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María Serrano conoció muy de cerca al líder de los campesinos, César Chávez. Y por 26 años perteneció a la Unión de Campesinos (UFW).
María Serrano conoció muy de cerca al líder de los campesinos, César Chávez. Y por 26 años perteneció a la Unión de Campesinos (UFW).
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María Serrano conoció muy de cerca al líder de los campesinos, César Chávez. Y por 26 años perteneció a la Unión de Campesinos (UFW).

Serrano, de 84 años y residente de Coachella, tiene muy presente las luchas y los protagonistas quienes pelearon para conseguir mejores condiciones de trabajo.

Es originaria de un poblado llamado Teocotlán en el estado de Jalisco, México. Junto con sus hijos llegaron a este país en el año de 1967. Su esposo Ezequiel había trabajado dentro del programa Brasero y logró conseguirles un permiso legal para estar en el país.

Junto con sus hijos y su esposo trabajaron en los campos agrícolas de varios estados, cuenta ella. “En Oregón, cosechamos las cereza, en Washington el tomate verde; en Porterville la aceituna y la naranja naval; en Calexico y en Sumerton, Ariz., la lechuga.

Serrano, recuerda que algunas de sus labores agrícolas las realizaban con un instrumento conocido como el azadón cortito, que como su nombre lo dice, tenían que estar agachados para desahijar el melón.

“Los surcos eran muy grandes eran como de una milla. Cuando terminábamos no podíamos enderezarnos. Además de esto no teníamos baños, no había vasos para tomar agua. En un solo vaso tomábamos todos, éramos alrededor de 70 trabajadores. No había árboles, no había descansos, cuando teníamos hambre llevábamos nuestro taco en la bolsa de la ropa”, cuenta ella sobre esa época.

Al ver este tipo de injusticias en el campo, Serrano y su familia deciden integrarse al sindicato de la UFW. Recuerda que en ese entonces les cobraban 10 dólares por año y en caso de fallecer, les daban una compensación de $2,000 para el funeral.

En 1969, su familia – su esposo y siete hijos – se mudan para el Valle de Coachella y se instalaron en las viviendas conocidas como campo de gobierno.

“Las casas se llamaban acordeones porque eran de cartón. Mientras que yo y mis hijos trabajábamos en el rábano, mi esposo trabajaba en la poda de la uva”, agregó.

De acuerdo a Serrano, para que sus hijos pudieran trabajar en el campo, le exigían que primero fueran a la escuela y después podían trabajar. Recuerda que en Arizona, ella ganaba 75 centavos la hora y a la semana sus cheques eran de 45 y 50 dólares.

Fue el 15 de abril de 1970 cuando la Unión consiguió su primer contrato con los rancheros. Entre los beneficios laborales obtenidos se pueden mencionar lo siguientes: un incremento al salario $1.35 por hora, descansos de 10 y 30 minutos, agua, baños para hombres y mujeres; y la eliminación del uso de pesticidas como el Malathion y el D.D.T.

Para el año 1973, los contratistas decidieron retirarles esos beneficios y es entonces que los simpatizantes de Chávez se declaran en huelga. Serrano recuerda que en esta región del Valle de Coachella se llegaron a cometer atropellos.

“En Mecca nos golpearon los policías, así mismo en un rancho que existía cercas de la avenida Dillon, recuerdo que en ese lugar habían muchos trabajadores Mexicanos y Filipinos. Nosotros fuimos a pedirles que se unieran con nosotros pero alrededor de las 7 de la noche, llegó un grupo de personas y nos rosearon con gases lacrimógenos, esos hombres pertenecían al sindicato de los transportistas conocidos como los “Teamsters”. No podíamos sacar los carros, a mi me quebraron el vidrio de enfrente, nos gritaban abajo César Chávez..!”

A pesar de estos incidentes la familia Serrano no abandonó el movimiento. La confianza con Chávez creció y tal fue el grado que en varias ocasiones se quedó a dormir en su casa. Serrano manifestó que era un hombre vegetariano.

“No comía nada de carne, únicamente verduras, lentejas, nopales, frijoles negros, nopales, acelgas, espinacas; hacía muchos ayunos, tenía pláticas sencillas, le gustaba leer mucho, leía libros de historia”.

“Recuerdo que en una ocasión en 1973 cuando estaba en el Parque de los Veteranos en Coachella, un hombre lo quiso matar. Gracias a que un guardia de seguridad de nombre Mariano forcejeo con él, logró quitarle una pistola, impidiendo una tragedia”, cuenta Serrano.

Cuando le pregunte sobre la película de Cesar Chávez, indicó no haberla visto todavía. Orgullosamente se considera chavista y cuenta con una gran cantidad de volantes, recortes de periódico, playeras del movimiento, videos del líder campesino e incluso la constitución de la UFW.

“Mi casa tiene mucha Historia”, manifestó.