El residente de Riverside quien las autoridades creen que compró los dos fusiles utilizados en el ataque de San Bernardino no ha regresado a su hogar desde justo después del tiroteo masivo del miércoles, indicó un vecino el domingo, 6 de diciembre.
Enrique Márquez y el tirador Syed Rizwan Farook eran vecinos en la calle Tomlinson Avenue antes que Farook se mudara a Redlands el año pasado. Las autoridades federales allanaron la casa de Márquez el sábado, 5 de diciembre, y explicaron que buscaban pruebas relacionadas con la compra de los rifles.
El último contacto que la familia de Márquez tuvo con él fue alrededor de la 1:30 pm. el miércoles, 2 de diciembre, dijo Rosie Aguirre, de 67 años, quien ha vivido en Tomlinson durante 20 años. Agregó que conoce a la familia Márquez y conocía un poco a la familia Farook.
“Enrique les dijo que estaba bien, pero que no iba a regresar a casa”, dijo.
El tiroteo en el Centro Regional del Inland en San Bernardino –en el que murieron 14 personas, en su mayoría, los compañeros de trabajo de Farook de la División de Servicios de Salud Ambiental del Condado de San Bernardino, e hirió a 21– comenzó a las 11 a.m. de miércoles. Farook y su esposa, Tashfeen Malik, murieron en un enfrentamiento a tiros con la policía cuatro horas más tarde.
La familia estaba preocupada y no sabían dónde estaba alojado, dijo Aguirre.
El alguacil del Condado de San Bernardino, John McMahon, dijo el sábado que las autoridades federales conocen el paradero de Márquez. El periódico The Washington Post informó que un funcionario federal, no identificado, dijo que Márquez ingresó por su propia voluntad a un centro psiquiátrico. La portavoz del FBI, Laura Eimiller, dijo a The Press Enterprise el domingo que Márquez no ha sido arrestado.
Investigaciones del FBI y de agentes de seguridad nacional, indican que Márquez y Farook fueron juntos a la Preparatoria La Sierra en Riverside, y ambos estaban interesados en carros y en las armas.
Márquez también tiene lazos familiares con Farook. En noviembre 2014, Márquez se casó con una mujer rusa, Mariya Chernykh, de 25 años de edad, quien es la hermana menor del hermano mayor de Farook, indican documentos nupciales del condado de Riverside.
El certificado de boda indica que Márquez y Chernykh vivían en una casa en Corona; el propietario es el hermano de Farook, Raheel Syed Farook, 30, quien fue testigo del matrimonio de Márquez.
Márquez se convirtió al Islam cuando tenía unos 17 o 18 años y comenzó a visitar la mezquita Islamic Society of Corona-Norco, dijo el gerente de la mezquita, Azmi Hason. Pero poco a poco dejó de asistir y ya no regresó desde hace unos cuatro años, dijo Hason.
Durante la interrogación, Márquez dijo que en el 2012 él y Farook habían planificado un ataque; las autoridades están trabajando para corroborar esta información, indicó un reportaje del New York Times el miércoles, 9 de diciembre.
“Márquez le dijo que los investigadores que parte de la razón por la cual no ejecutaron el plan, fue porque se asustaron por arrestos que realizó el FBI, no relacionados a ellos, de cuatro personas acusadas con intentar de viajar al extranjero y participar en un yihad”, reportó la cadena CNN, basada en información anónima de oficiales de Estados Unidos, indica el New York Times.
Detalles y fechas cuadran con el arresto de cuatro hombres de Riverside, Upland, Ontario y Pomona en noviembre 2012, acusados de querer unirse a al Qaeda y atacar a una base militar estadounidense en Afganistán.
Márquez confesó a los investigadores que sabía que Farook tenía creencias radicales, pero que no sabía que él y su esposa, Tashfeen Malik, llevarían a cabo la masacre.
La familia de Márquez
La vecina de la familia Márquez en Riverside, Rosie Aguirre se enteró, indirectamente, sobre la información de la ausencia de Márquez. Un periodista que habló con el padre de Márquez, quien habla principalmente español, grabó una entrevista a principios de semana, y le pidió a Aguirre que le ayudara con la traducción al inglés y le permitió escuchar la grabación, dijo.
Aguirre dijo que la familia Márquez es mexicana y tienen tres hijos, el mayor es Enrique, de 24 años, y trabajaba en una tienda Wal-Mart, aunque no se sabe cuál. Los Márquez han vivido allí por unos siete años, cree.
“Son una buena familia; reservados. No son problemáticos”, agregó.
Indicó que Márquez trabajó como guardia de seguridad y empleado de cortesía de las tiendas Wal-Mart, aunque no sabía cuál exactamente. Los registros públicos muestran que contaba con una licencia de guardia de seguridad que venció el 31 de enero del 2014.
“Es un buen muchacho”, dijo. “Una persona agradable y normal”.
Las autoridades federales han dicho que los dos rifles y las dos pistolas utilizadas en el ataque fueron adquiridos legalmente, y que Farook compró las pistolas, pero alguien más compró los rifles.
Aguirre dijo que si Márquez ayudó a comprar los rifles, seguramente desconocía para qué iban a ser utilizados. Ella cree que Márquez podría incluso haber olvidado sobre la compra de los rifles hace un par de años.
“Es probable que el pensar que podría estar involucrado de alguna manera con todo esto realmente lo angustió”.
Aguirre agregó que también conocía a Farook y su familia, pero ellos eran menos sociables que otros en el vecindario.
“Siempre fue muy callado”, dijo. “Toda la familia era muy callada”.
Vivieron allí por cerca de 10 años antes que se mudaran hace un año. Una pareja de ancianos mexicanos viven ahora en la casa, explicó.
Dijo que los Farooks tenían cabras, gallinas, gallos y conejos en su patio trasero, los criaban para consumirlos.
Aguirre y otros vecinos se despertaron el sábado con la presencia del FBI en el hogar de Márquez. Lo describió como un “caos, con muchas luces y muchos automóviles”.
Explicó que había vehículos del FBI, furgonetas, patrullas de la policía local y un enorme vehículo de investigación de la escena del crimen con un remolque.
Indicó que primero rompieron la ventana del garaje. Después hablaron a través de un altavoz y la policía indicó que todos debían salir con las manos en alto.
Las autoridades entraron apuntando sus armas y sacaron a todos. El padre de Márquez y un hermano menor salieron esposados.
Aguirre dijo que el vecindario se vio afectado desde los acontecimientos que comenzaron el miércoles.
“Todos los días desde que sucedió todo hemos visto personas, automóviles…no hay un día normal desde que todo sucedió”.
