se ha estado observando cada vez más objetos en el mercado de los Estados Unidos, artículos para conmemorar el Día de los Muertos, la mayoría de ellos ‘Made in China’ y otros tantos ‘Made in Philippines’.

Tomás F. Summers Sandoval, profesor asociado de historia y Estudios Chicanos y Latinos de Pomona College, considera que elementos del Día de los Muertos se están convirtiendo en parte de la corriente principal de la cultura de Halloween en los Estados Unidos.

“En parte, esto es debido al crecimiento de la población mexicana. Pero también es mucho más que simplemente las comunidades inmigrantes que mantienen vivas sus tradiciones. Es el resultado de las empresas que reconocen el crecimiento de nuestra población, y ven esto como una oportunidad para ganar dinero, mediante la venta de la cultura mexicana a las masas”, dijo Summers Sandoval.

Summers Sandoval indicó que esto es bueno y malo, ya que así como la comida, la música y el lenguaje, es una forma en que los mexicanos pueden verse a sí mismos y a su cultura reflejada en los Estados Unidos, históricamente éste no siempre ha sido siempre el caso.

“[Esta celebración] también le permite a los México-Americanos nacidos en los Estados Unidos – muchos de los cuales no hablan español o no tienen una fuerte conexión con su etnicidad – conectarse con algo que ven como ‘auténticamente mexicano’. Para ellos, esto podría ser una parte de la transformación cultural de lo que significa ser México-americano en el siglo 21, que es una cultura híbrida y más global”, explicó el profesor.

Summers Sandoval indicó que Estados Unidos es un mercado global, aquí se exportan e importan mercancías de todo el mundo.

Sentido cultural

Angelina Veyna, directora del departamento de estudios étnicos en Santa Ana College e instructora de historia, cree que la gente está cautivada con las imágenes que ve, como esqueletos y objetos que tienen que ver con la muerte.

“Para algunos es fascinante, no en el sentido cultural, sino porque les parece divertido, es otro día para celebrar”, dijo Veyna.

Sin embargo, explicó que para otros “esta fecha representa la oportunidad de mostrar su creatividad, como se hace en los altares de Santa Ana, evento que se ha estado exhibiendo por más de 10 años, donde hay un impulso por competir y poner el altar más precioso, para otros es más íntimo o espiritual”, mencionó.

Veyna considera que hay distintos grupos que interpretan estas imágenes a su manera.

“En Santa Ana toda la comunidad se reúne alrededor de estos altares, es un evento que atrae y sirve para unir a la comunidad, aunque se hagan con cosas compradas en China”, indicó.

Esta profesora explicó que hay una mezcla de lo precolombino con lo español, por ejemplo en las calaveras de azúcar: el uso de las calaveras es indígena, pero la azúcar la trajeron los españoles.

“Desde mi punto de vista, ojalá se beneficiaran nuestros vendedores latinos de esas ventas de productos chinos y filipinos. En Filipinas hay cristianismo, pero no en China. En el mercado de Estados Unidos siempre buscan una oportunidad para sacar dinero”.

Honrando su herencia

Al preguntarle al artista de Riverside, Jesús Cruz, cuya obra se basa en un 50% en el Día de los Muertos, sobre cuál es su musa, dijo que se inspira en su vida y herencia.

En la pieza ‘Just Walking for a Living’ [Simplemente caminando por una vida] Cruz explicó que la hizo “en memoria de mi padre, quien vino de Guanajuato, México, de allí que se observan las iniciales GTO. Es una escena de tres esqueletos con cactus y el sol. Es la pieza más política que tengo. Ahora que estamos viendo tanta negatividad hacia los latinos, nos llaman delincuentes y violadores. La verdad es que mi padre se vino de México y junto a mi madre, crió a cuatro hijos, la mayoría nos dedicamos a la educación”, dijo.

Al preguntarle sobre esos objetos que no son auténticos del Día de los Muertos, Cruz respondió que el público va a comprar lo que quiere comprar.

Lourdes Fajardo, profesora asociada de español de Santiago Canyon College, ha realizado altares el Día de los Muertos durante varios años con sus estudiantes en la ciudad de Orange.

“Te voy a ser sincera, cada vez que los estudiantes tienen que hacer este proyecto, las flores las hacen con papel de China, porque no podemos conseguir el papel picado original. También compran artículos en las tiendas de $1, y todos sabemos de dónde vienen esos productos”, dijo.

Sin embargo, mencionó que cada vez que ella tiene la oportunidad de viajar a México, compra artículos para estos altares y señaló que el pan de muerto, sí se consigue en las panaderías latinas.

Pérdida de raíces

Elsa Valdez, profesora de sociología de la Universidad Estatal de California, San Bernardino, (CSUSB por sus siglas en inglés) señaló que “esta tradición se está convirtiendo cada vez más en algo comercial”.

Comentó que hace unos años fue a un evento del Día de los Muertos en un cementerio en San Bernardino, pero lo que estaban era vendiendo todo tipo de mercancías, no sólo hechas en China, sino incluso hasta servicios funerarios.

“Estados Unidos tiene una historia de capitalismo, donde se va a hacer dinero de cualquier cosa, en este caso de una tradición latina. Pero se está perdiendo el significado, porque se está comercializando una tradición, no se explica sobre las raíces y la historia de este evento, se está convirtiendo en una gran fiesta”, dijo.

Explicó que el ritual principal que todos los lugares en Latinoamérica tienen en común, es ir al cementerio, limpiar las tumbas de los seres queridos y colocarles flores de muertos a sus difuntos.

“No podemos hablar de una apropiación cultural, al contrario, es una incomprensión y desapropiación cultural, que se está conectando más a la comercialización”, dijo Valdez.

Al preguntarle sobre su recomendación a esas personas que se sientan tentadas a comprar estos objetos, Valdez respondió que las familias que no saben sobre el verdadero significado de esta tradición, comprarán estos productos hechos en China o Filipinas.

“Esto no es positivo, como socióloga lo entiendo como una tradición que honra a los seres queridos que han fallecido, y de alguna manera se ha estado perdiendo el significado de por qué celebramos. Es como el 16 de septiembre, cuando se toma cerveza, pero no se conoce la historia”.